El vicegobernador puntano expuso en Tandil la idea de ?desinstitucionalización? en salud mental
El vicegobernador de San Luis, Jorge Pellegrini, expuso ayer en Tandil la idea de ?desinstitucionalización? en salud mental que la provincia puntana aplica desde hace dieciséis años.
Pellegrini es un psiquiatra de importante trayectoria a nivel nacional, y fue galardonado por la Asociación Mundial de Psiquiatría con el premio Ginebra 2005, por la defensa de los derechos humanos en enfermos de patologías psíquicas.
El profesional brindó ayer por la mañana una charla en el Centro Sociocultural Almafuerte, con la presencia de la subsecretaria de Salud municipal, Graciela Rodríguez; la concejal Adriana Calvar, integrantes del Foro de Salud Mental y profesionales del área.
Angel Orbea, uno de los representantes del foro, le indicó a Pellegrini que en Tandil el servicio ?está dentro de un Hospital polivalente?, en el que es ?el último orejón del tarro?. Y marcó que en los próximos veinte meses se van a inaugurar 1.200 metros cuadrados para la salud mental, pero falta ?poner inteligencia, recursos humanos, no dinero?.
?Hay que crear una mayor comprensión del problema en los gobernantes?, cerró el psicólogo.
Por otra parte, Guillermina Berkunsky recordó la tarea del Foro de Salud Mental, que se reúne el tercer viernes de cada mes en el primer piso del Concejo Deliberante, y elogió al doctor Pellegrini previo a la exposición del profesional: ?Siempre lo vi trabajando contra todo aquello que silencie y transforme a las personas en objetos?.
Durante su paso por Tandil, ya en horas de la tarde, el profesional también presentó en el Aula Magna de la Universidad el libro Gerónima (de su autoría) y el film homónimo, dirigido por el cineasta Raúl Tosso.
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En libertad
Antes de la disertación del psiquiatra, se proyectó el documental ?Adiós al manicomio?, que refleja el proceso de transformación en San Luis en materia terapéutica.
?Lo que existe en la provincia, desde hace dieciséis años, es una política de Estado respecto a la salud mental. Pero más precisamente respecto a la desinstitucionalización de todos aquellos seres humanos que, con algún tipo de minusvalidez, terminan siempre encerrados, rotulados y sin derechos?, aseveró Pellegrini.
El profesional sostuvo que el gobierno de la provincia de San Luis ?tomó una decisión y logró, por primera vez en la Argentina, reinsertar socialmente sin un manicomio clásico a aquellas personas que llevaban un promedio de siete años y medio encerradas?.
?Los manicomios no son instituciones para los locos. Los manicomios son instituciones para los locos pobres, de la misma manera que las cárceles son el destino de los delincuentes pobres?, enfatizó, para marcar el concepto de exclusión.
Pellegrini recalcó que para cambiar esta situación en el resto del país ?falta decisión política?.
?Es como si me preguntaran por qué hay pobreza ?cuestionó?. La situación social no se resuelve con bolsones de comida, con una caridad hipócrita que en general es preelectoral. Se resuelve con trabajo, que es lo que necesita el pueblo argentino?.
Y a continuación, el vicegobernador indicó que en los últimos seis años ?la desocupación en San Luis nunca superó el 2 por ciento?, de acuerdo a los números que obtiene el Gobierno nacional, ?que no es demasiado cordial con la provincia?.
Las ideas base
?Una sociedad puede ser calificada de acuerdo a cómo trata a sus enfermos de salud mental?, definió Pellegrini.
El proyecto que puso en marcha en 1993, cuando fue designado jefe del Subprograma de Salud Mental provincial, apuntó a transformar al centro de reclusión en lo que hoy es el Hospital Escuela.
Una de las ideas rectoras es ?preparar la externación desde la internación, teniendo en cuenta que la internación no es el principal recurso?, sino que todo se sustenta en ?la diversificación de la oferta terapéutica?. Uno de los aspectos es la reintegración, paulatina y por períodos, del enfermo al ámbito hogareño, y la participación de la familia en su recuperación.
Para continuar, el psiquiatra trajo nuevamente al debate a la ?decisión política?, porque ?nunca se toma de una vez y para siempre, y nunca es unánime?.
Y bajo estas apreciaciones, narró que al comienzo el proyecto generó resistencia en la sociedad puntana, tal es así que el gabinete sanitario cayó por completo en 1995. Sin embargo, la convicción de los que estaban comprometidos con la idea y la aceptación de este nuevo tratamiento por parte de los enfermos hicieron posible que la renovación siguiera su curso. Para ese entonces, el consumo de psicofármacos había disminuido un 90 por ciento en un año.
?El primer desafío fue instalar el tema en la sociedad. Los críticos del proyecto decían que San Luis corría peligro porque los locos andaban por la calle. El hospital en la vereda, al principio, era un escándalo. Pero había distintos tipos de reacciones, también estaban los que integraban al enfermo?, detalló Pellegrini.
Lo mismo
con los chicos
El actual vicegobernador apuntó que la experiencia con los enfermos en salud mental llevó a la provincia a replantearse la situación de los menores alojados en orfanatos y correccionales.
?Hay en la Argentina 45 mil niños institucionalizados. Y sabemos que donde están se producen los abusos más horrendos, que cada tanto salen a la luz y luego son tapados?, señaló.
El gobierno puntano recurrió a ?distintos tipos de recursos y técnicas? de asistencia, pero sobre la base de ?una cuestión interesante e inquietante para debatir: no hay salud sin libertad?.
?¿Qué tipo de salud se puede construir con un hombre encerrado? ¿Qué tipo de salud y de futuro optimista puede tener un niño encerrado, acosado y violado? San Luis es la única provincia que no tiene niños bajo la custodia del padre (Julio César) Grassi. Y lo digo así porque todos saben lo que pasa en esos asilos?, replicó.
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