El padre del buzo que murió en una cantera pidió exhumar el cadáver y hacer la autopsia
El padre del turista rosarino que falleció, hace más de un mes, mientras practicaba buceo en la Cantera La Sirena de Tandil, se presentó ante la Justicia para reclamar que se investiguen las causales de muerte de su hijo Ariel Rubén Stabile. Además, en su declaración, pidió la “urgente” exhumación del cuerpo y que se practique la operación de autopsia en Rosario, donde está sepultado.
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El último jueves, Rubén Darío Stabile se presentó en los Tribunales y fue recibido por el agente fiscal Damián Borean, el mismo que intervino en la causa que se inició tras el fallecimiento de su hijo, ocurrido el 2 de julio pasado, y que fue caratulada como “Accidente”. En esa reunión pidió declarar y demandó que “se investiguen las causales de muerte” de Ariel Stabile, “ya que hay varias circunstancias que se fue enterando posteriormente al hecho, por lo cual le genera dudas”.
El sábado 2 de julio, Ariel Stabile fue a la Cantera La Sirena para practicar buceo junto a su instructor Lázaro Damián De Souza. De acuerdo al relato de sus familiares, era la decimotercera vez que se sumergía y estaba a punto de recibirse de instructor.
De acuerdo a la primera investigación, Stabile sufrió una descompensación mientras estaba en el agua y falleció a raíz de esa situación. Esa hipótesis había sido confirmada por la coordinadora del emprendimiento Silvia Maggiori a El Eco de Tandil, días después de la tragedia.
Las sospechas
Sentado ante el fiscal, el padre del buzo fallecido expresó que uno de los hechos que sembró su desconfianza fue que el día del sepelio de su hijo, el instructor de buceo que lo acompañó a Tandil le dio “una versión totalmente contradictoria a la que relatan los testigos que estaban en el lugar”.
Otra cuestión que sorprendió a Rubén Stabile fue “la rapidez en que se firmó el certificado de defunción sin haber practicado una autopsia para así determinar las causas de la muerte”. En ese acta figura paro cardiorrespiratorio no traumático coronariopatía, “cosa que sucedió pero el dicente quiere saber a causa de qué ocurrió eso”, consta en la declaración.
Sumado a estas circunstancias, el denunciante resaltó que de acuerdo a testimonios de notas periodísticas “su hijo en un momento sale a la superficie pidiendo auxilio y luego se vuelve a hundir, que cree que fue a raíz de los pesos del traje de buzo, es decir, ya ahí había algo que no estaba funcionando bien”.
En otro tramo de la exposición judicial, Stabile consignó que realizó averiguaciones con otros profesionales de Rosario que le han referido que “una de las causas que pudiera haber sido es que los tubos de oxígeno hayan sido mal cargados, ya que como son tubos que se recargan con compresor y si éste tiene una pérdida, puede ser que ingrese al tubo oxígeno contaminado o monóxido de carbono”.
Por otra parte, manifestó que su hijo estaba próximo a recibirse de instructor, “no era un improvisado en la práctica de este deporte”, en el cual llevaba un año.
En la declaración, también dejó asentado que la cantera no contaba con habilitación para el buceo, no disponía de una ambulancia permanente en el lugar con desfibrilador y la unidad del Hospital Santamarina que acudió a rescatar a Stabile tampoco contaba con ese equipamiento.
Por último, Rubén Stabile solicitó “la ‘urgente’ exhumación del cadáver de su hijo a los fines de practicarse la autopsia y poder determinar a esta altura las causas de su muerte”, y pidió que la operación se practique en Rosario, aportando los datos de la ubicación de la sepultura. Además, aportó los nombres y teléfonos de algunos testigos del hecho, para que puedan aportar a esta nueva investigación.
“Hasta las últimas consecuencias”
Marcelo Beltrán, cuñado de Ariel Stabile, mantuvo una comunicación con este Diario, a su regreso a Rosario. En principio, informó sobre la denuncia de su suegro para que se investiguen en profundidad las causas de la muerte del buzo en la cantera de Tandil.
Beltrán describió que durante los primeros días, la familia estuvo conmocionada, pero con el paso del tiempo descubrió algunas cuestiones que no la dejaban conforme. Por ejemplo, la falta de una autopsia antes de trasladar los restos a Rosario, cruzando a la provincia de Santa Fe.
Asesorado por el letrado penalista Benito Aphalo, adelantó que piensan busc
ar un abogado de la ciudad para presentarse como particulares damnificados y poder seguir de cerca los avances de la investigación.
Con respeto a Ariel Stabile, quien tenía 48 años, reseñó que era una persona muy querida en Rosario y que practicaba buceo con regularidad, entonces ya se había sumergido en unas trece oportunidades.
Beltrán discrepó con la decisión de la Justicia de no realizar la autopsia y aseguró que cerca de las 17 se firmó el certificado de defunción y a las 23, el cadáver ya estaba en viaje a Rosario, lo que no dio tiempo a la familia de acercarse hasta Tandil.
Por otro lado, expresó que su cuñado fue socorrido por un instructor y sus dos alumnos, quienes observaron signos de ahogamiento, como agua en las vías respiratorias.
Por último, advirtió que si la Justicia no hace lugar al pedido de exhumación y a la operación de autopsia, avanzarán con la medida en forma particular para poder contar con una respuesta precisa sobre las causales de muerte.
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