Homenajearon a las víctimas de la tragedia de Metalúrgica, a dos años de las tres muertes
Ayer a las 19.30 un grupo de amigos, familiares y allegados de los tres trabajadores fallecidos en Metalúrgica Tandil se congregaron en la Plazoleta de la Industria, situada en Figueroa y Avenida Del Valle, al cumplirse dos años de la tragedia que enlutó la ciudad. Aquel 9 de enero de 2014, Luciano Vargas (31), Lucas Serén (27) y Juan Cruz Andrade (34) sufrieron gravísimas quemaduras por el hierro líquido que se derramó sobre ellos al explotar el horno 6 de la fábrica, situación que los condujo a la muerte.
El encuentro de la víspera fue organizado por el Centro de Estudios Laborales Tandil y estuvieron presentes dos de las tres viudas de los operarios fallecidos, Natalia Fiori (esposa de Juan Cruz Andrade) y Soledad Bastarrica (la mujer de Luciano Vargas). Además, participó del homenaje el secretario general de la UOM Carlos Romano y Petra Marzocca de Memoria por la Vida en Democracia, entre otros referentes de organizaciones sociales.
En primer lugar, Walter Martín, del Centro de Estudios Laborales afirmó que “Tandil es una sociedad que tiene una facilidad terrible para olvidar, para omitir, para callar, para permitir”.
Manifestó que la ciudad “tiene un homenaje al Quijote, al Salamín y no hay un espacio que recuerde a los trabajadores, a aquellos que con su esfuerzo construyeron una sociedad que después los olvida. Entonces nos propusimos como meta generar un espacio que los recuerde, a todos aquellos que dejaron su vida en el puesto de trabajo por la falta de preocupación de aquellos que disfrutan de esa sociedad que construyeron los compañeros con el esfuerzo”.
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Héroes
anónimos
“Nuestra intención es mes a mes recordar a todos aquellos trabajadores de Tandil a los que les arrebataron la vida en el puesto de trabajo. Nos parece que este lugar es muy simbólico, porque el monumento es un homenaje a un pionero, a la industria, a la construcción pero siempre visto desde ese lugar. Es un homenaje a Selvetti como si hubiese hecho todo solo. En ningún momento se reconoce a los trabajadores que fueron parte de esto”, expuso.
En ese marco, consideró que “éste tiene que ser el lugar donde empecemos a visibilizar a aquellos héroes anónimos, que a los dos meses ya nadie recuerda, mucho menos a los dos años. No sé si esta plaza tiene nombre pero pretendemos que a partir de ahora se llame la Plaza de los Trabajadores de Tandil”, indicó y desató el aplauso de todos los presentes.
Y sostuvo que “vamos a poner tres cruces ahora y así iremos agregando todos los meses y años que perdamos un trabajador en los puestos de trabajo de la actividad que sea. Ya tenemos para agosto un compañero de la construcción, y uno de una cantera que fue aplastado por las máquinas, queremos que sea el espacio de todos los trabajadores”.
“Tenemos que cuidar entre todos esto porque no va a querer Tandil recordar todos los días lo que quieren olvidar con tanta facilidad”, lanzó.
Posteriormente, colocaron las tres cruces con los nombres de cada uno de los fallecidos para luego hacer un minuto de silencio, en el marco de varias velas blancas encendidas sostenidas por los presentes. Natalia Fiori y Soledad Bastarrica se abrazaron fraternalmente, tratando mutuamente de aliviar el dolor de las irreparables pérdidas. u
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La madre de Lucas Serén dijo
que la causa se cerró porque
las viudas firmaron por plata
Al finalizar el homenaje a los tres jóvenes fallecidos, Zulma Martínez, la madre de Lucas Serén, le pidió hablar a El Eco de Tandil. Expresó que la vida de su hijo “no tenía precio” y lamentó la firma de un acuerdo para cerrar la causa a cambio de dinero.
Sumida en su profundo dolor, confió que “lo recordamos todos los días, nos quedó una familia destrozada”.
Indignada, pidió que las viudas se “saquen las caretas” porque “se ofreció un dinero, aceptaron y firmaron, pero yo no estaba de acuerdo. Hablo siempre de mi hijo, del resto no puedo hablar”.
“Mi hijo no
tiene precio”
“Hago totalmente responsable a la doctora Rubiale, y a los que firmaron. Mi hijo no tenía precio, no lo tiene, es todo lo que quiero decir”, expresó.
Y remarcó que “pido justicia todos los días, no me canso y no me voy a cansar. No vale 2 pesos mi hijo, no tiene precio una vida”.
“Cerraron el caso. Yo me enteré por un diario. Como yo pedía justicia, me dejaron a un costado, la doctora Rubiale fue mi abogada, pero me dejaron de costado porque pedía justicia y no quería que firmaran. Les pedí que siguieran unos días más, que se podía demostrar que sí era culpable pero igual firmaron un acuerdo, que implica no seguir adelante con la causa”, explicó.
En ese contexto, llamó a “sacarse las caretas” porque “pusieron tres pesos y todos se callaron la boca, hay que seguir pidiendo justicia. La vida no tiene precio”.
Contó que la de Lucas fue “una gran pérdida, él tenía un hermano gemelo que también está luchándola, un padre ausente, cómplice también de todo esto porque se quedó callado. No dijo nada, tendría que haber salido a defenderlo, porque su hijo dejó la vida ahí, y no fue capaz”.
“Me quedé sola luchando con todo esto, con el dolor, con la pérdida de un hijo. A mi nieta prácticamente no me permiten verla porque no estuve de acuerdo con la firma. Pero no me voy a cansar de pedir justicia”, afirmó con gran tristeza sobre la pequeña que Lucas no pudo conocer. u
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