Estuvo en la ciudad Vicente Battista
La Unicén, a través de su secretaría de extensión, lleva adelante por nueve años consecutivos el programa educativo y cultural denominado Universo en las Artes y las Letras. Cada año es un autor nacional el punto de partida para la investigación, la creación y la proyección de propuestas sociales y culturales. Vicente Battista fue jurado del Concurso Literario Universo Cortázar representando en el mismo al Ministerio de Cultura de la Nación, organismo que declaró de interés cultural al programa.
-¿De qué manera conoció a Ernesto Sábato?
-Conocí a Sábato en la casa de Pedro Echagüe. Había ido junto con Abelardo Castillo a una comida en esa casa, no recuerdo bien porqué ni para qué. Sí recuerdo que Sábato estaba con ejemplares de Sobre héroes y tumbas, recién editados, y recuerdo que me dedicó el libro, algo que, obviamente, me llenó de orgullo. Yo tendría 21 ó 22 años, no más de eso.
-¿Qué vínculo llegó usted a establecer con él? ¿En qué medida un escritor consagrado podía dialogar con escritores de otra generación?
-Sábato tenía un formidable sentido del humor, era capaz de articular frases sarcásticas y corrosivas, sin inmutarse, algo que a nosotros, los jóvenes, nos caía de maravillas. Por aquellos años le gustaba mucho estar rodeado de gente joven, a los que trataba de igual a igual. Aún no le había sofocado esa necesidad de asumirse sabio anciano de la tribu que le atacaría años después.
-¿Recuerda alguna anécdota puntual sobre sus encuentros con Sábato? ¿Qué otras personas participaban?
-Hay una muy divertida que incluso salió editada en un libro que Carlos Marcucci publicó en 1971, en el que toma hechos vinculados con escritores: “Abelardo Castillo narra esta anécdota de escritores principiantes ante el maestro, en la que estuvo presente: Hay que imaginárselo a Sábato, hay que imaginárselo también a Vicente Battista, que es más bien todo lo contrario de Ernesto. Pero hay que imaginárselo a Vicente cuando tenía 23 ó 24 años. Sábato en la casa, sentado solemne y serio a la mesa, y nosotros yéndolo a visitar todos en función de alumnos, de jóvenes que van a visitar al gran escritor. El estaba sentado en la punta de la mesa, lejos, y Vicente y nosotros (más o menos por acá, señala Castillo). Battista, como mucha gente, cuando se aburre se duerme, bueno, Vicente se quedó dormido profundamente. Sábato estaba contando una serie de cosas del Uruguay. Por ejemplo: decía que los uruguayos tienen complejo de petisos porque nosotros tenemos a Lavalle y ellos tienen a Lavalleja, nosotros a la avenida 9 de Julio y ellos a la 18 de Julio. Bueno… una serie de cosas de ese tipo ¿no?, y más o menos treinta segundos después, Vicente se despierta y lo interrumpe a Sábato, cosa que ya manifestaba una arrogancia ilimitada, para decirle: ‘Ustedes se han fijado que los uruguayos tienen una especie de complejos de petisos con respecto a nosotros: nosotros tenemos a Lavalle, ellos tienen a Lavalleja, nosotros tenemos la 9 de Julio…’.Vicente seguía hablando mientras Ernesto lo miraba con ojos desorbitados, nunca en su vida le había ocurrido una cosa así, menos con un chico que era la primera vez que lo veía. Entonces Sábato muy seriamente le dice: ´Joven, eso lo acabo de decir yo hace más o menos un minuto´. Vicente se levantó. Era la primera vez que lo veía a Sábato, recorrió todo el largo de la biblioteca —Ernesto estaba sentado—, Vicente se acercó, lo palmeó y le dijo: ´Siempre pensé que teníamos el mismo genio´.”
Sustancialmente es cierto todo lo que cuenta Castillo, sólo son falsas algunas circunstancias: a Sábato yo lo había conocido antes de ese episodio que sucedió en su casa de Santos Lugares, no estábamos sentados alrededor de una mesa sino en los sillones que Sábato tenía en su biblioteca, no me quedé dormido de aburrimiento sino porque por aquella época yo tomaba stenamina, una anfetamina para mantenerme despierto que, cuando se iba el efecto, me provocaba sueño sin remedio.
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-¿Cuál cree usted que pudo haber sido la influencia de Sábato en usted y en el resto de escritores que se reunían con él?
-En mi caso, Sábato me influyó no tanto por su escritura sino por la maestría con la que creaba personajes: María Iribarne, Castel, Alejandra Vidal Olmos, Fernando Vidal Olmos son criaturas que se han ubicado para siempre en la literatura argentina. En cuanto a las generaciones posteriores, sospecho que fue y es un autor muy leído. Pero eso habría que preguntárselo a esas generaciones, yo no estoy en condiciones de responderlo.
-En tanto lector, ¿de qué obras de Sábato ha disfrutado usted en mayor medida? ¿Tiene preferencia por los ensayos o por las novelas?
-Sus novelas El Túnel y Sobre héroes y tumbas me parecen esenciales, sobre todo a la hora de componer personajes y crear climas que de alguna manera dan testimonio de una época especial de nuestra historia. Sus primeros libros de ensayos, hablo de “Uno y el universo” y de “Heterodoxia” son importantísimos, entre otras muchas cosas por la agudeza, la ironía y el sarcasmo con que trata ciertos temas universales. Sus libros de ensayos posteriores dejaron de interesarme. Los últimos se acercan peligrosamente a manuales de autoayuda.
-¿Con qué problemas cree usted que se enfrenta la obra cuando un autor llega a ser sacralizado? Es decir, ¿es perjudicial o beneficioso para la obra de Sábato que su nombre y su figura hayan trascendido los márgenes de la propia escritura?
-Eso depende de cada autor: Borges fue sacralizado en vida y eso no pareció importarle mayormente. Algo parecido, pero desde la acera de enfrente, sucedió con Sartre. Tal vez en Sábato esa sacralización haya sido dañina. Reitero lo que hace un minuto dije acerca de sus últimos libros de ensayos y en esa lista podría añadir su última novela, Abaddón, el Exterminador.
En Sábato aparece con claridad una discusión nunca saldada acerca de vida y obra de los escritores. Hay quienes deciden no leer a determinado escritor porque tuvo actitudes (o acciones) políticas reprobables. En ese punto, ¿qué hacer con Sábato? ¿Importa más su encuentro con Videla o su actuación en la Conadep? ¿O importa más su obra?
Se trata de una discusión que personalmente hace muchísimo tiempo he superado.
Se recuerda a la comunidad que el Concurso Plástico-Literario Universo Sábato se encuentra en etapa de recepción de obras hasta el día 4 de septiembre.
Acceso a las bases en: www.extension.unicen.edu.ar/universo.
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