La tandilense Clarisa Carciochi participó de la confección del calendario Metalinas
El calendario se pensó como apuesta a que un objeto tan cotidiano sirva pedagógicamente para pensar la historia con una perspectiva inclusiva y de género. Mediante la elaboración de vestuario, puesta, peinado, maquillaje y modelaje quisieron retratar los momentos de plenitud de doce pioneras que desafiaron los cánones de feminidad de su época.
-¿Cómo comenzó Metalinas?
Brenda Carciochi: -Comienza con un equipo de jóvenes. Dos vestuaristas empezaron a motivar el proyecto a través de un vestuario que partió de material metálico de una fábrica abandonada. A partir de ello construyeron los trajes. Como muchos de los del grupo estamos trabajando en cuestiones de género, pensamos que sería una buena idea representar mujeres que no han sido reconocidas, pero han tenido la fuerza, han sido filosas, tenaces y punzantes en sus luchas.
-Y entonces, ¿qué pasó?
-Decidimos compartir esto a través de un calendario, porque es un soporte artístico y cotidiano. Nos pareció que era el mejor dispositivo para dar a conocer estas luchas del día a día, sin tener que leer una biografía, sino con una fotografía que represente un momento significativo de la vida de esas mujeres.
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Buen grupo de trabajo
-Es un equipo de jóvenes profesionales de carácter interdisciplinario y auto gestionado. Somos: dos vestuaristas, fotógrafo, maquillador, iluminador, peinador, gente de artes gráficas, artes escénicas, producción. Yo trabajé en el marco teórico en la investigación, junto a otra compañera.
-¿Cómo se fue armando el trabajo?
-Primero hubo una etapa de investigación de dos meses. Fuimos a archivos, bibliotecas, todo para buscar mujeres que no hubieran sido simplemente las primeras de una disciplina. Empezamos a delinear los criterios: queríamos que representaran una disciplina, que fueran de Argentina y en orden cronológico, a partir de 1910.
-Sí, Inés Mato y Sonia Sánchez. Conocen el proyecto y lo comparten. La verdad que fue una experiencia increíble conocerlas. Inés es una nadadora de aguas frías que nadó por todo el mundo y a menos de ocho grados centígrados. Ella cruzó las islas Malvinas. Sonia Sánchez es una militante abolicionista y su lucha está enfocada en la trata de personas.
-¿Qué opinaron del proyecto?
-Primero conocimos a Inés y nos acercamos con la propuesta de fotografía que queríamos hacer. Le gustó y además, brindó un montón de aportes. Ella es muy frontal, que era lo que esperábamos.
Con Sonia Sánchez no nos pudimos contactar mientras hacíamos las fotos, y teníamos un poco de miedo, porque no sabíamos cuál iba a ser su reacción. Con ella nos juntamos a tomar mate en su casa, vio la foto y dijo “fabuloso”. La foto de ella es cuando decide dejar la calle, tirar toda su ropa de “put…”.En la fotografía se retrata esto.
-Queremos que el calendario se pueda distribuir gratuitamente en instituciones, centros de la mujer. Nosotros queremos llegar a la mayor cantidad de personas posibles con estas mujeres, que no son más que un fragmento de la historia de las mujeres argentinas. Hay muchas más que hicieron mucho por nuestra historia y no hay que dejar de luchar por dar a conocerlas.
Queremos convertir un dispositivo que históricamente sirvió para cristalizar a la mujer en el lugar de objeto sexual, en un soporte de conocimiento cotidiano que homenajee a doce protagonistas de la historia argentina.
-¿Cómo fue la producción de las fotos?
-Hicimos un casting, pero las mujeres no son similares físicamente, sino que pudieron representar la fuerza de cada mujer específica.
-¿Cuánto tiempo les llevó concretar este proyecto?
-Comenzamos el año pasado. Fueron dos meses de investigación, dos meses de realización de vestuario, de escenografía, dos meses de estudio, dos meses de retoque y posproducción. Afortunadamente el calendario ya está listo.
-¿Cómo te sentís al verlo terminado?
-Verlo impreso es saber que hubo mucho trabajo que se traduce en este soporte. Este es un proyecto auto gestionado. Yo me acerqué desde el área de fotografía, pero pude aplicar la investigación, como estudiante de filosofía que soy. Realmente este proyecto me llenó de alegría, de experiencia, de saber que se puede hacer algo, que se puede concretar.
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