En el fin de semana largo, la ciudad vuelve a estar colmada y se afianza el perfil del turista
Con el aliciente que significa para el área turística la reciente designación de Mar del Plata como sede de la final de la Copa Davis y el rol de apoyatura que jugará Tandil en ese esquema, la ciudad atraviesa a pleno el último fin de semana largo del año.
De acuerdo a los informes de fuentes oficiosas, hoteles y cabañas trabajaron a pleno, hubo turistas que debieron acudir a casas de familia y otros que ni siquiera lograron conseguir alojamiento, por lo que se hospedaron en localidades de la zona o directamente siguieron camino rumbo a la costa atlántica.
Los operadores consultados por este Diario coincidieron en calificar como ?muy positivo? el desembarco de visitantes, tanto en cantidad como en calidad, este último concepto entendido desde el target que se pretende en el perfil diseñado oficialmente.
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Las variantes
Ya desde el sábado, la ciudad cambió su fisonomía habitual y, pese a las adversas inclemencias climáticas, pudo notarse el aluvión de turistas que lo coparon todo. Una muestra clara la presentó el centro, con confiterías a full y restaurantes en los que hubo que hacer cola para almorzar y cenar.
El tránsito se mostró ostensiblemente más caótico que de costumbre, y en cada rincón de la ciudad abundaron las consultas de visitantes por paseos, alojamiento, gastronomía y locales de venta de productos regionales.
Aunque no en la medida de lo esperado, la Feria del Libro sirvió de refugio reposado ante tanto movimiento.
Para el domingo, el panorama se abrió como el cielo. La vida en contacto con la naturaleza cobró el mayor de los impulsos y los parques y paseos lucieron superpoblados. Un relevamiento realizado por este Diario permitió comprobar que el Parque Independencia, el Lago del Fuerte, La Movediza, el Calvario y El Centinela fueron visitados por miles de personas que gozaron al aire libre. En sus distintas variantes, admiraron las bellezas naturales, la réplica del símbolo por excelencia de la ciudad, la mística de las estaciones que representan la pasión y muerte de Cristo, y hasta pasearon en aerosilla.
Los que prefirieron los campings para alojarse, madrugaron y se volcaron a las sierras, donde hubo actividad de la más diversa.
Las contras
Claro está que queda aún mucho por hacer en una ciudad que está bien encaminada hacia la definición de un perfil de visitantes, pero que sigue demostrando falencias en lo que hace a la calidad del servicio que se persigue.
En ese sentido se inscribe, por ejemplo, el hecho de que las oficinas de información turística no estén abiertas de manera permanente, lo que genera contratiempos y quejas al por mayor de parte de los visitantes.
Algo parecido sucede con el comercio. En jornadas de esta naturaleza, volvió a llamar la atención el aspecto de buena parte de los locales céntricos cerrados e indiferentes al incesante movimiento callejero.
En las estaciones de servicio consultadas, subrayaron que los playeros cumplieron, en muchos casos, roles de agentes del área. Sea para guiar a los turistas hacia distintos puntos de la ciudad, o para derivarlos a localidades vecinas en las que podían conseguir alojamiento.
Una mirada positiva
El empresario turístico Luis Cerone le brindó a este medio un panorama de lo acontecido hasta ayer, en el devenir del último fin de semana largo del año.
?La realidad es que el tipo de turismo que tenemos este fin de semana es el que multiplica. El turista que viene, para en hotel o en cabaña, come en restaurant y pasea. Es el que permite sostener la infraestructura?, analizó.
Para Cerone, se trata de ?un turismo que le sirve a la ciudad, que cambia un poco la incomodidad que genera un visitante, que generalmente es un extraño. Pero esto permite generar puestos de trabajo y multiplicar la economía de la ciudad. Es lo que sirve?, dijo sobre el perfil del visitante.
En cuanto a lo que aconteció en el Centinela, evaluó que ?hubo mucha gente. Se juntó desde la mañana. En principio podría decir que hubo un poquito menos que el fin de semana del 17 de agosto. El número exacto que tengo es por la aerosilla, pero la variación no es de gran importancia?.
En lo que respecta al camping, sostuvo que ?estuvimos con las camas cubiertas. Además, el turista que para en nuestro camping, lo hace en carpa porque le gusta la vida al aire libre. Pero almuerza y cena en restaurantes, consume en la ciudad?.
Finalmente, a manera de balance, explicó que ?no estamos haciendo una ciudad exclusiva, para gente únicamente de dinero. Pero la verdad es que debemos cambiar la incomodidad, un poco lo que tiene que ver con la tranquilidad perdida, por la posibilidad de que haya gente que tenga trabajo?.
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