Los trabajadores de Loimar cumplieron con su segunda jornada de paro y se endurecen
Organizados en grupos para tener presencia durante las 24 horas en la puerta de la planta, los trabajadores de Loimar cumplieron ayer con la segunda jornada de paro desde el reinicio de las medidas de fuerza, decididas luego de que se venciera la conciliación obligatoria.
Por la mañana, desde muy temprano, se instalaron en el frente de la empresa, tal como lo hicieron el viernes, y paralizaron la producción. Sólo unos pocos contratados ingresaron a la fábrica para desarrollar tareas.
Por la tarde, los obreros se mantuvieron en esa posición, a la espera de que los empresarios revean su decisión de despedir a 13 operarios. Como se ha informado, Loimar aceptó reincorporar a 37 de los 50 cesanteados, pero se niega terminantemente a hacer lo mismo con los restantes. Es más, acusan al ala dura de los trabajadores de ?amedrentar? a quienes pretender ocupar sus puestos.
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Firmes y en guardia
Tras la recorrida mañanera de El Eco de Tandil, cuando se dijo que se había impedido el ingreso a un jefe de planta, este Diario insistió en el atardecer, para conocer si había habido algún cambio de posturas.
A esas alturas, los obreros continuaban refugiándose de los rayos del sol, y compartían las horas de incertidumbre junto a sus familias. El mate pasaba de mano en mano en cercanías de las carpas, y las charlas tenían un mismo eje central: el conflicto y sus consecuencias.
Alberto Algañaraz y José Goñi volvieron a convertirse en voceros de los operarios, que aseguraron que continuarán con las medidas de fuerza por tiempo indeterminado, al tiempo que advirtieron que a partir de mañana endurecerán las acciones. En el ínterin, para hoy, planean distribuir panfletos y exhibir un pasacalle durante la disputa de Tandilia, como una manera de informar a la sociedad sobre su situación y obtener un compromiso solidario con su causa.
Asimismo, ante la continuidad del conflicto, aguardan con expectativa una nueva intervención del Ministerio de Trabajo bonaerense, lo que estiman que podría suceder en los primeros días de la semana.
Todo sigue igual
-¿Cómo continúa la situación?
Goñi: -Igual que ayer. Permanecemos acá, divididos en grupos, para que siempre haya gente. Hoy entraron unos pocos contratados, pero el colectivo que trae gente llegó hasta el frente, pegó media vuelta y regresó. Sólo bajó un trabajador, que venía para unírsenos en el reclamo.
-¿No hubo roces, entonces?
-No, para nada. La empresa quiere que eso suceda, pero nosotros nos manifestamos en forma pacífica. Ellos intentan otros caminos, y le mienten a la sociedad sobre lo que realmente está pasando. Por eso mañana (por hoy) vamos a ir a la Tandilia para repartir panfletos y mostrar un pasacalle, para explicarle a la gente porqué estamos luchando.
-Desde la empresa, ¿hubo en las últimas horas algún acercamiento?
Algañaraz: -Ninguno, ellos no quieren dar el brazo a torcer. Niegan cualquier posibilidad de diálogo. Reforzaron la vigilancia, pusieron cámaras y convocaron a la policía, pero lo nuestro es pacífico. Usted lo verá, estamos con nuestras familias, ésta es la verdadera familia de Loimar.
-Ustedes piensan mantenerse en esta posición, y aseguran que la medida es por tiempo indeterminado. ¿Han analizado alguna alternativa?
Goñi: -A partir del lunes (por mañana), vamos a tener que endurecernos, porque parece que si no, nadie nos escucha. El lunes no va a entrar nadie a trabajar, eso está decidido.
-La policía está para garantizar eso. ¿Cómo los han tratado?
Algañaraz: -Muy bien. Además, son trabajadores como nosotros, muchos de Tandil, y entienden perfectamente cuál es nuestra situación. Acá hemos convivido perfectamente.
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