Las acusaciones cruzadas entre los dos imputados del asesinato de Marito Maciel
Hoy se reanudará el juicio oral y público que busca esclarecer la responsabilidad penal de Matías Concha y Jesús Angel Molina, acusados por el asesinato de Marito Maciel en las puertas de Sol Disco. Será el tercer capítulo de una historia que terminó en sangre y muerte, con protagonistas de mayor y menor relevancia, a partir del propio compromiso por comparecer ante un episodio del que si bien muchos fueron testigos, pocos se animaron a contar -hasta aquí- lo que vieron.
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Unos por miedos, otros por falta de compromiso, complicidades y códigos, más allá de la ley escrita en el código de procedimiento penal, se trató de una investigación compleja que ahora, en plena audiencia, no hace más que evidenciarlo.
Entre los testimonios que se aguardan no se descarta la palabra de los propios imputados, quienes quedaron sumamente complicados a partir de lo que resultó una testigo clave que, a pesar de aquellos miedos referenciados, habló y los ubicó en tiempo y espacio como a los responsables de la muerte de Marito.
Es que Concha y Molina ya hablaron durante la instrucción. Con estrategias bien diferenciadas, ambos buscaron desligarse del deceso de la víctima. Mientras Concha habla de su participación y de defenderse de las agresiones de Maciel, Molina se despega por completo de la escena. Un dato nada menor: Concha lo involucraría en una segunda declaración a Molina. Lo ubicaría como uno de los que rodeaban a Marito cuando estaba tendido en el suelo “con vida”, con la clara intención (así reza también la acusación fiscal) de reconocer la agresión pero que no fue la causal de la muerte. Que hubo otras puñaladas que terminaron con la vida de Maciel.
Los dichos de Concha
Según obra en el expediente, Concha reconoció su participación criminal, el cual si bien para el ministerio público resultó parcializado en un claro intento de mejorar su situación procesal, al aducir que participó de una pelea en la cual terminó defendiéndose de una presunta agresión que le profería la víctima, brindó detalles precisos y concretos acerca del hecho que concuerdan en gran parte con lo acreditado a través de las restantes probanzas colectadas en la pesquisa.
El acusado reseñó en su declaración que ese día concurrió a la casa de Cristian Toledo en el barrio La Movediza a arreglar su moto. Que allí se enteró que esa noche se iba a hacer un asado en la casa del Peli Molina (hermano del otro acusado). Ya siendo la noche acudió a dicho asado, llevando consigo un cuchillo para comer.
Una vez en el encuentro gastronómico estuvo como hasta las 23 mientras bebían vino de cajita, habiéndose consumido unos 7 u 8 litros entre las 10 personas que allí había. Después todos los hombres se fueron a jugar al fútbol a una canchita que hay sobre calle Azucena, eso hasta la medianoche. De allí se fueron hasta el kiosco el 24 de Richard, que está sobre Del Valle, donde compraron dos cajitas más de vino y una gaseosa.
Finalmente arribaron a las puertas de Sol Disco, donde se encontraron con Jesús Molina, El Dientón, Cristian Toledo, y Leo Romeo, por lo que se quedaron allí afuera con ellos tomando un vino. Cuando se iban a retirar en la moto con Peli Molina, éste saltó de la moto porque advirtió que un amigo -Kevin- se estaba peleando en la esquina misma de la calle Lisandro de la Torre y Del Valle.
Acotó luego que quienes estaban peleando eran Kevin y Matías Marenco con el chico que luego murió, viendo incluso que este muchacho tenía en una de sus manos un cuchillo con el cual tiraba facazos a Kevin, expresándole el dicente a Peli que no se metiera.
En medio de la pelea con sus amigos -supo relatar Concha-, Marito, empuñando el cuchillo, se vino para el lado de la moto donde estaba él y fue cuando se le vino encima y le tiró un puntazo hacia el pecho. Allí él comenzó a defenderse e incluso recibiendo un corte en su dedo pulgar de su mano derecha tratando de evitar los puntazos.
Según sus dichos, Marito le seguía tirando puntazos y hachazos como loco, los cuales iban dirigidos al pecho y panza, por lo que él reculó un poco para esquivarlo a medida que éste le seguía tirando puntazos.
“Era mi vida o la de él”
Ante las insistentes agresiones fue que él sacó el cuchillo para defenderse, el cual llevaba calzado a la altura de la cintura, y comenzó a responder las agresiones.
Según el detalle que Concha dio de la pelea, en todo momento Marito estuvo frente al él, no dándole nunca la espalda, contrariando lo que dijo la testigo clave en la última audiencia que habla de acuchilladas por la espalda de Concha para con Maciel.
Luego Concha relató que una vez que lo vio caer a Marito salió corriendo del lugar hacia su moto, viendo que Peli venía detrás de él. Agregando que en ningún momento vio que a Marito le saliera sangre de algún lado, incluso cuando cayó. Que recién vio que su cuchillo estaba ensangrentado cuando se alejó del lugar en su moto, habiendo puesto el mismo entre sus piernas y sobre el tanque de la moto.
Allí fue cuando Concha dijo frente al fiscal: “Estoy mal por lo que pasó, pero era mi vida o la de él, yo defendí mi vida” (sic).
Ampliación
Con el paso de los días, ya encerrado en el calabozo, Concha pidió ampliar su declaración. En esta nueva ocasión recordó que detrás de donde estaba peleando Kevin, Marenco y Peli Molina con Marito, y a espaldas de éste, había otra pelea, en la cual estaban Jesús Molina, Cristian Toledo y Leo Romeo, haciéndolo con un hombre medio petisito, peladito (sería el padre de Marito).
También apelando a su “mejor memoria” agregaría que mientras mantenía la pelea con Maciel, al menos le aplicó una puñalada en el tórax, pero por debajo del brazo izquierdo. Recordando que cuando le dio esa puñalada, Maciel cayó al piso, situación que motivó que el deponente dejara de agredirlo, e inmediatamente tomó a Peli Molina de la remera diciéndole “vamos bol…, vamos” (sic).
Preguntado para que dijera si recordaba que alguna de las personas que mencionara y hasta ese instante también agredieran al mismo sujeto, respondió que no lo recordaba, pero que al llegar a la moto miró hacia donde estaba el chico tirado y ahí fue cuando vio que éste seguía en el piso, pero que quería levantarse y no podía. Fue en ese preciso instante en que alrededor de este chico vio que estaban, agachados y encima del cuerpo, sin llegar a ver qué era lo que hacían al chico, a Jesús Molina, a Leo Romero y a Cristian Toledo, habiendo también otras personas más pero que sabía quiénes eran.
En la declaración nueva, Concha ampliaría sobre el destornillador hallado en las manos de Marito una vez muerto. El acusado ahora lo reconocería dado que ya lo había visto con anterioridad dentro del automóvil en el que andaban Jesús Molina, Leo Romero, Cristian Toledo, El Dientón, y el dueño del auto que no sabe quién es.
Los dichos de Molina
Angel Jesús Molina, en tanto, al momento de prestar declaración dijo que tras aquel asado decidieron ir hasta afuera de Sol, haciéndolo en el Palio rojo del amigo de Leo, yendo hasta el lugar él junto a Leo, Cristian Toledo, El Dientón, y el dueño del auto a quien le dicen Negro. Que afuera de Sol pararon el auto frente a la puerta, por el pasaje, quedándose ahí sobre el auto, escuchando música y tomando vino.
Allí -dijo- estando ya en ese lugar, aparecieron su hermano el Peli y el Caqui (Matías Concha) en la moto. Que cuando ya estaba por amanecer, decidieron irse del lugar, saliendo Caqui y Peli en la moto directo para Lisandro de la Torre, mientras que ellos, en el auto, salieron por el pasaje y dieron la vuelta a la plazoleta, por Del Valle. Cuando estaban pegando la vuelta a la plazoleta, fue que vieron que el Peli y el Caqui se bajaban de la moto y se metían en una pelea donde estaba un pibe de nombre Kevin (amigo de ellos) y otros más que cree podrían ser también del barrio La Movediza.
Siguió recordando que con el auto avanzaron siempre por Del Valle, pasaron Lisandro de la Torre, y estacionaron unos metros más adelante por la misma avenida. Allí Leo Romeo se bajó del auto, se metió en la pelea, mientras que los demás junto a él se quedaron parados al costado del auto, sobre la avenida, a unos 2 ó 3 metros de la calle Lisandro de la Torre, siendo que la pelea era sobre la misma esquina. En esa situación vio que el Caqui estaba peleando con el muchacho que murió, los dos tenían cuchillo, y esa pelea iba corriéndose desde esa esquina cruzando la avenida Del Valle, hacia la vereda de enfrente donde está la agencia de autos, y a medida que ello pasaba, vio que Caqui agarraba a ese muchacho de la ropa con una mano y con la otra le iba pegando puñaladas. Mientras tanto también observó que había otra pelea, hasta que llegó la policía, por lo que se subieron al auto en que andaban y se fueron de allí junto a Leo, El Dientón, Cristian Toledo y el dueño del auto.
Acotó que luego se fueron en dirección a las 24 Horas a comprar un vino. Que fueron a llevar luego a Cristian Toledo, lo dejaron en la casa, lo mismo que al Dientón, y de allí hasta la casa de Leo, lugar donde se bajaron. Al entrar a la casa de Leo estaba su hermana Fiamma y también el Peli y el Caqui, de quienes escuchó una conversación en la que Concha le decía al Peli: “Yo lo apuñale por vos Peli” (sic), así que el dicente agarró su moto, que estaba en el lugar, y se fue para su casa.
Añadió que más tarde se enteró que el Caqui había limpiado el cuchillo en la casa de la hermana de él.
Molina reseñaría ante el fiscal que después de haber declarado en la comisaría, dando cuenta de su inocencia en los hechos, fue hasta la casa de su madre a decirle a su hermano Peli que se tenía que presentar a declarar, cuando apareció Caqui, que andaba todavía con el cuchillo en la cintura, y ahí él le dijo “en qué quilombo me metiste, vos hacé lo que quieras, pero de mi casa andate” (sic).
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