Guillermo Coria, por ahora, lejos del regreso
Hace poco más de cuatro meses, Guillermo Coria anunció su retiro del ámbito profesional y, con esa pronunciación, al tenis argentino se le escurrió ¿definitivamente? uno de los exponentes de mayor jerarquía en su historia.
Saturado de un circuito desgastante en lo físico y mental, el santafesino dijo ?basta?, al menos por ahora.
Hoy, al margen del profesionalismo, quien llegara a ser número 3 del mundo en mayo de 2004, disfruta de cosas y situaciones de las que otrora debía privarse.
El por el momento ex tenista dialogó con El Eco de Tandil, construyendo un detallado balance de algunos de los puntos salientes de su carrera y narrando su actualidad:
-¿Cómo transcurre tu vida fuera del tenis, al menos en lo que respecta a tu faceta de jugador profesional?
-Estoy muy feliz. Por suerte no me costó adaptarme a esta nueva etapa de mi vida, estoy tranquilo y disfrutando de todo.
-¿Qué es lo que más extrañás de la vida como jugador?
-Hoy no extraño, pero cuando veo un torneo que me gustaba por el certamen en sí o por la ciudad en la que se jugaba, vienen recuerdos lindos y me dan ganas de volver a estar ahí.
-¿De qué cosas te “liberaste”?
-Te digo la verdad, de nada.
-¿Seguís jugando, al menos de forma informal?
-Hace unas semanas que estoy entrenando a dos chicos, y estoy jugando con ellos todos los días, la última vez que había jugado después de retirarme fue en una clínica que hice en La Plata, para 160 chicos.
-¿Proyectás una carrera como entrenador?
-No era mi idea la de entrenar chicos tan rápido, pero salió la posibilidad y me dieron muchas ganas, la idea es tener un grupito del mismo nivel y que los chicos puedan viajar juntos a los torneos, yo los acompañaré a algunos y en otros lo hará un profesor de mi confianza, pero los chicos siempre tienen que viajar con alguien porque es muy difícil ir solo a los torneos, también estoy armando todo para hacer una academia y poder entrenar a varios chicos.
-¿Te gustaría dirigir a algún jugador en particular?
-En particular, no.
-¿La capitanía de Copa Davis?
-En algunos años me encantaría, me gustaría ser ayudante primero y después sí ser capitán.
-¿Habrá otra oportunidad de ganar la Davis como la del año pasado?
-Yo creo que habrá oportunidades, no sé si igual a esa, pero no tengo dudas de que Argentina llegará a varias finales más.
-Después de dejar abierta la puerta para un regreso. ¿Hay una fecha límite para hacerlo?
-No, trato de vivir el día a día y aprender algo nuevo siempre, cuando me decido por algún proyecto le doy para adelante para que salga lo mejor posible, hoy estoy dirigiendo chicos y armando mi academia, no tengo otra cosa en la cabeza que no sea eso.
Soy joven y estoy bien físicamente, si algún día me dieran muchas ganas de volver primero lo pensaría bien, para ver si vale la pena volver a intentarlo, pero hoy la veo lejana a esa posibilidad.
-¿Cómo fue tu experiencia en el periodismo?
-Muy buena, estaba muy nervioso porque sabía que iba a estar mucha gente mirando y escuchando la final, pero me trataron muy bien y me hicieron sentir muy cómodo, eso fue fundamental para que me relajara y dijera todo lo que sentía y veía durante los partidos.
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Su carrera
-¿Cuál fue tu mejor momento?
-Gracias a Dios tuve varios momentos muy buenos, toda mi carrera como junior fue espectacular. También fue muy bueno mi primer año como profesional, en el que terminé ganando cuatro Challengers seguidos. También fue bueno 2001, hasta que me suspendieron. También rescato el período entre 2003 y 2005.
-¿Y tu mejor partido?
-Como profesional tuve varios, pero los mejores el 6-0 y 6-0 a (Mikhail) Youzhny, la final de Kitzbühel 2003 contra (Nicolás) Massú, el triunfo ante (Andre) Agassi en Roland Garros, y la final que perdí con (Rafael) Nadal en Roma 2005. Esos son los primeros que se me vienen a la cabeza.
-¿Y el peor?
-Ufff, no termino más si tendría que nombrar todos, ja, ja. Pero uno en el que me sentí jugando muy mal aunque lo pude ganar fue contra (Fernando) González, en Miami 2004.
-¿Podrías haber llegado a número 1 si no te frenaba esa lesión en el hombro cuando perseguías a Roddick buscando el número 2?
-Yo creo que tenía buenas posibilidades porque me sentía jugando increíble, siempre confié en que podía ser número 1 y me entrené para lograr ese puesto, nunca llegué porque los dos que estaban adelante mío (N. de la R.: Roger Federer y Andy Roddick) eran mejores que yo.
-¿Fue una obsesión el número 1?
-Obsesión no, fue mi meta y confiaba en que tenía todo para llegar, todo jugador, y más cuando está dentro de los mejores, tiene en la cabeza llegar al ?1?.
La final en París
En junio de 2004, Guillermo Coria encontró la posibilidad de cristalizar un sueño y el de muchos tenistas nacionales, que al formarse en el polvo de ladrillo ven como objetivo excluyente levantar el trofeo de Roland Garros.
La solvencia que en aquel entonces mostraba el oriundo de Rufino en canchas lentas y la ventaja de dos sets sobre Gastón Gaudio en la final hacían presagiar que la consagración era sólo cuestión de tiempo.
Pero luego sobrevino lo inesperado, los nervios, los calambres y el desenlace de una historia conocida por todos.
A más de cinco años de esa final que marcó a fuego su carrera, Coria revive con El Eco de Tandil tan doloroso episodio:
-¿Lo de Roland Garros ?04 se transformó en un karma como todos creen?
-Para la gente sí lo fue, para mí no porque al año siguiente me mantuve dentro de los mejores, si hubiera sido terrible, como dicen, no hubiera vuelto después de la lesión.
-¿Viste esa final alguna vez?
-Sí, la vi y no tengo nada que reprocharme, estando todo acalambrado por los nervios jugué tres sets y casi lo gano, me hubiera quedado mal si lo tiraba y me entregaba.
-¿Era lo mismo perderla con alguien que no fuera Gaudio?
-Era lo mismo, y me iba a doler igual, sea quién sea el rival.
-¿Llegaste a sentir que eras ?el rival? de Nadal en polvo de ladrillo?
-Sentía que le podía ganar y jugamos partidos increíbles, de muy buen nivel, en polvo de ladrillo. En Roma acepté que era mejor que yo y me di cuenta de que mis posibilidades de ser ?1? eran cada vez más remotas. Eso me fue desmotivando de a poco y cuando un jugador como yo no tiene motivación se le hace imposible ganar,
-¿Lo del saque terminó siendo falta de confianza? ¿O en parte temor por miedo a resentirte de la lesión en el hombro?
-Sufrí mucho cuando me tuve que operar, no me quedó otra que hacerlo porque ya me dolía mucho para sacar, después de la operación tuve que cambiar algunas cosas para no volver a sentir aquel dolor que tenía y fui perdiendo confianza en ese golpe por esos cambios de técnica, después se sumaron varias cosas hasta que perdí totalmente la confianza.
El dopaje
En diciembre de 2001, Guillermo Coria debió digerir uno de los tragos más amargos de su carrera.
Un control antidoping detectó que había consumido nandrolona, por lo que la ATP decidió marginarlo de las canchas por espacio de 7 meses.
Este fue otro de los temas que el ex número 3 del mundo abordó con El Eco de Tandil:
-¿Por qué se da tu suspensión por doping?
-Porque me dio positivo en un test, fui responsable junto a la gente que trabajaba conmigo por no controlar bien todo lo que hacía. Cuando uno entra al circuito y pretende llegar bien lejos tiene que ser muy profesional y cuidadoso con todo, y el equipo también tiene que estar muy atento a todo. Es un tema que me costó mucho borrar de mi cabeza.
-¿Hubo persecución a los argentinos en torno a ese tema?
-Fue una casualidad que nos diera positivo a varios jugadores argentinos. Pero sí digo que cuando le pasaba a un argentino nos mataban de todos lados, tanto jugadores como la prensa mundial. Cuando le ocurría u ocurre a un europeo, ni se habla ni opinan del tema.
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