?Estamos a las puertas de un nuevo ciclo virtuoso?
De hecho Mouillerón fue designado presidente del bloque massista allí pero con fecha de vencimiento: el 10 de diciembre próximo. No obstante, para el ex ministro de Trabajo bonaerense la historia se está escribiendo esta vez “no con perspectivas de una nueva hecatombe nacional sino con indicios concretos para volver a atravesar un ciclo virtuoso para el país, como sucedió a mediados de años de la década pasada”.
Mouillerón tiene pocas semanas para organizar un espacio legislativo que se vislumbra con fuerte gravitación a partir del 10 de diciembre, sin embargo en esa fecha dejará todo lo que pueda construir y consensuar en estos meses en manos de los diputados que se elegirán el 27 de octubre.
Designación
-¿Tiene un sentido concreto esta presidencia de bloque o es, como algunos han dicho, el “premio consuelo” a un dirigente que merecía el reconocimiento?
-Me parece que tiene las dos cosas. Si fuera un mero reconocimiento no estaría mal (risas) y al mismo tiempo sería necio de mi parte creer que en tres meses yo puedo decirle a los futuros legisladores cómo tienen que caminar en su vida legislativa, sin embargo a la vez hay algo que tal vez a algunos se les escapa sobre esta oportunidad: estamos hablando, después de muchos años, después de que el kirchnerismo ya dejó de dar todo lo bueno que podía dar, de un proyecto político en marcha, que pienso va a proyectar sobre todo el país el relanzamiento de políticas que pueden volver a cambiar, para mejor, la vida de la gente. Los que estamos en política sabemos lo importante que es poder ser parte de un proyecto político. Es importantísimo.
-Pero el Congreso no tuvo en estos años gravitación alguna. ¿Por qué la habría de tener en tres meses?
-No la tuvo y probablemente tampoco haya un giro tan rutilante ahora, pero ¿sabe qué? Ya hay indicios muy fuertes de que lo que se viene va a tener el acompañamiento de la sociedad y se va a lograr profundizar cosas que se hicieron bien y proyectar políticas mucho más eficaces hacia el futuro. Viene un nuevo ciclo virtuoso a la Argentina y no podemos dejarlo escapar. El Congreso será un lugar decisivo.
-Lamentablemente usted y muchos del Grupo “A” no pudieron hacer gran cosa en estos años…
-Constantemente hago un análisis autocrítico de estos años en Diputados, pese a que algunos –entre los que me cuento- jamás faltamos y asistimos todos los días e intentamos, contra viento y marea, introducir iniciativas y torcerle el rumbo a la ceguera del kirchnerismo, pero mire si los tiempos están cambiando: ahora los que parecen el Grupo A son ellos: Insaurralde no se pone de acuerdo con Kunkel, la Cámpora no lo quiere a Granados, Verbitzky defenestra a Scioli y mientras tanto se aprueban propuestas que tienen gran parte de lo que nosotros elaboramos durante tres años y medio. Los roles se cambiaron o algo está cambiando, ¿no? ¿Se da cuenta la importancia de poder conformar un proyecto político?
-¿No siente desazón por no estar más en la banca? ¿Qué será de mañana?
-No, yo siento que tengo la suerte o la intuición de darme cuenta que soy parte fundadora de un proyecto que, pese a ciertos pronósticos agoreros del oficialismo, vuelve a poner a la sociedad de pie y que en un plazo no tan lejano traerá más conquistas a los trabajadores. Yo trabajo. Siempre. No especulo. Y como todo tipo que trabaja tengo mis detractores, pero no entiendo cómo ellos nunca se dan cuenta que mi clave es esa: trabajar. Yo no me pierdo en elaboraciones teóricas sobre esto o aquello.Y no tengo ninguna desazón, porque las cosas son más sencillas: el que trabaja siempre tiene mañana. U
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