“La diferencia la hizo con su estrategia”
El sábado en Las Vegas, Matías Rueda estuvo frente a la primera gran oportunidad de su carrera. Llevó hasta Norteamérica su ilusión mundialista, cimentada desde hace un largo tiempo y a través de un contundente record en el profesionalismo.
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Pero el mexicano Oscar Valdez tenía otros planes y demoró apenas cinco minutos en despertarlo de ese sueño que “La Cobrita” compartía con toda Tandil y un país boxístico que buscaba sumar un nuevo campeón del mundo a su palmarés.
La superioridad de Valdez terminó de cristalizarse en las postrimerías del segundo round, cuando Rueda -exprofeso- fue a la lona por segunda vez en el asalto, en este caso sin recibir la venia del árbitro para seguir en pelea.
A días del combate, Rueda encuentra como principal razón de la derrota la estrategia utilizada por Valdez, contrastada con su frustración por sentir que no tuvo a mano el plan idóneo para mitigar los avances de su rival e imponer los suyos.
En su diálogo con El Eco de Tandil, Rueda comenzó refiriéndose a sus sensaciones tras el combate: “Primero que nada, sentí frustración por no haber podido volcar a la pelea todo el trabajo de entrenamiento que hicimos. Después, te das cuenta de que el otro también estudia y hace su plan de pelea, esta vez el suyo fue mejor que el mío”.
-Sensación mezclada con la satisfacción de haber cumplido el objetivo de pelear por un título del mundo.
-Seguro. Siempre dije que para mí lo más importante era tener la chance, más allá de que pueda conseguir el cinturón. Obviamente, uno después quiere ganarlo, pero que te den la oportunidad ya es muy importante.
-¿En qué notaste que se cimentó la superioridad de Valdez?
-Para mí, la diferencia más grande la marcó con su estrategia. Su plan de pelea era quemar las naves en los primeros dos o tres rounds, el tiempo que yo tardo en calentar motores. El notó eso y acertó, mis peleas siempre han tenido esas características, yendo yo de menor a mayor. Apretó en los primeros rounds y se llevó la victoria. Después de la pelea, charlé con él y me reconoció que en el segundo round ya estaba ahogado.
-¿Lo notaste?
-Sí, vi que en un momento aflojó y respiraba mal. Cuando lo tenía en la corta y decidí ir a buscarlo, me pescó con la mano que terminó en la segunda caída. Ahí, terminó la pelea. Su estrategia fue perfecta, por eso es campeón del mundo.
-¿Percibiste que salió a buscar un nocaut prematuro?
-A marcar una diferencia rápido, a sacar de entrada dos o tres puntos de ventaja. Me enganchó con una mano en el hígado y se terminó.
-¿Y respecto a tu estrategia?
-De eso no quiero hablar demasiado, es un tema que tengo pendiente con mi equipo de trabajo.
-¿Sentiste que no fue acertada?
-No se acertó. No hubo una estrategia, fue sólo esperar que finalice el primer round, y una vez que terminó no hubo un plan de pelea firme. Después de que pasó todo, fue algo que me dio mucha bronca.
-Se especuló con que tus mejores chances estaban en los primeros rounds.
-Yo creo que hubiese tenido mejores posibilidades en una pelea de largo aliento, porque encuentro el ritmo a partir del tercer round, así lo he hecho en el nivel nacional. El, acostumbrado a pelear en esos grandes escenarios, con esas promotoras de eventos, suele salir a jugársela de movida por las dudas.
-¿Al segundo round entraste conmovido?
-No, estaba perfecto. El quiebre fue el gancho al hígado, que me sorprendió. Después, me enganchó de vuelta y el árbitro, quizá un poco apresurado, decidió parar la pelea. Tampoco digo que haya estado mal, él lo consideró así.
-¿Y entre las dos caídas?
-Me sentí bien. La segunda fue porque volvió a golpearme con mucha justeza, no es que caí porque venía sentido. De hecho, el segundo golpe fue más sólido que el primero. Apoyé rodilla en tierra para escuchar la cuenta de protección y recuperarme, pero el árbitro no me dio el pase.
-Ambas caídas fueron adrede, buscando esos segundos de protección para restablecerte.
-Sí, quizá también pagué mi inexperiencia en ese ámbito. Podría haber aguantado.
-Pero también te exponías a una mano de nocaut.
-Y…es una milésima de segundo en la que tenés que tomar la decisión.
-¿Te sentías en condiciones de seguir?
-Sí, claro. Aparte quedaba un minuto de round y venía el descanso.
-¿En qué momento llegaste a impactarlo mejor?
-En el primer round, cuando en un par de ocasiones lo llevé contra las cuerdas. Viendo después la pelea noté que el va para atrás. Empezó a respetarme más, pero al mismo tiempo a atacarme para que no le llegue. Es muy veloz y se me hizo difícil entrarle, no podía acortarle los caminos. Me desbordó con una velocidad que no esperaba.
-¿En la previa se dio como favorito a Valdez, personalmente qué chances considerabas tener?
-Las opiniones que escuché de parte de periodistas o gente vinculada al boxeo fueron sólo eso, opiniones. En mi lugar de entrenamiento, con Julio Lester y Zalazar, nunca vi a ninguno de ellos. Sólo podían hacer suposiciones fundamentadas en mis peleas anteriores, porque no vieron cómo me estaba preparando. Yo confiaba en mis chances, lo veía como un 50 y 50. En los rivales que habíamos enfrentado cada uno no hay diferencias, mirando el record de Valdez no encontraba ningún invicto. Venía de ganarle a un Gradovich prácticamente retirado, no era un rival a destacar, a pesar de que fue campeón del mundo, lo respeto por eso. Pero frente a Valdez no hizo absolutamente nada, además peleó enfermo, nos enteramos de que tenía anginas. Otro de los rivales que tuvo Valdez es Chris Avalos, un gallo pasado a pluma, como algunos de los rivales que tuve yo.
-También había cierta similitud en la cantidad de peleas.
-Claro. En lo que sí hay diferencia es en los escenarios en los que él peleó. Está acostumbrado a presentarse en Las Vegas, en California, en muchos lugares a los que nosotros no habíamos tenido acceso.
-¿En qué influye?
-En la visión de los jurados, por ejemplo. Yo subo predispuesto igual que si peleara en Argentina, pero el ambiente te condiciona a hacer otro tipo de pelea. El árbitro tiene otro criterio, tampoco es lo mismo pelear para HBO que para TyC Sports, porque HBO es muy selectiva, busca violencia, sangre, nocaut. Ir a esos escenarios te obliga a insertarte en ese estilo.
-Se supuso que con Valdez darías un salto de calidad en cuanto a la jerarquía de tus rivales. ¿Lo confirmaste?
-Sí, Valdez tiene una velocidad superior y un gran timming. No pega duro, pero sí muy firme. Y tiene mucha justeza, te pega un cachetazo muy certero, me llegó con el gancho en tiempo y forma.
-¿Su estilo de boxeo te quedaba especialmente incómodo?
-No, no es complicado en ese aspecto. Es muy lineal y no usa demasiado los pasos laterales. Es un boxeador mexicano, va al frente, le gusta la guerra corta, a mí también, por eso me quedaba cómodo.
-¿Salvando las diferencias de jerarquía puede compararse con alguno de tus rivales anteriores?
-No, ni cerca, es muy distinto. Por nivel y por características. Es mucho más completo que cualquiera de los otros boxeadores que enfrenté. Todos sus golpes son sólidos y no tira a tantear, tira a lastimar.
-¿Hubieras preferido otro tipo de derrota, acaso por puntos o desplegando un poco más de tu boxeo?
-Sí, si tenía que ser un nocaut, mejor hubiese sido del sexto round en adelante. Estaba muy bien físicamente, en condiciones para aguantar una pelea larga. Así, hubiese dejado una mejor imagen para las cadenas televisivas.
-Debés sentir una frustración especial por no poder capitalizar la extensa preparación, que te permitió alcanzar un estado de forma como no habías tenido en tu carrera.
-Sí. Fueron catorce semanas de trabajo para cuatro minutos de pelea. Es lo más duro y triste. Uno hace ese planteo, tanto entrenamiento que se termina yendo en una mano, un segundo. Son las reglas de juego, me preparé muy bien, incluso tuve que soportar un desgarro en plena preparación.
-¿A qué altura de ella?
-Faltaba algo más de un mes para la pelea. No dejé de entrenar pero la parte aeróbica tuve que cortarla por dos semanas. No pude correr, andar en bicicleta, estuve muy limitado en la parte de piernas. Fue un desgarro complejo, en un músculo que pasa por debajo del gemelo. Se manifestó como una sobrecarga muscular, no le dimos bola y pasó lo que tenía que pasar, en cualquier momento se iba a romper. Sentí un corte, me tiré y cuando fuimos al médico comprobamos que tenía un desgarro. Me atendió el “Negro” Mendoza, quien atiende también a Messi, e hizo magia.
Revancha
-¿Era el momento para hacer esta pelea?
-Sí, hice un campamento de tres meses, me preparé físicamente durante catorce semanas, estaba listo. La preparación técnica no fue la correcta, a lo mejor no elegí el entrenador adecuado o con la experiencia necesaria de cara a una pelea por el título del mundo. Pero ni él ni yo lo sabíamos, esto lo ves una vez que pasa, con el diario del lunes, había que hacer la prueba. Valdez no es ningún cuco, con las dos o tres manos que conecté lo hice retroceder. Además, por algo contrató para esta pelea a Miguel Díaz, uno de los mejores cutman (curador de heridas) del mundo. Cuando terminó la pelea, fui al camarín de Valdez a saludarlo y felicitarlo y desde su equipo me dijeron que contrataron a Díaz porque se imaginaban una pelea dura.
-¿Qué más quedó de esa charla post pelea con Valdéz?
-Simplemente fui a saludarlo, creo que hay campeón para rato. Y le dije que ojalá pueda darme una revancha.
-¿Te dejó margen para pensar en volver a enfrentarlo?
-Es algo que no decide él, ni yo. La decisión pasa por los promotores y las cadenas televisivas.
-¿Tenés el deseo de enfrentarlo mañana mismo o su superioridad te indica que no tenés cómo derrotarlo?
-Ninguna de las dos. Esto es una pelea de primer nivel, cualquiera puede ganarla. Fijate que en la pelea de fondo, el favorito era Postol y Crawford terminó dándole una lección de boxeo, le ganó muy bien. No puedo decir que ya mismo quiero la revancha, no es así. Esto es un trabajo a largo plazo. Tampoco pienso que nunca podré ganarle a Valdez, por algo la pelea se hizo y fue elegida por la cadena televisiva. El estaba arriba en las apuestas pero no era el favorito, cuando me hicieron entrevistas nadie daba por hecho que ganaba Valdez, ni el mismo Bob Arum. Es preferible estar abajo en las apuestas, porque de esa manera la presión es de tu rival.
-¿Hubieras tenido chances similares ante Lomachenko, campeón hasta hace poco de la OMB?
-Hubiese sido más difícil, y mi preparación, otra. Lomachenko es muy superior a Valdez y tiene otras características. Es muy difícil de encontrar, siempre está fuera de distancia, fuera de foco, tirando golpes continuamente. No es ortodoxo, aparte es zurdo.
Dar vuelta la página
-¿Cómo sigue tu carrera?
-Mi representante (Mario Margossian) tiene firmado un contrato por tres años con All Star Boxing, una empresa promotora que tiene residencia en Florida. Creo que podré hacer una buena carrera en Estados Unidos. Entiendo que tienen la obligación de hacerme pelear tres veces por año en Estados Unidos, siempre y cuando los resultados sean buenos. En el estado de Nevada, tengo 21 días de inhabilitación por el nocaut. Ahora, debo hacer una pelea en Argentina si quiero volver al exterior. Hacerla y ganarla, que no es fácil. Creo que lo próximo que vendrá es defender el título argentino, después veré qué ofertas me surgen para pelear afuera. También tenemos un compromiso con Top Rank por un par de peleas más.
-¿Volvés al gimnasio de calle Arana?
-Sí, después de unos días de descanso volverá todo a la normalidad.
-¿Cómo quedó el vínculo con Zalazar?
-Se lo contrató sólo para esta pelea. Veremos qué pasa más adelante, si se me presenta otra pelea importante veré qué decisión tomo. A partir de ahora, las decisiones las tomo yo, ya no dejaré que decidan por mí.
-¿Quién decidió por vos en este caso?
-Margossian.
-¿Es algo que estaba establecido en un contrato?
-No, él me designó a Zalazar y yo acepté. A partir de ahora, las cosas tienen que cambiar.
-Se desprende de esto que no volverás con Zalazar.
-Exacto.
-¿Tu objetivo sigue siendo ser campeón del mundo?
-Seguro, sigo enfocado en eso. Al haber sido retador mundialista, tengo chances de pelear tanto en la FIB (Federación Internacional de Boxeo) como en el Consejo (Mundial de Boxeo), porque estaré rankeado en ambos organismos. Entonces, también espero una chance por ese lado. Mi meta principal sigue siendo ser campeón del mundo, no importa en qué entidad.
Caída en el ranking
La derrota sufrida en Las Vegas le representó a Rueda un vertiginoso descenso en el ranking mundial pluma de la OMB.
El tandilense se ubica décimo, luego de figurar segundo en la anterior actualización del escalafón que se renueva mensualmente.
Su verdugo, el mexicano Valdez, es el flamante campeón de la divisional, y el japonés Hiroshige Osawa el nuevo líder del ranking. Segundo quedó su compatriota Satoshi Hosono y tercero el polaco Kamil Laszczyk.
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