Un carnicero sufrió un asalto en su negocio y corrió a los delincuentes con una cuchilla
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El propietario de la carnicería Los Pekes, Omar Saldubehere, situada en Portugal 1092, sufrió este miércoles por la noche un asalto a mano armada. Alrededor de las 21, dos delincuentes ingresaron al local y le exigieron dinero. Tras alzarse con unos 2.600 pesos, el dueño los corrió con una cuchilla, pero se tropezó, dándoles tiempo para darse a la fuga abordo de una motocicleta.
Tras lo sucedido, Saldubehere relató a El Eco de Tandil que eran las 20.50 y él iba a encerrar a su perro en el patio cuando escuchó que había ingresado gente al local. Al volver vio que un joven lo estaba apuntando con un revólver y le exigió dinero, mientras otro lo esperaba parado casi en la puerta.
“Me escondí detrás de las exhibidoras y ellos no sabían qué iba a hacer yo. Agarré una cuchilla y les dije: `Tomá plata, yo les voy a dar´, y los corrí hasta la esquina de Portugal y Liniers. Casi los agarro, pero me tropecé y por eso no los pude agarrar”, relató el comerciante.
Al regresar al local, contó que se dio cuenta que ya le habían robado el dinero de la caja registradora. “Ellos me estaban apuntando porque querían más. Se llevaron en total entre 2.600 y 2.800 pesos”, precisó.
Si bien aclaró que en lo personal es la primera vez que le ocurre desde que abrió las puertas al público, remarcó que “le ha pasado a todo el barrio”. Denunció que solo en este último mes y medio se registraron “entre diez y doce atracos, en estas dos o tres manzanas solamente”.
Detalló que “a diez metros le levantaron el portón y le robaron la moto. Vaciaron a una cuadra una casa, tenemos la frutería acá en esta esquina que le robaron a mano armada, una panadería que la dueña tuvo que cerrar porque le robaron tres veces, y ahora me tocó a mí. Pero no se la llevaron de arriba, los corrí. No se puede seguir más así”.
Saldubehere describió luego que ambos delincuentes eran jóvenes, de entre 19 y 20 años. “Los dos a cara descubierta, uno petizo, crespo y con barba, y el otro un flaco más alto. Se fueron en una moto en dirección a Portugal en contramano a la ruta”, recordó.
Aseguró que lo apuntaron con “una pistola calibre 32. Me dijeron que me quedara quieto porque me iban a quemar y en ningún momento les di bolilla. Me tiré detrás de la heladera, ahí agarré la cuchilla y los saqué. Cuando me vieron, emprendieron a la calle. Y les tiré con otra cuchilla que tengo y por eso se rompió el vidrio”.
La reacción
En cuanto a su reacción, admitió el comerciante que él defiende lo suyo y que así lo va a seguir haciendo. “Vengo a las 5 a trabajar acá y estoy siempre hasta más de las 22. Tengo cuatro hijos, ¿qué quieren que haga?”, lanzó.
“Justo mi señora se había ido hacía diez minutos. Siempre le pido que los chicos no jueguen adelante porque sabía que esto podía pasar en cualquier momento porque no somos los únicos. Acá le han robado a más de quince personas en el último mes y medio”, insistió.
La falta de
patrullaje
Planteó que “la policía no pasa por acá. Le pago 275 pesos por mes por el negocio -en relación al pago de la Tasa de Protección Ciudadana- y las primeras dos noches que arrancó la Policía Local me dijeron que me iban a esperar hasta que cerrara el local y todo. Dos veces vinieron, nada más”.
Tras lo sucedido, el carnicero radicó la denuncia en la Seccional Primera. Destacó a pesar de la falta de patrullaje el accionar de los efectivos que concurrieron al lugar y los peritos que, según precisó, se quedaron trabajando hasta la madrugada.
“Ya vino el jefe de calle a la mañana y me dio su apoyo, pero perdí 2.800 pesos que no los voy a recuperar más. Acá hacemos todo nosotros a pulmón. Era empleado y abrimos la carnicería con carne sola y en dos años le hemos ido poniendo cosas con mucho esfuerzo”, reconoció el vecino.
“Voy a defender
siempre lo mío”
Por último, lanzó que “podrán decir que estoy loco, sí, estaré loco, pero si me sacan las cosas, las voy a defender. Mis hijos se sientan a la mesa y tienen la comida, pero porque trabajo; no porque salgo a robar. Entonces, no puede ser que pase esto”.
Y pidió que “al menos venga alguien del Municipio porque -insistió- esto no es un hecho aislado. Le puedo nombrar quince robos en un mes y en dos manzanas. Los patrulleros no pasan. Pasan, tocan bocina y se van. Los ponen uno o dos días y no vienen más. Anoche me dijeron si quería que me dejen a un policía y les dije ¿para qué? Si ya me robaron”.
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