Esta mañana se concretó la audiencia de conciliación convocada por el ministerio de Trabajo para abordar las posibles salidas al conflicto.
El gremio indicó que la empresa presentó una propuesta de indemnizaciones, la que será analizada en asamblea, en tanto que el asesor letrado del gremio calculará los montos que corresponderían.
Por otra parte, el dirigente garantizó que se dejará ingresar a la fábrica el domingo a un posible inversor.
“No hemos sacamos ni un tornillo de la fábrica”, dijo Romano, quien de ésa forma desmintió versiones empresarias.
Sobre la propuesta, dijo que es “para considerarla. Resolverá la asamblea, luego de sacar las cifras. Habiendo propuesta es algo para dialogar, ya que no había nada hasta acá”.
Cabe indicar que la reunión en el ministerio pasó a cuarto intermedio hasta hoy a las 17, en que se llevará la respuesta de los trabajadores a la propuesta empresaria.
La oferta no habla de porcentajes de indemnización sino de cifras concretas, según se dijo.
Las razones de la crisis
En tanto, el abogado Alejandro Apaz –integrante de la firma- dijo hoy en el programa Tandil Despierta que tras los tensos momentos vividos ayer le dio la razón a lo dicho por un empresario en la reunión de seguimiento de la crisis metalmecánica, en el sentido de que “a esta situación a veces se llega por no cerrar a tiempo. Es una frase triste si se analiza. Hubiese pasado lo mismo pero anticipadamente”.
Historió que en 2008, “con la (resolución) 125 (el conflicto por las retenciones móviles) hubo tres meses en los que prácticamente las empresas no trabajaban, luego arrancó el problema con Estados Unidos y perdemos un diente en Inglaterra. El 60 por ciento de nuestra producción se destinaba a las exportaciones”.
Agregó que “se fue invirtiendo y subsidiando al punto que mis padres vendieron la casa, los autos y nos hemos desprendido de muchos bienes, siempre apuntando a crecer y a mantener el personal”.
Apaz recalcó que “no queríamos cerrar por no dejar a la gente sin trabajo y porque es la vida de mi papá, que casi la deja en la fábrica, con infartos y operaciones del corazón producto del estrés”.
Un agravante fue “la rotura de una máquina, producto de un técnico que no era técnico. Además, el sensor que se quemó tardó cuatro meses en llegar porque no se conseguía en el país. La máquina todavía no está operativa. Eso hizo que disminuya mucho la producción, sumado a que ya veníamos con atrasos”.
Recalcó que “no dejamos de pagar. En vez de hacerlo el cinco terminábamos de hacer el 10 o el 12, si bien el cinco los trabajadores se iban con plata”.
Por otra parte desmintió tener empresas en Brasil y acotó que “hubo una intención de trabajar con Brasil hace dos años. Hubo varios viajes y nos pasó lo que les pasa a muchas empresas: la mano de obra argentina es tan cara que excede el 60 por ciento del valor del producto y se nota mucho”.
Por otra parte, “hay restricción de algunas exportaciones que la cobran a valor de dólar paralelo y cuando tenés que cobrar lo hacés al dólar oficial. Nos han demorado tanto las políticas externas del país que mercadería que hemos mandado a Brasil que nos dijeron que aunque fuera rentable no les conviene, porque ha estado más de 60 días una carga en la Aduana”.