La biblioteca Rivadavia pide una contribución por un libro para el mantenimiento del edificio
La biblioteca popular Bernardino Rivadavia está desarrollando una campaña con el objetivo de juntar fondos destinados al mantenimiento del edificio. Con un tablón en la vereda, ofrece colaborar con un bono de 50 pesos y a cambio, elegir y llevarse un libro usado.
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La situación de la centenaria institución es similar a la que atraviesa el resto de las bibliotecas populares de Tandil, que ya llevan siete meses sin percibir el subsidio del Gobierno provincial. A esto se suma la baja en el número de socios y en la cobrabilidad de las cuotas sociales, como coletazos de la crisis económica general.
A partir de esta situación, la institución intenta reunir los recursos necesarios para reparar el cielorraso del salón principal. Es que en marzo de este año, se produjo una rotura en la canaleta ubicada en la cubierta del centenario edificio, provocada en forma accidental por una obra en construcción lindera. Si bien los vecinos arreglaron el techo, las filtraciones dejaron una enorme mancha amarillenta en el interior y el peligro latente de que se caiga el yeso.
Entonces, para evitar que avance el deterioro, se armó una campaña en la que ofrecen un bono contribución de 50 pesos. Como retribución, quienes colaboran pueden elegir un libro de los que dona la población y que están repetidos en el catálogo de la biblioteca.
Este tipo de propuestas ya se han realizado en otras ciudades debido a los problemas económicos que afrontan las instituciones que conservan y resguardan la cultura en las ciudades del interior bonaerense.
La situación
es grave
Esta movida provocó ayer curiosidad entre las personas que caminaban por San Martín al 500, que se acercaron a mirar los libros y a preguntar los detalles de la campaña. Muchos comentaban la preocupación que les genera el problema que atraviesa la entidad sin fines de lucro.
La biblioteca Rivadavia, que ya celebró 108 años de vida, tiene hoy 975 socios de los cuales solo 600 mantienen al día la cuota de 60 pesos mensuales.
En mayo cobró por última vez el subsidio de 7.887 pesos mensuales que le asigna el Gobierno provincial. En tanto, percibe todos los meses 12.916,48 pesos del Municipio, a partir de la sanción de la Ordenanza 9301 que data de 2004.
En la actualidad, dos empleados atienden la institución de 9 a 19. En 2001, antes de la gran crisis, en la biblioteca trabajaban once personas.
En cuanto al público, la institución recibe un promedio de 300 visitantes por día. Al mediodía, asisten muchos alumnos de la Escuela Técnica 3 -ubicada a la vuelta- que tienen jornada extendida y pasan su horario de descanso en las salas.
Además de los 61 mil ejemplares de su catálogo, la biblioteca ofrece su colección de videos en DVD y de revistas. En la hemeroteca conserva los ejemplares de Nueva Era desde 1919 a la fecha y de La Nación desde 1885 hasta estos días. Por otro lado, cuenta con computadoras conectadas a internet, sala que siempre está colmada de usuarios.
Los muros de la céntrica biblioteca aún recuerdan que antes de 2001, las mañanas y las tardes encontraban a muchos adultos leyendo los diarios y haciendo consultas. En grupos, ocupando todas las mesas disponibles, estaban los chicos de distintos colegios y escuelas, investigando temas para llevar a clase. Hoy, internet conduce la información hasta los hogares, pero muchos copian y pegan, resignando la lectura y la comprensión de los textos.
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