La belleza del coloso
La primera fotografía que pueda obtenerse de un planeta es algo extraordinario. Pero como decía el exastronauta de la NASA y visitante ilustre de Tandil (1990 y 1991), el Ing. Dr. Franklin Chang Díaz, “una segunda imagen es algo mucho mejor”. Porque de esta manera uno puede comenzar a realizar comparaciones y a partir de ellas, indagar acerca del objeto en estudio. Y esto es lo que está ocurriendo con Júpiter desde hace unos meses.
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Lanzada el 5 de agosto de 2011, luego de un derrotero de 5 años, la sonda espacial Juno (NASA, Estados Unidos) arribó a Júpiter en un día muy especial para los norteamericanos, ya que lo hizo el 4 de julio de 2016, día de la independencia del país del norte. El objetivo de Juno, un proyecto de 1.100 millones de dólares, es estudiar al gigante del sistema Solar, en particular, su compleja atmósfera. A casi un año de aquel arribo, los científicos de la misión están encontrando que la complejidad joviana es mucho mayor a la que habían imaginado. En palabras de Scott Bolton, investigador principal de la misión, “estamos redescubriendo a Júpiter”.
La misión Juno contempla ciertas características muy particulares. Por ejemplo, es la sonda a base de energía solar que más se ha alejado del Sol en toda la historia, lo cual de por sí ha sido un logro tecnológico notable de todo el equipo a cargo del proyecto. Pero a su vez, es la que más se acercó al planeta, batiendo también aquí todos los record. Resulta que el campo magnético de Júpiter es muy intenso (unas 10 veces el terrestre), existiendo altas chances de que los instrumentos electrónicos de los navíos que por allí pasen sufran serios daños. ¿Cómo hacer entonces para viajar muy cerca de Júpiter sin recibir daños irreversibles? Una posibilidad sería pasar lo más cerca que se pueda, en el menor tiempo posible, minimizando la exposición a estos efectos nocivos. Y esto, justamente, ha sido (es) el plan de vuelo de Juno, realizando órbitas (vueltas) muy elípticas (alargadas) alrededor de Júpiter.
Cada órbita completa la desarrolla en un lapso de 53 días. En ese tiempo, la sonda se acerca pocos miles de kilómetros al planeta, pasa por su polo norte, luego por el polo sur, y se aleja para luego iniciar un nuevo ciclo.
En su primera órbita, el 27 de agosto de 2016, podríamos decir que en términos astronómicos Juno rozó a Júpiter, pasando a tan sólo 4.200 km respecto de las capas atmosféricas más altas. Para tener una idea más aproximada de lo que involucran estas trayectorias, Juno realizó este pasaje a una velocidad de 208.000 km/h, transcurriendo tan sólo dos horas en viajar de polo a polo.
Demás está decir que la posibilidad de pasar tan cerca del planeta como nunca antes se lo había hecho, abre una serie de oportunidades únicas para su investigación y mejor comprensión que la que se tenía hasta el momento. Es así que la semana pasada, más precisamente el viernes 26 de mayo, la revista Science (una de las más importantes en el mundo de la ciencia) publicó investigaciones realizadas sobre Júpiter a partir de los datos obtenidos por Juno, en particular los recabados por su cámara JunoCam. La imagen que acompaña esta nota da cuenta de lo maravilloso, y caótico, que resultan ser los polos de Júpiter, en particular, su polo sur. Obtenida a unos 52.000 km de distancia, en la fotografía pueden observarse perfectamente gran cantidad de patrones circulares y ovalados los cuales no son más que grandes ciclones, algunos alcanzando diámetros de hasta 1.400 km.
Con Juno estamos obteniendo por vez primera imágenes de sus polos, los cuales distan muchísimo de la fisonomía de los observados en Saturno, indicándonos claramente cómo en un mismo sistema planetario (el nuestro, el Solar), planetas gaseosos varían en gran manera unos de otros. El solo imaginar cómo serán los planetas en otros sistemas realmente produce una gran expectativa y ansiedad por los resultados que obtendremos en el futuro cercano.
Juno nos deparará muchos más resultados sorprendentes. Uno de ellos sucederá a partir del próximo 11 de julio, momento en que Juno pasará por sobre la conocida Gran Mancha Roja. Será fantástico poder apreciar esas primeras imágenes tan de cerca de una de las regiones más famosas del Sistema Solar.
Juno finalizará su misión en febrero de 2018, luego de unas 36 órbitas, alejándose y acercándose sin cesar al gran protagonista de esta historia, el gigante del Sistema Solar, un coloso que vuelta a vuelta nos asombra con su belleza.
(*) Director de Gestión Planetario Ciudad de La Plata.
Licenciado en economía de la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Economía (Ph.D.) por la Universidad de Michigan (EE.UU.). Director del Instituto de Economía de la Unicen. Profesor full-time en la UTDT y director del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) - UTDT.
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