La familia de Claudia Cabrera afirmó que el agresor ?estaba totalmente obsesionado?
Luego de la última visita en la terapia intensiva del Hospital, anoche Maximiliano Aguilera le contó a El Eco de Tandil que “mi mamá está estable. Nos dijeron que le pudieron cerrar algunas heridas del corazón, porque una de las puñaladas entró por el costado del pecho y le atravesó el pulmón y el corazón. Un centímetro más y si no fuese gracias a Dios, no contaba la historia”.
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Claudia Cabrera fue atacada en la cochera de un edificio de Mitre al 500, donde trabaja, cerca de las 15. “Llegaron al Hospital, la pudieron atender rápido y bien”, dijo su hijo mayor y precisó que fueron cuatro las puñaladas –tres en la espalda y una en el pecho- que Gabriel Eduardo Illia logró impactar en su madre.
La víctima de este feroz ataque permanece en coma farmacológico y su estado es grave. Las próximas 72 horas son clave en la evolución de su cuadro de salud, para descartar cualquier riesgo de infección.
“Hay que aguantar y ver qué pasa. Trato de estar tranquilo. Nosotros creemos en Dios, vamos a una iglesia, y sabemos que esto no pasó por una circunstancia y que Dios está en control de todo. Así que descansamos en eso y esperamos ver qué pasa. Hasta en la justicia también esperamos en Dios”, confió el joven con una entereza admirable.
“Pedimos a Dios que la ayude en este momento porque los profesionales actuaron hasta donde se puede”, dijo muy agradecido con la atención del Hospital.
Y describió a su madre como una mujer “muy laburadora” y un ejemplo para sus hijos, porque además buscaba forjarse un mejor futuro estudiando para chef. Su anhelo era abrir una rotisería e independizarse laboralmente.
El ataque
La agresión ocurrió cuando “ella estaba llegando al trabajo. Ella tenía un control remoto para abrir el portón automático de la cochera. Ella se mete, lo vio a Gabriel. Cuando va cerrando el portón, él se metió por abajo”, describió el hijo.
En ese instante, “empezó la pelea. La ha agarrado del cuello; la ha tironeado de los pelos; la ha arrastrado de los pelos; le ha pegado, y la acuchilló. Estaba totalmente sacado”.
Agregó que “escucharon los gritos. Ya había pasado lo mismo, que él había ido a molestar. Justo una chica lo vio, y llamó a la ambulancia y a la policía, que llegaron al toque”.
Estaban separados
En cuanto a la relación de su madre con Gabriel Illia, indicó que “hacía un año que estaban separados. El le mandaba mensajes, le escribía. Mi vieja le dio muchas oportunidades”.
Y aseveró que “ya había pasado esto. Mamá hizo dieciocho denuncias. Nosotros tenemos un par de denuncias que quedaron registradas en papel y otras quedaron en la Comisaría de la Mujer”.
Entre los antecedentes de violencia, sostuvo que “él venía con el tema de las drogas. A mi mamá le robaba plata. Yo trabajo aparte, y cuando vivía con ellos me robaba plata a mí. Ya venía con ese problema”.
Por otro lado, señaló que “él aprovechaba cuando yo no estaba o no estaban Lucas y Matías (los hermanos mayores), entonces la llevaba a la pieza y le pegaba cuando no estábamos nosotros, se aprovechaba de eso. Cuando nosotros estábamos adelante nunca pasaba nada”.
De todos modos, Maximiliano Aguilera expresó que “se veía que mamá estaba mal” y que tenía miedo. Incluso, ayer fueron a buscar algunas pertenencias a la casa de La Movediza y “encontramos que mamá escondía ropa, porque cada vez que él se iba, le robaba toda la ropa que tenía. Le robaba ropa interior, no sé por qué. Le atacaba la locura”.
El acoso permanente
El hijo ratificó que la Justicia había dictado una restricción de acercamiento, que regía en el momento del ataque. Además, explicó que muchos de los episodios de amenazas se produjeron cuando Claudia se dirigía a su empleo.
“En una de las últimas oportunidades, mi mamá fue a trabajar en colectivo, se bajó, lo vio, y él le rompió la campera. En otra pasada, la empujó de la moto”, relató y adelantó que presentará ante el fiscal el teléfono con mensajes de texto que le enviaba el agresor y llamadas durante la madrugada.
Ante el temor por las reacciones del ex marido, los hijos más grandes solían acompañarla hasta el trabajo o la iban a buscar al instituto de cocina ubicado en Pinto al 800, donde estudiaba. “Una vez fue sola y estaba él, la agarró contra la pared, la ahorcó. Justo salía una compañera, y así. Ella vivía escondiendo plata, escondiendo la ropa por si se metía en la casa”, lamentó.
Ante el permanente hostigamiento, la familia se había acostumbrado a convivir con estas situaciones, adaptándose como podía ya que los dos hermanos menores son hijos de Gabriel Illia.
Si bien a los chicos no los agredía, al menor le preguntaba sobre Claudia. “Estaba totalmente obsesionado”, definió Maximiliano, al tiempo que destacó que mantuvo varias conversaciones con él para persuadirlo de que dejara en paz a su madre.
Paciencia y templanza
Aún paciente ante el accionar de la Justicia, el joven indicó que “en algunas cosas se retrasaba. Por ejemplo, en el tema de la custodia. Le custodiaban la casa, pero si mamá salía siempre andaba cuidándose las espaldas por si lo veía a él”.
Sin embargo, consideró que “es entendible porque pasa en un montón de lados a la vez y tienen que estar cubriendo todos los lugares. Cada situación es diferente”.
Evitó cualquier tipo de crítica al accionar judicial y adelantó que irá a declarar ante la fiscalía una vez que organice y contenga a sus hermanos.
En cuanto al futuro de Gabriel Illia, explicó que la prioridad es que su madre se recupere. “Cuando me enteré, me dio mucha bronca. Después me dije que ya las va a pagar. No me importa que las pague arriba o abajo, pero que las pague, que pague lo que hizo. La verdad es que espero que le vaya bien”.
Los cinco hermanos unidos
Sumamente agradecido con la atención del área de cuidados intensivos del Hospital, Maximiliano Aguilera informó que lo visitó el director de Prevención Comunitaria Pablo Esquivel y que lo llamaron de la Secretaría de Desarrollo Social para brindarle contención, ya que quedó a cargo de sus cuatro hermanos.
“Mis hermanos están conmigo. Se van a quedar por un tiempo para estar todos los hermanos juntos. Esa es la realidad”, relató, al tiempo que explicó que su madre vivía con los cuatro más chicos en una casa del Plan Federal en La Movediza.
“Yo vivo solo, pero siempre estuvimos ahí. Siempre nos llevamos muy bien”, describió el hijo mayor que, junto a los dos varones que siguen, son hijos del primer matrimonio de Claudia Cabrera.
Agregó que el primer trance duro que les tocó fue el divorcio, que “nos unió bastante. Entonces usamos eso para esta situación de los más chicos, por eso trato de que estemos juntos los cinco”.
Dadores de sangre
Lo único que los hijos de Claudia Cabrera le piden a la comunidad es dadores de sangre de cualquier grupo y factor. Aquellos que puedan ayudar a esta familia, deberán presentarse en el Servicio de Hemoterapia del Hospital, desde las 7.
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