Entre la política y las obras
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La visita de Diego Bossio a Tandil revolucionó tanto la agenda de la oposición como la del propio oficialismo. La primera reunión oficial del director ejecutivo de la Anses y el jefe comunal –reconocida y anunciada por ambos- despertó distintas sensaciones en los peronistas y los radicales.
Tras un extenso período en el que Bossio y Lunghi se demostraron cierta indiferencia -y hasta cruzaron algunas críticas-, el viernes compartieron más de media hora a solas y otro tanto rodeados por colaboradores.
Después del cónclave, ambos celebraron la posibilidad de trabajar en conjunto por Tandil, en principio en el proyecto de 756 viviendas del Pro.Cre.Ar.
¿A quién le convenía más el encuentro? Es difícil medirlo.
En principio, desde el radicalismo vieron el gesto como un acercamiento del Gobierno nacional a un líder radical que ha ganado tres elecciones y que se hizo muy fuerte en la provincia de Buenos Aires. La lógica de calle Mitre sostiene que a los K les conviene acercarse a un dirigente de alta imagen positiva como es el caso de Lunghi.
De todos modos, al Intendente le viene bien la bajada de un proyecto de gran magnitud en un tema tan sensible como el déficit habitacional. Tal vez uno de sus puntos más débiles en casi una década de gestión.
Desde otro ángulo, un amplio sector del peronismo local miró con celos la reunión entre el jefe máximo de la Anses y el pediatra. Se le hizo inevitable recordar al gobernador Daniel Scioli y esa relación –que denota más que una mera convivencia política- que mantiene con Lunghi.
El sentimiento fue de temor, miedo ante la posibilidad de perder en las filas del contrincante a quien esperan que logre aglutinar a la mayor parte del díscolo peronismo serrano.
Más allá del análisis y de un tablero que empieza a acomodar sus piezas de cara a 2013, el acercamiento entre la Nación y el Municipio reditúa en más obras para Tandil. Como una vez fueron las cloacas para la zona norte de la ciudad, hoy se trata de un buen número de viviendas destinadas a familias que sueñan con su casa en una plaza donde la tierra se vuelve inaccesible. De llegar a buen puerto el proyecto, cada uno tendrá parte del mérito.
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