La Feria de la Economía Social se afianza y suma emprendedores en una nueva edición de invierno
El Centro Cultural Universitario (Yrigoyen 662) se convirtió una vez más en el escenario donde se desarrolla la edición invierno de la Feria de la Economía Social y Solidaria, que se afianza como una alternativa e incorpora más emprendimientos, con propuestas novedosas y de buena calidad.
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Con la participación de 150 productores de la ciudad y la región, el evento, organizado por la Mesa de la Economía Social y Solidaria de Tandil desde el año 2011, comenzó ayer y continuará hoy y mañana, de 16 a 21, con entrada libre y gratuita.
En los puestos, organizados entre el Salón de los Espejos y el gimnasio, los asistentes pueden encontrar los más diversos productos como tejidos, juguetes, artículos de marroquinería, piezas de cerámicas y vitrofusión, productos de herrería y cuchillería, reciclados, piezas de arte y decoración, velas y jabones artesanales, alimentos, plantines de verduras y aromáticas, entre otros.
Así, además de diversas actividades artísticas y culturales que incluyen espectáculos musicales y sorteos, la feria de invierno se convierte en una buena oportunidad para conocer los productos provenientes de la economía social y solidaria y, al mismo tiempo, apoyar a los emprendimientos y el trabajo de productores locales y de la región.
Los organizadores
En medio de conversaciones entre feriantes y visitantes, El Eco de Tandil dialogó con Rocío Toledo y Lorena Calvo, dos de las integrantes de la Mesa de la Economía Social, quienes abordaron detalles de esta nueva convocatoria, destacaron la importancia del espacio para la exposición de productos elaborados por productores locales y marcaron la actividad como una alternativa económica.
En primer término Toledo puso el foco en el nivel de organización y subrayó que quienes concurran al lugar se encontrarán “con diversa cantidad de productos de emprendedores que nos acompañan hace tiempo y otros que se van sumando en cada edición”.
A su turno, Calvo resaltó que “hay absolutamente de todo” en relación a las creaciones de “buena calidad” lograda por productores locales y de otras ciudades invitados para la ocasión, y marcó que la única exigencia para participar es que “no se permite la reventa”.
Finalmente sostuvo que el evento está instalado en la comunidad y evaluó que notan la incorporación de “muchos emprendedores nuevos” que se inician en el tema “como una forma de resolver cuestiones económicas, que si bien nos enorgullece que puedan llevar adelante un emprendimiento personal y volcarse como una alternativa de trabajo, también tiene que ver con cuestiones más sociales que estamos viviendo”, advirtió.
Más fechas
La Feria de la Economía Social y Solidaria cuenta con cuatro ediciones por año, una por cada estación.
En función de la demanda “vamos a ver si podemos hacerla un poco más seguido. Lo que pasa es que nos invitan de otros lugares y cada vez que podemos participamos”, explicó Toledo.
En ese sentido Calvo puntualizó que “siempre que tenemos capacidad de resolver esas invitaciones con la mayor concurrencia de emprendedores, se abre al grupo de la mesa, que son los que participan de manera activa en cada comisión”.
La experiencia de
tres productoras
Desde su puesto, Nancy Devicenzi, una de las productoras que marcó los inicios de la feria, valoró la importancia del espacio especialmente para aquellas personas con un emprendimiento propio en el que también se presenta la posibilidad de “poder contar qué es lo que uno hace y el modo en que lo hace”.
Marta Rodríguez se animó a participar por primera vez en la feria para mostrar el resultado de un trabajo que realiza en forma independiente hace cuatro años y comercializaba desde su casa.
“Hago absolutamente todo, desde juntar las semillas, hacer los plantines, secar las hiervas”, repasó sobre su actividad, que nació a raíz “del gusto por la tierra y la posibilidad de crear en forma orgánica y natural”, que busca además “infundir un cambio en la alimentación, mi principal motivación”.
En una pausa de su actividad, Carolina Di Candilo, otra de las emprendedoras presentes, volvió por segunda vez a participar de la convocatoria en función de la amplia afluencia de público y el buen nivel de ventas.
En su caso ofrece producciones textiles, que van desde bufandas con capuchas, fundas para almohadones de distintos tamaños, bolsas para los mandados, delantales de cocina, como parte de un hobby que comenzó hace tres meses y que realiza en su tiempo libre.
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