Hoy será homenajeado Rubén ?Cacho? González
La actividad es organizada en forma conjunta por el municipio de Tandil y el casino y se entregará la distinción Küme Che (Buena gente en lenguaje mapuche). Se trata de una estatuilla especialmente confeccionada para el caso por el escultor lugareño Alberto Vinsennau.
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Durante la programación, será leído un poema dedicado al homenajeado, escrito por el premiado poeta tandilense Julio J. Villaverde.
Posteriormente habrá charlas, mensajes y recuerdos, con la amenización musical de los maestros Miguel Ferraggine y Mario del Miguel.
ALGO SOBRE EL
HOMENAJEADO
Tandil tuvo radio recién a partir del primer minuto del año 1970. Pero Rubén ?Cacho? González era locutor desde mucho tiempo atrás.
En 1956 realizó su primera locución de envergadura en el imponente acto inaugural del campo de deportes de Ramón Santamarina, en Belgrano esquina Roca.
Muy pronto, las calles y plazas de la ciudad empezaron a ser visitadas por sus equipos de audio para emitir publicidad y mensajes variados.
Muchas veces, una bocina en un auto de la época era suficiente para anunciar que había llegado un circo a la ciudad o que una tienda se encontraba de liquidación.
Simultáneamente, esos servicios fueron requeridos desde los estadios de fútbol. Allí estaba también Rubén González y su gente. Mientras se jugaban los partidos por el campeonato tandilense, el público se informaba, a través de los altavoces, de los goles de los equipos profesionales.
Con aquellos añejos y legendarios micrófonos, ?jugaban a la radio?. Anunciaban un gol y decían: ?En minutos más confirmaremos el autor del tanto?. Cuando aparecieron las radios portátiles ya no hubo necesidad porque la gente miraba los partidos lugareños y llevaba su receptor para enterarse ?cómo iban en Buenos Aires?.
Y en tiempos en que eran escasas las líneas telefónicas (ni hablar de celulares) recorrían en vehículos las principales canchas de Tandil para informar cómo iban los otros partidos.
Con esas experiencias y muchas otras, Rubén González se hizo locutor. Y la vida y los tiempos lo convirtieron en maestro.
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