Hoy finaliza la muestra “Tandil fantasía”
Hoy, en su último día y en el Museo de Bellas Artes, podrá visitarse “Tandil fantasía” de Franco Pogo. Martín González, a cargo de la fotogalería, dio detalles antes del cierre e hizo un balance de la propuesta.
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-¿Qué nos puede decir de “Tandil fantasía”?
-Es una serie de fotografías de paisajes de Tandil intervenidos digitalmente por el fotógrafo tandilense Franco Pogo. En estas imágenes el autor ha utilizado los recursos estéticos y discursivos del surrealismo para enfrentarnos a una visión de Tandil propia del ámbito del subconsciente y de los sueños.
-¿Qué recursos nos permiten comprender esta propuesta más profundamente?
-Para comprender mejor la serie “Tandil Fantasía”, es interesante rescatar la forma de trabajar de los artistas adheridos al movimiento surrealista desde su origen en Francia hacia el año 1924, ya que estos sostenían la idea de que el acto creativo debía surgir del automatismo puro de la psiquis en un gesto de rechazo a la intervención de toda razón o lógica al momento de crear una obra artística. Esta actitud de “rebeldía artística“ surgió como reacción contra el arte burgués de la época que imponía un sinfín de pautas estéticas y temáticas para la aceptación social de una obra. Así es como los surrealistas plasmaban en sus obras ese instante creativo donde la inspiración surgía más del ámbito del subconsciente, que de la razón. El resultado frecuente que vemos en estas obras es una convivencia de elementos de la realidad, con otros ligados al mundo de los sueños que, al conjugarse en composiciones, dan por resultado visiones alteradas de la realidad tal cual la percibimos.
-¿Qué vínculo diría que Pogo estableció con estos principios?
-En este contexto del surrealismo, pero refiriéndonos puntualmente al trabajo de Franco Pogo, debemos rescatar que el autor ha tenido la agudeza de mantener claramente identificables, desde la objetividad de la fotografía, una serie de paisajes y espacios públicos de Tandil en los cuales incorpora elementos también reales y reconocibles, pero totalmente ajenos a los mismos. Así, logró provocar una alteración profunda de nuestra percepción de esos espacios naturales y urbanos. Esta combinación del espacio conocido, pero con elementos ajenos a la realidad tal cual la percibimos, nos lleva a repensar los espacios, a evaluar aunque sea en el terreno de la fantasía, la extravagante e inquietante idea de la nueva visión hecha realidad.
Elecciones concientes
-¿Qué los llevó a seleccionarla y qué aporte hizo esta muestra a la fotogalería?
-Desde lo fotográfico, es una serie muy bien concebida en cuanto a la idea. Además al recorrer las fotos, el observador percibe, en cada pieza y, en el conjunto, la existencia de unidad temática, estética y narrativa, con lo cual cumple los aspectos necesarios para ser considerada fotografía artística.
En cuanto a Franco Pogo como autor, debemos decir que, tanto el Museo como su fotogalería, son concebidos como un espacio estatal destinado a presentar alternadamente trabajos de artistas reconocidos y consagrados, con trabajos de autores que, sin tener una carrera consolidada, comienzan a mostrar el desarrollo de un trabajo de autor consistente.
De esta forma, el Estado cumple el rol indelegable de brindar a estos artistas emergentes un espacio idóneo donde mostrar su trabajo con todos los cuidados y profesionalismo necesarios para incentivarlos en este camino de mostrar lo que hacen.
-¿Cómo llegaron a conocer su labor?
-En el caso de Franco, como en el de otros artistas emergentes que ya han expuesto en el Museo,
descubrimos su trabajo en las redes sociales y, a partir de esto, lo contactamos invitándolo a exponer. Personalmente, me resulta sumamente interesante esta práctica de buscar y descubrir en distintos medios autores talentosos que ni siquiera han pensado en exponer sus trabajos. Con el tiempo he comprendido que existen personas con enorme potencial artístico que, por diferentes circunstancias, tienen trabajos formidables guardados en cajones y ahí están esperando se les de la oportunidad de compartirlos.
-A partir de ese contacto, ¿cómo fue el proceso?
-A partir del contacto que hicimos con Franco y la invitación a exponer su serie “Tandil fantasía” en la fotogalería, el nos pidió un tiempo para pensar la idea pero rápidamente y muy entusiasmado nos avisó que estábamos en marcha hacia concretar la muestra. Luego hicimos toda una serie de intercambios de ideas respecto a la selección de las imágenes a exponer, la escala de las copias, el tipo de dispositivo para las fotos, el montaje en sala, que concluyeron en la presentación que hoy el público puede disfrutar hasta hoy en las salas del Museo.
La experiencia del público
-¿Qué visión diría que Franco propone de Tandil en su propuesta?
-Aunque “Tandil Fantasía” es una serie de imágenes de Tandil absolutamente disfrutable por público en general, por su condición de trabajo artístico, creo que tienen un significado y una posibilidad de lectura especiales para las personas que tenemos incorporados esos paisajes y espacios de la ciudad como parte de nuestra cultura.
Cuando una persona tiene incorporados culturalmente estos escenarios, significa, entre otras cuestiones, que tiene un concepto -idea u opinión- totalmente formado de los mismos, a partir de la propia experiencia vivida con ese lugar. Este concepto, tan personal, determina nuestra percepción del lugar, o sea, nuestras sensaciones respecto al lugar. Así es que, cuando Franco Pogo toma una fotografía real y literal de El Centinela, por ejemplo, e incorpora a este ícono de Tandil mediante edición digital una enorme garra apresándolo y que también es real y literal, la nueva composición del Centinela altera y desafía radicalmente nuestra percepción del lugar. Nos obliga a repensarlo. Y en este nuevo e incómodo lugar de re significación nos transmite, aunque sea en el terreno de la fantasía, la inquietante idea de la nueva visión hecha realidad.
-¿Qué experiencia tuvieron durante este tiempo de exposición?
-La inauguración se vivió con alegría y emociones muy agradables. Es gratificante ver concretada una muestra que se inicia con un disparador tan sutil como un descubrimiento en Facebook de un artista emergente con gran potencial. Ojalá le sirva a Franco esta experiencia para proyectarse en el ámbito de la fotografía artística. El público queda impactado al recorrer “Tandil Fantasía” y no expresa más que halagos. Así es que ha ido todo muy bien.
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