Intentaron robar en una empresa de seguridad y encerraron a la empleada en el baño
Ayer en horas de la tarde la apacible calma de la avenida Avellaneda fue interrumpida por un intento de robo, que paradójicamente tuvo como blanco una empresa de sistemas de seguridad, de avenida Avellaneda 666. Los delincuentes obligaron a la empleada a ingresar al baño y luego de tan sólo unos momentos de revolver el lugar, se dieron a la fuga sin llevarse nada. La joven sufrió un ataque de nervios y debió ser asistida por profesionales del Hospital Ramón Santamarina.
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El hecho ocurrió pocos minutos después de las 18, cuando dos hombres ingresaron a Red SSI (Red de sistemas de Seguridad Integral), un flamante negocio que abrió sus puertas hace tan sólo un mes, se hicieron pasar por clientes y obligaron a la empleada a ingresar al baño, donde la maniataron y cerraron la puerta, pero no con llave.
De acuerdo a la descripción que pudo hacer más tarde la víctima, se trató de dos personas jóvenes, de entre 30 y 35 años, bien vestidos, que actuaron a cara descubierta y no exhibieron armas en ningún momento. Tampoco la agredieron físicamente, sino que se limitaron a dejarla en el baño y maniatarla.
La joven escuchó que los sujetos revolvían el lugar, probablemente buscando algo de dinero, pero se dieron a la fuga sin llevarse nada. De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, no había dinero en la caja aunque sí había muchos equipos de seguridad, que son los que se venden en el negocio. No obstante, los ladrones se fueron sin sustraer nada.
La joven permaneció inmóvil en el baño hasta que dejó de escuchar ruidos, como 10 minutos después, y en ese momento llamó a la policía, ya que tenía su celular consigo.
Sin embargo, permaneció en el baño hasta que arribaron los uniformados porque tenía temor de que los delincuentes no se hubieran ido aún o la estuvieran vigilando.
Pocos minutos después, llegó el personal de la comisaría Primera y una ambulancia del Hospital, ya que la mujer tenía una crisis de nervios por la situación vivida y los médicos debieron asistirla.
Más tarde arribó el propietario del comercio, Alejandro Fernández, quien constató que no había faltantes.
El movimiento policial desplegado en el lugar captó rápidamente la atención de los vecinos de la cuadra que salieron de sus casas con el fin de saber qué había ocurrido.
Un mal momento
En diálogo con El Eco de Tandil, Alejandro Fernández explicó que la empleada “no llegó a pulsar el botón antipánico porque todo fue muy rápido”.
Y relató que “cuando se fue uno de los chicos que trabaja con nosotros, ella (en referencia a la empleada) le abrió la puerta, ya que tenemos una puerta con cerradura eléctrica y se fue. Automáticamente golpearon la puerta y era un hombre. Le abrió pensando que era un cliente y entró con otro más atrás, así que no le dio tiempo de hacer nada”.
Luego “la metieron adentro de baño, le ataron las manos y ella escuchó ruido como que estaban revolviendo algo. Evidentemente, ellos han visto las cámaras de seguridad, eso los asustó y se han ido enseguida. Nosotros tenemos dos pantallas de LCD, supongo que cuando ellos se vieron en las pantallas supusieron que los estábamos viendo y por eso se fueron”.
“La policía vino rápido y actuó en forma muy eficiente. Fue un mal momento pero afortunadamente no pasó a mayores”, resumió.
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