En un clima de máxima tensión, los trabajadores tomaron la planta de la metalúrgica Apaz Madrid
A primera hora de la mañana, seis de los ocho trabajadores intentaron retomar sus labores en el establecimiento ubicado en la esquina de Aeronáutica Argentina y San Francisco, acatando la conciliación obligatoria que el Ministerio de Trabajo dictó el último miércoles.
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Las puertas estaban cerradas, entonces los obreros optaron por tomar la fábrica. Una vez en el interior, llegó Alejandro Apaz y se produjo el primer encontronazo violento, escena que luego se replicó con su hermano Marcos y Norma Madrid, la madre de ambos.
En esos momentos de agitación, Alejandro Apaz (padre) fue trasladado de urgencia en una ambulancia del Hospital Santamarina aunque enseguida recibió el alta médica.
Mientras tanto, integrantes de la comisión directiva de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) quemaban gomas y exteriorizaban la protesta en apoyo a los empleados que ocupaban la planta.
Desde las primeras horas de la mañana comenzaron las visitas de inspectores del Ministerio de Trabajo, quienes constataron la situación; de la policía y del abogado del sindicato Gustavo Ballent.
Mientras tanto, el titular del gremio Carlos Romano estaba en Buenos Aires dialogando con dirigentes nacionales para bajar a Tandil con nuevas directivas emanadas del secretariado central.
“Angustia y promesas incumplidas”
Pablo Vallejos, secretario adjunto de la UOM, y Angel Menna, su par de Organización, dieron detalles de la marcha de la protesta, que se endureció ayer con la ocupación de la planta, en el inicio de la conciliación obligatoria que rebobina la situación al inicio del conflicto. Así, la empresa debía abrir las puertas y reiniciar las labores, mientras el sindicato estaba obligado a levantar el piquete.
“Los trabajadores, después de estar esperando tanto, de tanta angustia y promesas incumplidas, decidieron entrar en la planta y tratar de ver si participan algunas de las autoridades del Ministerio de Trabajo o las que sean para poder negociar de otra manera y que esta gente cumpla”, explicó Vallejos.
Una vez que ganaron las instalaciones, los obreros se contactaron con la UOM, quien convocó al doctor Ballent para que los asesorara, pero antes el Ministerio de Trabajo certificó que la firma no había abierto las puertas.
Analizó que con la ocupación “se impide el vaciamiento de la empresa”, aunque el fin principal es que “los compañeros quieren cobrar. Hace cuatro quincenas que no cobran, aguinaldo, retroactivo, más la promesa del pago de la indemnización que se fue corriendo de 5 días a 15, el 25 (de agosto). Hubo una audiencia en el Ministerio el martes pasado, que la pidieron ellos y no se presentaron, aduciendo que estábamos nosotros afuera, y eran las familias de los compañeros y cuatro o cinco personas del gremio, nada más”.
Advirtió que los empleados se van a quedar en el edificio “hasta que surja una solución potable para que puedan cobrar”. Al mismo tiempo, la comisión de la UOM permanecerá en las puertas en señal de apoyo “salvaguardando la seguridad de los compañeros”.
Por otra parte, cuestionó algunas agresiones y aseguró que “nosotros no queremos violencia, solamente ocupamos los puestos de trabajo y nos quedamos adentro de la fábrica sin tener ningún tipo de violencia”.
La deuda
A esta altura de la disputa, el sindicato entiende que sólo la Justicia logrará destrabar la situación, aunque no está agotada la instancia de diálogo. Calcula que la deuda rondaría los 650 mil pesos de indemnización, además de los salarios de cuatro quincenas, aguinaldo y retroactivo.
Vallejos sostuvo que si la familia no dispone de dinero “tiene unas camionetas de alta gama. Creo que ese valor lo juntan tranquilamente” y cuestionó la “mala administración, porque el empresariado es el que maneja la fábrica”.
Por último, el secretario de Organización lamentó que el cierre de Apaz Madrid llevará a que ocho puestos de trabajo “pasan a ser una estadística más en el Tandil que tenemos. La industria está en decadencia y no vemos un camino de un buen término”.
“Es imposible retomar la actividad con esta gente incivilizada” dijo Apaz
En diálogo con El Eco Multimedios, el abogado Alejandro Apaz manifestó que los trabajadores ingresaron por una ventana a la fábrica. “Es un delito”, dijo, y prometió radicar la denuncia penal.
“Me llamó mucho la atención que estuviera el doctor Ballent, porque lo considero un profesional excelente”, afirmó en relación al letrado de la UOM y describió que los empleados “entraron violentamente por una de las ventanas. De hecho, estoy viendo que hay una escalera puesta en una de las ventanas”.
Apostado en la planta, confió que estaba esperando que su padre regresara del Hospital, ya que fue trasladado en ambulancia ante el disgusto, y adelantó que se presentaría en la fiscalía para radicar la denuncia por violación de domicilio y usurpación.
Apaz confirmó que fueron notificados de la conciliación obligatoria, pero argumentó que “tengo tres días para impugnarla, para presentar el descargo. Honestamente, en este momento nosotros estábamos buscando un inversor. Hoy puedo asegurar que de la única forma que vamos a pagar es vendiendo el galpón o la maquinaria”.
Agregó que “es imposible retomar la actividad con esta gente que es tan violenta, incivilizada y que de hecho está dañando permanentemente la propiedad”.
Denunció que “en una oportunidad hubo dos allanamientos a un ex empleado nuestro, y a otro empleado que en ese momento era delegado de la UOM, con resultados positivos. Se les encontraron cosas robadas en nuestra empresa y en una empresa vecina. La OUM lo defendió como si el pibe fuera una carmelita descalza”.
Tras contar esta anécdota, afirmó que “la política de la UOM siempre fue de apriete, de actuar en forma ilegal, por lo menos con nosotros”.
Además del factor humano, habló de una profunda crisis que lleva más de un año. “No cerramos para cambiar de nombre y salir alegremente a trabajar como han hecho otras empresas. Nosotros no podemos seguir trabajando”, expresó.
Agregó que venían afrontando las pérdidas con bienes personales, debido a que “en Argentina la mano de obra es muy cara y no somos competitivos afuera. Nosotros perdimos el mercado de Inglaterra, de España y en Brasil, porque nos excede la mano de obra. No podemos no trasladar los aumentos. Acá, cuando querés trasladar los aumentos, ingresan tapas chinas que hoy son excelentes. Entonces, no podés competir con algo que es bueno y encima es barato”.
Por último, confesó que no tiene los recursos para pagar las indemnizaciones y adelantó que no puede seguir sacando dinero de su bolsillo para afrontar las deudas de la metalúrgica.
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