La Mesa Barrial de La Movediza afirmó que Protección Ciudadana la desconoce y nunca la convocó
A través de un comunicado, la Mesa Barrial de La Movediza realizó fuertes críticas a las políticas de prevención de la violencia y el delito en la zona, al tiempo que denunció que la Secretaría de Protección Ciudadana nunca la convocó para trabajar. Este espacio está integrado por CAI Mater, programa Envión, Centro de Referencia de Desarrollo Social de la Nación, Centro de Salud, Espacio de Prácticas Pre-profesionales de la carrera de Trabajo Social, Jardín de Infantes 910, Escuela Primaria 36 y Escuela Secundaria 17.
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Con la adhesión del Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud, la Mesa Barrial de La Movediza hizo pública “su preocupación y posicionamiento acerca de algunos temas vinculados con los conflictos ocurridos recientemente”.
En principio, reseñó que el espacio lo integran “varios referentes de organizaciones con trabajo sostenido en el territorio y con la población de ciudadanos que viven el barrio. Desde abril de 2015, fecha en que este espacio colectivo reconoce sus inicios, se ha visibilizando y trabajado en torno de la necesidad de fortalecer las ofertas educativas en el barrio”.
Por ejemplo, indicó que “se trabajó por la extensión de cobertura horaria del CAI Mater para niños de 45 días a 5 años y por la creación de un Centro de Educación Complementario para chicos de 3 a 16 años”.
Por otro lado, gestionó antes diversos problemas, “solicitando cambios y ofreciendo propuestas concretas de modificación en los recorridos de las líneas (502 y 503). Ello se planteó a la Comisión de Transporte (del Concejo Deliberante), de manera conjunta con la Mesa Barrial de San Juan-Maggiori. Para ello, se han realizado solicitudes formales, reuniones con funcionarios municipales, tanto en el Municipio como en el lugar donde funciona la mesa”.
La violencia
en agenda
Por otra parte, la Mesa Barrial aseguró que desde el inicio de este año se hizo eco de los problemas asociados a la violencia y los tomó como un eje en su agenda de trabajo. “Queremos denunciar públicamente que desde Protección Ciudadana se desconoce este espacio y que no se la ha convocado formalmente a las reuniones para trabajar sobre los conflictos del barrio. Entendemos que la no convocatoria a un espacio colectivo como es la mesa, es una práctica que fragmenta, allí donde la complejidad del problema requiere precisamente lo contrario, mejorar la articulación con los espacios con trayectoria y trabajo territorial”.
En esa línea, resaltó que “vemos con preocupación que sobre el tratamiento de ‘lo que sucede’ en el barrio, predomine una mirada que enfatiza en la construcción de un imaginario de los niños y jóvenes como ‘delincuentes’ y como responsables de la ‘inseguridad’. Que se los reconozca y otorgue visibilidad solo asociados a prácticas delictivas, alimentando una mirada de sospecha y desconfianza hacia ellos, refuerza su negación y le agrega más violencia simbólica hacia ellos”.
Evaluó que “es esperable que en esa ‘clave de lectura’, la mayoría de las soluciones que se proponen se asocien a la legitimación de mayor presencia policial y cambios en los marcos regulatorios, como la baja en la edad de imputabilidad”.
Desde esa postura, advirtió que “no negamos lo que sucede, los conflictos y enfrentamientos, los hechos de robos e incendios. Solo que cuando analizamos sobre los autores, la mirada es diferente, porque los conocemos, trabajamos con ellos y sus familias. Desde la mesa nos venimos preguntando si estos acontecimientos no nos muestran que nuestras intervenciones con las situaciones de pobreza, de vulneración de derechos, no han sido un fracaso liso y llano. Nos damos cuenta de que a veces, las lógicas institucionales antes que revertir, profundizaron la marginación en algunos de los niños y niñas del barrio. Como todas las organizaciones nos sucede que nos encontramos con esa sensación de frustración. Afortunadamente, empiezan a aparecer relatos y experiencias donde sí se lograron construir sentidos, pertenencia, experiencias y referencias para las vidas de algunos de los niños y jóvenes del barrio”.
Las limitaciones
Tras un largo camino recorrido, desde la Mesa Barrial se preguntaron “¿cuáles han sido los límites y falencias en el trabajo de las organizaciones y los efectores de las políticas de niñez, con tantos años de trabajo sin poder revertir de manera significativa las situaciones de exclusión en prácticas de cuidado y de trabajo con las familias y los adultos? Pero de la parte en que visibilizamos nuestros propios límites, también aparecieron otras dimensiones más estructurales del problema. ¿Qué problemas y dificultades han enfrentado la implementación de las leyes nacional (26.061) y provincial (13.298) de protección de derechos de la niñez que no han hecho suficientemente presente al Estado allí donde los adultos no podían/querían? ¿Qué prioridad, traducida presupuestariamente, dan esas instancias (municipal, provincial y nacional) a las políticas de promoción en la niñez?”.
Al hacer historia y contextualizar las situaciones que emergen en La Movediza, “caen los estereotipos que simplifican el pensar y posicionarse” y agregaron que “entendemos que es una decisión política cuánto presupuesto se asigna a propuestas que resultan preventivas o de asistencia a los problemas asociados a la vulneración de derechos o cuánta energía se pone a mejorar las articulaciones entre actores”.
Contrastes
Por otra parte, resaltó que varios de los hechos que se describen como el pago de peaje en una esquina, “no tienen la dimensión habitual con que se plantea” y afirmó que “en el barrio transcurre la existencia de todos sus pobladores, muchos van a trabajar, los niños y niñas juegan en la calle como si fuera un patio común. Estas postales que se ofrecen diariamente a quien quiera recorrerlo por la noche, y aunque se dan, contrastan con las imágenes que generan los medios tomando parcialmente expresiones de vecinos”.
Por esa razón, reiteró que “la Mesa quiere expresar su disposición al trabajo conjunto, pero enfatizando en su abordaje la perspectiva de derechos. Nos reunimos habitualmente, los primeros y terceros viernes de cada mes, a las 9, en las sedes de las organizaciones que participan de ella. Las reuniones son abiertas”. u
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