Miradas del Jurado de Arte Sacro: el lenguaje en los museos
Durante 2017 se realizará el 46to. Salón de Arte Sacro y una de las integrantes del jurado será la reconocida periodista Mercedes Ezquiaga. Escribe para la agencia de noticias de Télam y colaboró, entre otros medios de cultura, en la Revista Ñ de Clarín.
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Mercedes sostiene que la obra de arte es disparador de la creación literaria. Fue a partir de una muestra exhibida en el Museo Nacional de Bellas Artes, que se permitió pensar en las vinculaciones entre la obra pictórica y un texto. Pinturas, esculturas, grabados y fotografías cuyos epígrafes estuvieron a cargo de escritores.
Ezquiaga se pregunta, en la nota publicada por Télam en febrero del 2015, ¿Qué ocurre cuando son los literatos quienes utilizan las obras de arte como disparador de su escritura? Se sabe que el maestro Luis Felipe Noé realizó ilustraciones para textos del uruguayo Eduardo Galeano e incluso Antonio Berni imprimió grabados inspirados en “Hojas de hierro” de Walt Whitman.
Sin embargo, en aquella muestra llamada “La seducción fatal” exhibida durante febrero del 2015 en el Museo Nacional fueron convocados veinte literatos a escribir con las obras de arte como inspiración, dando por resultado textos en las salas que funcionaron como epígrafes alargados que sumaron un estimulo intelectual al relato desarrollado.
Mercedes comentó que “muchos de los escritores optaron por investigar y contar secretos del momento creativo del autor de la obra, otros dieron detalles descriptivos de la temática de la obra. Algunos se volcaron por el ensayo y otros por la ficción”.
Experiencias en el Mumbat
Aquello que llamó la atención de la periodista, había sucedido unos años antes en el Mumbat cuando en el 2012 la muestra “Voces” abrió un diálogo entre los escritores tandilenses y las obras patrimoniales del Museo de Bellas Artes Tandil.
El taller literario estuvo a cargo de Patricia Ratto. Berta Stutz y María del Carmen Villar quienes escribieron sobre la obra patrimonial de Luisa González. Berta expresó en su epígrafe que “las miserias humanas se esparcieron por la ciudad simulando ser un fenómeno climático. Algunos pocos se salvaron de ellas”.
En cambio María del Carmen escribió sobre la misma obra: “Yo ando suelta por ahí entre tanto paisaje inútil, peleando con mis torres interiores y con las horas atadas al reloj invisible de mi muñeca. Camino condenada bajo esta lluvia de pequeños alfileres. Pero aun respiro, esperando por el día en que pueda, al fin, jugar al ajedrez con mi locura”.
María del Carmen Villar también se inspiró en la obra de Juan Carlos Lasser diciendo que “suele levantarse con el animo claro, casi transparente; a medida que van transcurriendo las horas, se vuelve oscura casi salvaje”. Por último, Carolina Cordi expresó en la obra de Lasser: “No hay orden, no hay azar y no hay amor en esa habitación de sábanas sucias. Solo hay billetes arrugados, colillas de cigarrillo, música vieja y algunas lagrimas”.
La muestra “Voces” integrada por el taller de escritores, contaba con la participación de Carolina Cordi, María del Carmen Villar, Berta Stutz, Belén Marquestau, Matilde Balduzzi, Mili Machado y Andrea Rossetti, mientras que fue coordinado por Patricia Ratto.
Muestras que se plantearon como una escena de una novela o cuento. Laura Malosetti Costa -curadora de “La seducción fatal”- comentó que: “La experiencia fue bellísima y los textos iluminaron aspectos de los cuadros que me parecieron en muchos casos interesantes y bellos”. Y agregó: “Antes de que existiera la historia del arte o la crítica, en Grecia, los que escribían sobre obras eran escritores. Lo que sabemos de las imágenes que conocemos es por lo que de ellas escribieron”.
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