Frente al peligro del dengue, vecinos reclamaron por la zanja de Muñiz y Palacios
Los vecinos de la zona de Muñiz y Palacios manifestaron su hastío por una pérdida de agua que, desde hace años, conformó una extensa zanja. En la actualidad, este accidente es parte de la geografía de la calle de piedras y arenado (en esa proporción). En tanto, los frentistas expresaron su bronca ante este problema, sentimiento que se magnifica frente a las campañas de prevención del dengue -con plan de descacharrización incluido- y las de concientización por el cuidado del agua.
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La zona, en constante expansión, padece un inconveniente concreto y los contribuyentes no han logrado respuesta alguna de parte de la Dirección de Obras Sanitaria del Municipio, dependencia a la que han dirigido reiterados reclamos.
En principio, desconocen a ciencia cierta de dónde fluye el agua, aunque podría bajar desde el barrio Amemt. Muchos sospechan que podrían ser aguas servidas, aunque a la vista el líquido se muestra transparente.
A priori, en una recorrida que realizó este Diario por varias calles, se observó que los charcos sobre el cordón cuneta -donde existen- son el común denominador de la zona.
Las distintas vertientes confluyen en la calle Muñiz y descienden a través de dos cuadras sobre la vereda par hasta la esquina de Palacios. La enorme y extensa zanja arrastra basura y hojas entre las piedras al descubierto. Ese accidente sobre la calle representa un peligro para el tránsito en general, sobre todo para los vehículos de menor porte como bicicletas y motos.
Por otra parte, cuando trabajan las máquinas de vialidad, la trocha mantiene una pendiente hasta la zanja y las tareas no lucen.
Arboles de
gran porte
Por otra parte, los vecinos se quejaron por un monte de eucaliptus ubicado sobre Muñiz al 700. Los árboles de gran porte representan un verdadero peligro para las viviendas de la vereda de enfrente, en una cuadra totalmente poblada.
Sumado a esto, durante las jornadas de viento y lluvias, las ramas enormes oscilan amenazantes. Además, las hojas y frutos caen al agua de la zanja, se pudren y contribuyen a la mugre general con la que conviven los adultos y niños.
Algunos vecinos contaron que han denunciado la situación ante el Municipio, desde donde aducen que se trata de un predio privado y no pueden intervenir.
En otro intento por mejorar su calidad de vida, hablaron con el dueño y le ofrecieron cortar los árboles a cambio de que les entregara la leña, como pago del trabajo. Sin embargo, el propietario los autorizó para avanzar con la poda pero no estaba dispuesto a ofrecerles la leña. Frente a esta situación, la negociación fracasó.
A metros del barrio Falucho XII, en una zona de gran expansión y de familias de trabajadores, una zanja acumula agua y basura. Del otro lado de la Ruta Nacional 226, los funcionarios llaman a evitar la acumulación de agua para prevenir cualquier foco que permita la proliferación del mosquito que transmite el dengue. Sin duda, dos realidades distantes.
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