?Me iban a tener que sacar?
Dice que “todo confluyó” para que su triunfo trascendiera a niveles extraordinarios. Desde la sorpresa que dio en el kilómetro 37 al superar al keniata que lideraba la competencia hasta el entredicho con la organización (cuando lo quisieron alejar de la carrera) y, por supuesto, el orgullo de recuperar para la Argentina un primer lugar que no se lograba desde hacía una década.
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“Fueron varios los condimentos que hicieron que mi triunfo trascendiera tanto”, se sinceró ante El Eco, en medio de una fama que ahora lo sorprende a cada paso que da en la calle, sea en Buenos Aires o en su Mar del Plata natal pero que en nada ha cambiado una humildad que le ha sabido generar no pocos amigos aquí en Tandil, ciudad de la que se confiesa devoto.
-Has dicho que el episodio con la organización de los 42 k para vos no tuvo importancia, ¿es así?
-Sí, no fue nada. Me acordé y lo conté porque me preguntaron, sino ya me habría olvidado. Fue una pequeña discusión pero después cuando conté se disparó todo. No pasó nada, nada grave, por suerte.
-Grave hubiese sido si le hacías caso al que desde el auto te pedía que te fueras.
-Pero yo no iba a parar por más que insistieran. Me iban a tener que sacar, porque yo sabía que venía haciendo la carrera y que no tenían motivos para sacarme, a no ser que intentaran sacarme y ahí sí podría pasar algo como caerme o seguir discutiendo pero por suerte no sucedió.
-Mucho se habló de una gran preparación en Cachi, Salta, ¿el triunfo se debe a eso?
-Siempre que tenemos un torneo importante vamos a Cachi y por lo general nos da buenos resultados.
-¿Cómo fue entonces que lo pasaste como parado al negrito?
-Simplemente porque hicimos dos carreras distintas. Yo salí despacio y corrí fuerte arriba y él salió fuerte y arriba se notó que se venía quedando. Creo que a los keniatas les jugó una mala pasada la humedad. O por ahí no llegaron entrenados como querían y si salís fuerte en un maratón sin estar bien entrenado, los últimos kilómetros los sufrís mucho.
-¿En qué momento supiste que ibas a ganar?
–Cuando pasé a los keniatas por ahí sabía que podía ganar, porque venía cómodo. Todavía faltaban cinco kilómetros -que es muchísimo- y podía pasar cualquier cosa, pero vi que ellos no tenían reacción.
-Cuando desde un deporte que no es fútbol se consigue un logro como éste se da eso de que hay mucha prensa y de pronto todo se olvida. ¿Qué hay que hacer para que no se repita eso?
-No sé qué hay que hacer, lo que sí sé es lo que yo tengo que hacer: entrenar, buscar las competencias que sean convenientes a mis objetivos; después, una nota más una nota menos, ¿la verdad? Me tiene sin cuidado. Pero la maratón tuvo mucha repercusión y hay que aprovecharla para conseguir los apoyos para poder preparar la clasificación a los Juegos Olímpicos y el Panamericano, que son mis grandes objetivos.
-O sea, no vas a extrañar la fama de estos días.
-Si dentro de una semana no me llaman de ningún medio no me va a quitar el sueño y seguiré entrenando como hasta ahora.
-En Tandil tal vez algunos seamos indulgentes con el que desconfió y te quiso sacar: no hay quien no tenga una anécdota de haber engañado al profesor y llegar casi hasta la meta en moto o bicicleta.
-¿Sabés que yo también lo entendí? Pero porque en ese momento de la carrera él no sabía lo que venía pasando, no sabía que yo venía en una levantada, que venía acortando tanto al keniata. Y sí, lo lógico era que ganaran los de Kenia. Pero además, para mí, el tipo tampoco entendía mucho de ritmos de carrera.
-¿Por qué lo decís?
-No vio que los de Kenia ya venían con la cadera baja. Y más despacio. Pienso que ellos mismos se vieron sorprendidos cuando los pasé. Y yo también. Fue algo que no se esperaba.
-A lo mejor esta victoria no quede tan rápido en el olvido porque cada día más gente practica el atletismo. Y esos no ganan maratones. Dicen que el solo hecho de correr los hace felices.
-Hay mucha gente que se vuelca al atletismo. En Tandil mismo se ve que las carreras están creciendo mucho. El running se está haciendo un deporte popular porque no sale caro: un par de zapatillas, un short y una remera y ya podés hacerlo. Eso ayuda mucho.
-¿Y eso de que son felices corriendo? Si están transpirados, cansados, jadean, ¿eso es felicidad?
-Ja ja. Es un cable a tierra. Te despejás, te conectás con el paisaje, con la naturaleza, compartís con amigos. Y además el que sale a correr se ahorra mucha plata.
-Sí, ya lo dijiste: zapatillas, short y remera.
-No sólo por eso. El running es un cable a tierra y se ahorra mucha plata… en psicólogo. u
“Si el calendario lo permite, me gustaría estar en la Tandilia”
Tandil, duro y querido
En el ambiente del atletismo serrano se sabe que a Marcelo Mastromarino, habitué de las competencias en nuestra ciudad, le quedó una espina clavada cuando por apenas cuatro segundos no pudo acceder a los Juegos Olímpicos de Londres.
Ahora, de mantener el ritmo que exhibió en Buenos Aires el domingo de la semana pasada, todo indica que Río de Janeiro 2016 será su revancha. Pero él no canta victoria antes de tiempo.
“Ganar la Maratón de Buenos Aires no sé si fue una revancha, diría que fue sacarme un poquito aquella bronca de estar tan cerca de Londres y no poder ir, pero todavía no estoy clasificado a Río. Falta mucho -precisó- “y por lo pronto ahora tengo el Panamericano, que va a ser una muy buena medida pre Río y buscar la clasificación”.
-¿Y la Tandilia?
-No sé la fecha de la Tandilia, pero si el calendario me lo permite me gustaría estar. Disfruto mucho Tandil, es una ciudad donde me encanta correr, la paso muy bien y me gusta poder pelear la punta. La verdad que Tandil es hermoso. Me encanta.
-Hagamos un juego hipotético: ¿hubieses ganado la maratón si se hacía en Tandil?
-Y… (tarda varias segundos, piensa) Tandil es duro, por el circuito que te pueden poner. No sé, en Tandil hay muchas lomas. La verdad que en la Tandilia he sufrido muchísimo subiendo el Parque Independencia. En Tandil se puede hacer una carrera rápida y también una carrera muy dura.
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