La voluntad popular y el sitio de las ciudades
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En la época medieval las ciudades eran sitiadas. De esta manera se cortaban sus vías de acceso para desabastecerlas y luego, conquistarlas.
¿Qué nos pasa?, ¿hemos vuelto a creer que esta es la manera de imponer nuestras ideas?
¿Qué puede decir un docente al alumno cuyos padres apoyan o participan? o lo que es peor lo hacen participar de cortes de rutas? ¿Qué puede hacer un docente que está tratando de enseñarles el respeto a la Constitución, de inculcarle el respeto por las normas establecidas por el conjunto de la sociedad, el respeto por la voluntad de las mayorías legítimamente constituidas?
Nadie puede atribuirse representatividad por fuera del sistema democrático. Ni los sectores económicos, ni los medios de comunicación, ni el campo.
No podemos decir que un legislador vota en contra del pueblo si no vota a favor de nuestros intereses? Porque el pueblo es mucho más amplio que un sector. Y porque ese legislador (nos guste o no) fue elegido por la mayoría (o por la minoría) para votar como su conciencia lo dicte.
No podemos descalificar ese juicio invocando que representa a ciertos intereses que son contrarios a los nuestros y por consiguiente es un ?cipayo del poder?. ¿De qué poder? ¿Del poder del gobierno? ¿Y quién es el gobierno?… ¿Acaso no es el que representa a los intereses del país?… ¿O creemos que somos la mayoría?… Y si somos la mayoría? ¿Por qué no somos gobierno? ¿Acaso el campo no es también un factor de poder?
En todo caso no podemos meternos en la cabeza de cada diputado y juzgar tan livianamente cuáles son las motivaciones o convicciones que lo hacen votar en uno u otro sentido.
Aprendamos a respetar las instituciones aún con todos los errores que estas puedan tener.
Si no lo hacemos, produciremos un gran daño al país? a su gente.. a las instituciones? generaremos más angustia, más inflación? Si lo hacemos, seremos golpistas (aunque digamos lo contrario). Respaldaremos la idea de que cuando no se puede ganar por los votos se gana por la fuerza.
Tengamos la altura y la dignidad para transitar por la ley, por la paz.
Ya tendremos oportunidad de votar diferente (o votar igual) en las próximas elecciones.
Demos un ejemplo a nuestros jóvenes y chicos, a nosotros mismos? al mundo.
Seamos capaces de respetar en paz la diversidad. Pablo VI decía: ?Unidad en la diversidad?.
Busquemos la armonía y la conciliación teniendo como única arma el diálogo y las herramientas que nos da la democracia y como única bandera la Bandera Argentina? la que es de todos… la que llevamos siempre en el corazón (y no solamente en la luneta del coche cuando algo no nos gusta).
Si volvemos a los cortes de ruta estaremos retrocediendo a la época medieval.
No queremos volver a estar sitiados.
Federico Echaide
DNI 13.824.622
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