Logan: por la senda de la energía
(*) Por Simón Ventos Taborga
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Logan es un rapero tandilense que se formó en la primera Crew de la ciudad. Hace tres años se mudó a Quilmes para perfeccionarse musicalmente y poder enfrentarse con los mejores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el camino del trabajo, el esfuerzo y el éxito, el cantante se topó con la detención de un amigo y la guerra contra el mainstream.
En la terraza de un edificio del barrio de Recoleta, Logan come unos arrolladitos chinos mientras una mujer de 70 años toma sol en bikini. La señora pasa por la espalda del joven y le desea buen provecho, él le agradece. Está sentado como un indio pero nunca pierde la postura rapera, moviendo los brazos y utilizando frases como: “En esta ciudad está todo el point”.
Gonzalo Ortega, el nombre real de este músico, empezó a rapear en 2008. Nicolás, su amigo desde primer día de clases en la escuela 53, lo presentó ante los chicos de Contrabando Crew: un grupo de personas que tienen varios intereses en común. Los integrantes de la tripulación (esa es la traducción de Crew al castellano) fueron los primeros en Tandil en rapear, bailar y graffittear. Logan los conocía del fotolog de los muchachos, pero ellos no sabían de su existencia.
Una día, Nicolás llevó a Logan a la glorieta de la plaza del centro, el lugar donde Contrabando Crew pasaba las tardes. Después de la presentación, uno de ellos dijo que tenía ganas de hacer freestyle. “Nico me mandó al frente y tuve que rapear, me moría de vergüenza”, comenta Logan que rapeó pero convenció como para formar parte de la banda. “Yo me moría de ganas por entrar, me costó mucho ganarme el respeto”, explica.
La inclusión formal al grupo llegó después de varias competencias de freestyle zonales, en las que Logan logró un buen resultado. “En marzo de 2008 había una competencia y si ganaba entraba a Contrabando… perdí, me quería morir”, recuerda Logan. En los torneos zonales de rimas libres, participan personas de Olavarría, Azul, Mar del Plata y Bahía Blanca. Al ganador lo elige un jurado, que generalmente prefiere declarar campeón a un local o amigo.
La mujer que podría ser abuela de Logan, acaba de armar una reposera con dos sillas y se recostó. El rapero tandilense, toma un poco de agua, mira el sol y dice: “Nico es mi amigo de toda la vida y hoy está pasando un momento muy feo”. En diciembre del año pasado Nicolás fue detenido por robo a mano armada. Los amigos perdieron un poco de contacto desde que Logan dejó Tandil hace tres años. “Nico se juntó con personas re plagas y tuvo mala suerte: en el mundo hay un montón de gente que hace cosas malas, él es un chabón bueno, con una familia re buena y se la mandó”, explica Logan. Le parece muy injusto lo que está pasando su amigo, Nicolás también rapeaba y había terminado de grabar su disco unos días antes de caer preso. “Me mandó una carta, pidiéndome que lo edite”, comenta Logan, que se encargo de terminar el disco, regalar las 50 copias y subir todos los temas a Youtube. Nicolás está detenido en Barker, Logan lo fue a visitar tres veces y siempre salió de la cárcel pensando lo mismo: “Sentí que él se lo había buscado porque cada uno es responsable de lo que hace, pero también él es un chabón que tendría que estar acá con nosotros y está en una celda de dos metros por dos metros rodeado de asesinos, violadores y transas”.
Ahora aparece el portero del edificio y pide por favor que ordenen todo al abandonar la terraza, Logan apenas lo mira y levanta el pulgar. “El rap va más allá de los idiomas, del país de donde vengas, es progreso, es un intento de ser mejor de lo que fuiste ayer: mejor persona y artista”, explica. Este chico sabe muy bien que este género de música tampoco se salva de las personas que sólo quieren dinero. No duda en confirmar que hoy en día la plata es necesaria. Logan está hablando de la gran ciudad, del lugar donde todos piensan en si mismo, viven hacinados y les chupa un huevo lo que hagan los demás. “En mis temas algo tengo que dejarte, ya sean buenas vibras, energía positiva, conciencia, activar, vivencias o cosas que me pasaron en la calle”, agrega, y devora otro arrolladito chino.
Por más que un portero le pida que deje todo limpio, una mujer de muchos años esté en bikini pasando bronceador por su cuerpo, y las bocinas intoxiquen el aire, Logan no se olvida de Tandil: “Allá no ves muy seguido gente durmiendo en la calle, pero existen y con que una persona lo vea ya está, es suficiente para que se lo diga a todos los demás”. Es un poco crítico del tandilense típico, del hombre de la ciudad que toma café en algún bar del centro y después va al boliche que más se llena a escuchar a la banda que más suena en todo el país. “Las personas se mueven en relación a lo que hace la mayoría, si todos tus amigos van a ver Agapornis, vos también vas a ir”, comenta Logan. Después del mini análisis sociológico, el rapero dispara contra el poder económico: “Ellos son los que tienen los medios para poner carteles gigantes y rotar publicidades en las radios y la televisión por eso los miran, los aman”.
El joven de las rimas tiene dos discos en la calle y planea grabar uno más este verano. “Lo voy a grabar con Fede Trip que esta viviendo en Cordoba, así que en el verano voy a tener que viajar”, comenta. En Lírica, su segundo material, trabajó con Federico. Este año grabo su primer vídeo: “La música”, una canción que forma parte del compilado de TanRock. La señora de la bikini ya se fue y Logan está mirando hacia la vereda desde esta terraza, en frente hay unos hombres agujereando las paredes y un olor a flores sube por los balcones: “La juventud está activando, aunque podríamos ser muchos más”, afirma y el grabador ya no necesita escuchar nada más.
Fotos de Elis Berk
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