El personal que controla y guía los vuelos del Aeropuerto Tandil está en alerta por su continuidad
Los trabajadores del servicio de tránsito aéreo del Aeropuerto Tandil, lindero a la Sexta Brigada Aérea, están muy preocupados y movilizados por las políticas aplicadas por el Gobierno nacional. A partir de la implementación de una reforma, los obligan al traspaso a una empresa del Estado o a radicarse en otras ciudades del país. En tanto, el aeródromo local pasaría a la órbita del Ministerio de Defensa y sería de uso militar.
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En esta ciudad, una decena de empleados de entre 10 y 35 años de experiencia en el trabajo, entre controladores aéreos que pertenecen a la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil, que depende del Ministerio de Transporte), operadores de vuelo de Aro-Ais y los técnicos de la CNS que realizan el mantenimiento del aeropuerto. En tanto, en el país son 144 las personas afectadas por la decisión de pasar nueve aeropuertos al Ministerio de Defensa. El gremio que los representa y lleva adelante la lucha es ATE.
Pablo Gabriel Auce, uno de los trabajadores del sector, explicó que “hacemos el control de ruta, control de aproximación y control de aeródromo. Tenemos cuatro áreas restringidas que son de techo ilimitado, lo que implica que para arriba es infinito. Nuestro terminal tiene un radio de 120 kilómetros, con un techo de 24 mil pies. Es uno de los espacios más grandes que hay dentro de la Argentina”.
En diálogo con este Diario, explicó que los controladores de ANAC autorizan a los aviones para volar entre dos puntos y el objetivo principal es que no se choquen. Indicó que el tránsito aéreo es intenso debido a que en la zona hay gran cantidad de estancias que tienen pistas legales, como La Estrella, Haras La Quebrada, La Moderna, San Miguel, El Poncho. Estos establecimientos están dentro del área terminal del aeropuerto, pero además controlan los vuelos del Aeroclub de Ayacucho, el de Tandil, el Club de Planeadores, el Aeroclub de Rauch, entre otros, y reciben muchos vuelos sanitarios, del Icucai para el traslado de órganos, de autoridades provinciales y nacionales que aterrizan en el aeropuerto local, y vuelos de instrucción civil y militar.
Junto a ellos trabajan los operadores de vuelo de Aro-Ais, otra dependencia de tránsito aéreo que se encarga de recibir el plan de vuelo, verifica la ruta, los datos y la documentación de las aeronaves y de los pilotos, chequea que tengan seguros, licencias y el examen psicofísico aprobado.
La historia
“Venimos de un manoseo desde el año 2011”, dijo Pablo Auce y repasó que “en 2007 se creó la ANAC y todo el personal civil de Fuerza Aérea que estaba trabajando dentro del aeropuerto pasó compulsivamente a pertenecer a esta administración. Nosotros éramos parte del personal militar y nos hicieron una propuesta para pasarnos a la administración civil, pero tuvimos que solicitar la baja. Nos mejoraron un poco el sueldo y era muy conveniente”.
Luego, en abril de 2011, les efectivizaron la baja y pasaron a depender de la ANAC. Pero en noviembre de ese año, salió el Decreto 1840/11 con el cual la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le devolvió todos los servicios de tránsito aéreo a la Fuerza Aérea.
“Lo que hizo Néstor Kirchner, ella lo deshizo. A partir de ese momento empezaron a crear la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA). En su momento, iba a ser una sociedad anónima, se peleó con el gremio y se pudo lograr que sea una sociedad de estado. Nosotros no estábamos conformes porque queríamos seguir siendo parte de la administración pública, porque tenemos claro que los servicios de tránsito aéreo no tienen que ser privatizados”, afirmó el trabajador del aeropuerto local.
Y agregó que la Ley 27.161 creó dos prestadores para los servicios de tránsito aéreo: la AENA y la Dirección Nacional de Control de Tránsito Aéreo dependiente del Ministerio de Defensa, por fuera de las tres fuerzas armadas.
“La Dirección Nacional de Control de Tránsito Aéreo se quedaría con nueve aeródromos, entre los cuales está Tandil, y los otros serían Río Cuarto, Reynolds, Reconquista, Palomar, Moreno, Sauce Viejo, Río Gallegos y Termas de Río Hondo. En un principio, nos proponían que nos podíamos quedar a trabajar dentro del Ministerio de Defensa como personal civil de la Nación, pero ahora nos dicen que solo quieren personal militar dentro de los aeródromos”, informó Auce.
También explicó que esta ley estaba frezada y con el cambio de autoridades, se le dio impulso. “La gente que está en el Gobierno votó en contra de la Ley 27.161 porque entendía que el trabajador perdía muchos derechos. Hoy son gobierno y nosotros teníamos la esperanza de que esto se disuelva, pero todo lo contrario. Nos acorralaron de una manera que nos quieren meter a todos en la empresa. Para nosotros estar en la empresa, tenemos que mudarnos de Tandil”, dijo.
Desde el Ejecutivo nacional les ofrecieron elegir un aeródromo que esté ubicado dentro de la empresa; u optar entre los aeródromos de Neuquén, Rosario, Resistencia y Santiago del Estero, donde hay algunas vacantes; y la tercera posibilidad era trasladarse a Ushuaia o Río Grande. Entonces, pasarían a depender del Ministerio de Modernización.
Un trabajo “apasionante”
“Hay mucha gente que no se quiere pasar a la empresa (depende del Ministerio de Modernización)”, señaló y aseguró que los diez trabajadores de Tandil y sus familias están muy angustiados por esta situación.
“Yo tengo leucemia mieloide crónica. Estoy en tratamiento. Mi miedo es perder la obra social que me está bancando el tratamiento y la medicación. Tomo una caja de pastillas que me dura un mes y cuesta 60 mil pesos. Es imposible costearla yo mismo”, confió Pablo Auce.
Los controladores aéreos de Tandil se formaron en el Centro de Instrucción, Perfeccionamiento y Experimentación (CIPE) que se encuentra en Ezeiza. “Para nosotros es apasionante este laburo. Tenemos una angustia terrible por tener que dejar de hacer”, dijo el controlador de vuelos.
En tanto, a la ciudad llegaría personal militar para hacer la tarea de los controladores, ya que no hay gente capacitada en la Base Aérea. Sin embargo, los trabajadores ya están capacitados en la geografía, los procedimientos locales y las cartas de aproximación.
“En Tandil tenemos aproximación por instrumentos para días de escasa visibilidad. Tenemos mucha niebla. La verdad es que es un elemento muy útil para las aeronaves. En el medio de la provincia de Buenos Aires somos la única cargatura de combustible y si este aeródromo se militariza, puede llegar a caer en una privatización, a ser de uso militar. Si bien lo va a manejar el Estado, va a tener un uso privado, como es la Escuela de Aviación, Campo de Mayo, Punta Indio, que son aeródromos privados de uso militar”, remarcó Pablo Auce.
Por último, indicó que no han obtenido respuestas del ministro de Transporte Guillermo Dietrich y solo recibieron el comunicado de la ANAC para que optaran por ingresar a la AENA y el cambio de destino, ya que por el contrario pasarían a disponibilidad. Por ese motivo, la semana venidera podrían concretar otro paro a nivel nacional.
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