Los feriantes de Puente Azul reconstruyen el predio y cuestionaron otra vez a Nicastri
Un grupo de feriantes de Puente Azul desarrolla las primeras tareas para la reconstrucción del predio y cuestionó una vez más el accionar del concesionario, Pedro Nicastri, tras el incendio que destruyó las instalaciones donde funcionaba el paseo comercial.
Daniel Geremías y Félix Paredes dialogaron con este Diario sobre el trabajo que llevan adelante en pos de lograr nuevamente la puesta de la feria dentro de un edificio cerrado.
Las labores iniciales constan de la quita de escombros dentro de la construcción, para que luego comiencen las tareas de albañilería.
Los feriantes cuentan con la anuencia y el apoyo del propietario del predio, Carlos Peirano, que es a la vez el que aporta los fondos para la reconstrucción.
?Fue un año bastante duro para nosotros. Ante tanta adversidad, mayor ha sido nuestro estímulo para salir adelante. De la mañana a la noche, nos encontrarnos sin nada. Es muy fuerte?, comentó Geremías.
Si el plan de trabajo se ejecuta según lo previsto, los puesteros sostuvieron que en cuatro meses el predio estaría otra vez listo para ocupar y habilitarlo al público.
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Después de
la tragedia
Geremías y Paredes contaron que, junto a otros trabajadores, comienzan la jornada a las 6, para acelerar las labores iniciales.
El incendio dejó una construcción destruida y a una gran cantidad de familias sin trabajo, que aún no cobraron el seguro que había gestionado el concesionario, Pedro Niscastri.
?El tuvo la oportunidad con nosotros, inclusive el mismo día del incendio. Algunos puesteros le pidieron por favor, llorando, que vendiera un vehículo y se acercara con algo de dinero para poder montar una carpa o alquilar un galpón hasta que esto se solucionara. El señor Nicastri desapareció desde ese momento?, se quejó Geremías.
En la actualidad, el paseo de compras funciona a un costado del edificio en reconstrucción, en carpas y puestos montados con chapas y maderas sobre caminos de tierra y pedregullo. Unas cuarenta familias pudieron volver a trabajar.
?Nosotros vivíamos de esto. Le dábamos de comer a nuestros hijos. Y ahora quedamos devastados, moral y económicamente. Esto es precario, pero sirve para poder empezar de a poco?, sostuvo Geremías.
Los trabajadores también recordaron el temporal de la madrugada del domingo del Día del Padre. ?Nos llevó el viento, llovió, algunas carpas se cayeron y la mercadería se mojó. Hemos pasado muchas cosas, pero entre todos estamos tratando de salir?, acotó Paredes.
El paseo de compras funciona los viernes, sábados y domingos, aunque ahora, en vacaciones de invierno, los trabajadores decidieron abrir también los jueves.
Una historia de trabajo y sacrificio. Después de la tragedia. *
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