Gimnasia integradora comienza en septiembre
La apuesta por la actividad saludable con el cuerpo para personas con diferentes capacidades físicas se redobla en Tandil a partir de mañana. Los bailarines de la compañía de danza integradora (danza que integra personas con y sin discapacidad) Grupo Alma, Deborah Altieri y Santiago Feldman, comenzarán una nueva propuesta: gimnasia integradora.
Se trata de una opción para ejercitar el cuerpo que todos pueden practicar, más allá de sus diferentes capacidades físicas o de la edad, emprendiendo un estudio de la anatomía, de las imágenes mentales con las que nos movemos, y de las maneras de organizar el movimiento.
“Gimnasia integradora es una actividad que derivamos de la danza integradora desarrollada en el país por la directora del Grupo Alma, Susana González Gonz, y que hoy cuenta en Tandil con un taller en la Escuela Municipal de Danzas. Así como en la danza integradora se integra a personas con y sin discapacidad motriz en el baile, aquí se integra a personas con y sin discapacidad motriz en la gimnasia. Lo pensamos para aquellos a los que la palabra danza los asusta un poco”, dijo Deborah Altieri, quien pudo verse este año en los especiales del Canal A sobre artistas vinculados a la temática de la discapacidad.
Según Feldman, la gimnasia integradora buscará observar nuestros hábitos de movimiento para así cambiarlos si se lo desea, entendiendo que la dificultad de cualquier movimiento viene, más bien, de los hábitos que contradicen su realización, más que de la propia dificultad del movimiento.
Conociendo la anatomía del cuerpo y la relación entre sus diferentes partes, el participante irá descubriendo nuevas maneras de moverse con menor esfuerzo. También descubrirá que fuerza no es sinónimo de esfuerzo sino que, muchas veces, la fuerza aparece cuando uno deja de realizar esfuerzo. De esta manera, la energía que gastamos en las tensiones habituales se libera para hacer lo que queramos.
Altieri aclara que para esto se deben dejar a un lado ciertos procesos muy internalizados en nuestros hábitos de movimiento como la comparación. “Debemos ver lo que es mejor para nuestro cuerpo, no copiar lo que es mejor para otro”, aseguró.
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-Se abre una nueva propuesta…
Santiago Feldman: -Es un nuevo paso más en la escuela y lo decidimos en función de personas que la palabra danza les asusta un poco. Por ese preconcepto por ahí se pierden de muchas cosas hermosas de la danza. Quienes quieran acercarse pueden venir este jueves a las 9 a la Escuela de Danzas.
-¿En qué consiste una clase de gimnasia integradora?
Deborah Altieri: -Es una clase que apunta al movimiento de cada uno. La idea es buscar la manera propia de moverse, explorando el propio cuerpo, sin comparación ni imitación. La idea es que cada uno encuentre una manera de moverse. Para cada cuerpo hay una mejor manera de hacerlo.
Esta clase es para personas con o sin discapacidad motriz, a partir de los 14 años.
-¿Cómo fue que la Escuela de Danza se fue sumando a estas propuestas de integración?
S.F: -Es un camino que se fue haciendo. Yo empecé con la danza integradora que está muy bien incluida en la escuela a través de sus muestras.
Este año, cuando Deborah vino a vivir a Tandil, surgió de la idea de trabajar juntos y la escuela lo aceptó como una propuesta de integración en el movimiento, porque todos pueden moverse a su manera.
D.A: -Es un trabajo que no tiene límite para nadie, ni para el que tiene una discapacidad, ni para el que nunca se movió: cada uno crece en la propia consigna.
-Hay otros espacios de Tandil donde están trabajando con la danza integradora…
D.A: -Tuvimos suerte de ir encontrando espacios que se fueron abriendo. Uno fue en la Asociación Síndrome de Down, donde tuvimos un apoyo de la Municipalidad de Tandil.
Arrancamos en la Escuela 501 con un grupo de adolescentes con quienes estamos haciendo una experiencia hermosa y también estamos en Benito Juárez en el Centro de Día Despertares. Empezamos cada quince días y ahora vamos todas las semanas.
Allí trabajamos con personas de distintas edades y capacidades diferentes, todos unidos en una misma clase. De cada grupo aprendemos un montón.
-¿Cómo ha sido la experiencia en cada uno de estos espacios?
S.F: -La escuela 501 nos ha permitido vivir una experiencia increíble. El grupo es fantástico, tanto los alumnos como los profesores.
Nosotros buscamos apoyo y no lo hemos conseguido, pero no olvidamos que la sociedad debe valorar esto, porque eso tendrá que ver con cuán integrada esté.
En ese contexto de la escuela hemos hecho ese intento y allí aparecieron gestos increíbles de docentes y alumnos porque no conseguíamos el apoyo y las maestras se sentían mal por eso y consiguieron recursos y tuvieron un gesto de sostener el taller.
Nosotros hemos aprendido en esta escuela todo lo que la sociedad debería aprender: que la integración no es un favor que se le hace a una persona con discapacidad; hemos aprendido lo que es la solidad, el compañerismo, la dulzura y muchas cualidades artísticas. La sociedad se está perdiendo de esto si no integra.
-¿Qué vivencias están teniendo en la Asociación Síndrome de Down?
D.A: -Es un grupo increíble, y no hace falta nada para que estén bailando. Se entregan totalmente a lo que es la danza. Nosotros disfrutamos mucho de esta experiencia porque son bailarines desde un principio.
-¿Y en Juárez?
S.F: -Es increíble, la verdad que allí nos sorprendemos día a día. Es un centro del futuro para personas con discapacidad, donde los padres de esa asociación están trabajando muchísimo.
D.A: -Han hecho una gran inversión en el Centro de Día porque creen en eso. Y también valoran nuestra actividad, nuestro trabajo. Por eso, de ir cada quince días, pasamos a ir todas las semanas. Allí hay personas con síndrome de Down, en silla de ruedas, lo que nos permite hacer una integración mayor.
-¿Cómo se sienten con el camino que están haciendo?
S.F: -Estamos muy felices, pero queremos que la sociedad lo comprenda con la importancia que tiene y eso está en la valoración y el sostén de esas actividades. La sociedad debe enriquecerse no sólo económicamente, sino en su cultura, su educación, en la integración y la solidaridad. Este es el crecimiento más profundo que puede haber. Por eso nosotros luchamos por el sostén de las actividades con la dignidad que amerita.
D.A: -Yo deseo que la gente pierda el miedo, los prejuicios y se anime a abrirse y a aprender. Es un aprendizaje tan grande que deseamos que las personas se puedan abrir más a la integración.
Por otra parte, las clases de danza integradora continúan los miércoles de 10 a 11.30 en la escuela participando cotidianamente de las muestras artísticas de la institución.
Para comunicarse con Deborah y Santiago se puede llamar al 43-2379 o escribir a santiagodemian@yahoo.com.ar.
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