Monserrat manifestó que se necesitan más políticas públicas contra la violencia de género
Una de las problemáticas con las que se enfrentan desde el Juzgado de Familia es la falta de notificación a los agresores de la restricción de acercamiento.
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Monserrat afirmó que “nos pasa con mucha frecuencia y hasta tanto no esté notificado fehacientemente de la restricción de acercamiento no hay desobediencia judicial”.
“Ahora hemos citado a Pablo Esquivel y a Jefatura Distrital para hablar de este inconveniente porque si nosotros dictamos una prohibición de acercamiento y no la notifican, es lo mismo que nada. Corresponde que esa notificación la haga la comisaría del domicilio de la persona. Todas las comisarías deberían conocer esto y articular la búsqueda de paradero. No es tan difícil, tenemos gente que sabemos dónde vive y la comisaría no los notifica”, cuestionó.
“Es difícil medir el riesgo”
En ese sentido, consideró que “necesitamos políticas públicas. En España lograron bajar la violencia de género pero se hace una denuncia e inmediatamente hay un patrullero en la puerta. Parece que el problema es la burocracia pero la Justicia hace lo que puede y lo que debe”.
Y brindó el ejemplo del caso que se dio a conocer en el diario El Eco de Tandil el martes de un hombre que encerró y amenazó con un cuchillo a su ex pareja ya que “la causa a mí me llegó el 21 de octubre y el 22 tenía dictada la exclusión del hogar con la prohibición de acercamiento, así que nosotros somos súper eficientes. En 24 horas teníamos la medida, pero no se la notificaron, eso es un problema (ver nota secundaria)”.
“La comisaría tiene que cumplir y notificar en tiempo y forma lo más rápidamente posible, porque en muchos casos el sólo hecho de la notificación hace que no trasgredan”, afirmó, pero advirtió que “también es cierto que hay un número que va a trasgredir y puede llegar a cualquier cosa. Es difícil medir el riesgo, es difícil saber quién va a matar y quién no”.
“Una vez que está notificado de la restricción de acercamiento, se le avisa a la víctima con la fecha en la cual fue notificado el victimario, de tal manera que si llama al 101 pueda decir que la persona está violando esa restricción. En ese caso es infraganti delito, tienen que ir y detenerlo”, aseguró.
“Ni con el botón antipático se hubiera salvado”
En cuanto al caso de Claudia Cabrera, la mujer que fue apuñalada por su ex pareja en Mitre al 500, aseguró que el agresor estaba debidamente notificado de la restricción de acercamiento.
“Desde que empezamos en el Juzgado de Familia (hace cuatro años) tenemos tres mil causas de violencia o un poco más. Ponemos custodia un tiempo, no podemos tener a la mujer toda la vida con custodia, porque no alcanzan los efectivos”, argumentó.
Y afirmó que “el hijo mayor no habla mal de la Justicia. No se puede tener una persona indefinidamente con custodia” y lamentó que lo que la agresión que sufrió esta mujer “en este caso era inevitable” porque el agresor actuó “muy rápido”.
“La verdad es que ni con un botón antipánico se hubiera salvado de las agresiones, porque él actuó tan rápido que no alcanzás a llamar a nadie, son segundos. El botón antipánico sirve si estoy en mi casa o si lo veo venir. Si estoy en la calle, no hay botón antipánico que sirva. No es milagroso”, sostuvo.
Y recordó que “en Olavarría el año pasado mataron a una mujer con custodia. El tipo la encontró en la calle, la agarró de atrás y la degolló. Es un segundo”.
En cuanto a los botones antipánico explicó que no se están utilizando en la ciudad porque “se le cayó la licitación al Municipio. Nosotros estamos esperándolos desde el año pasado”.
Recursos limitados
Por otro lado, Monserrat aclaró que tienen “recursos limitados” y que la División Custodia “evidentemente no tiene suficiente personal” ya que atiende las tres localidades del departamento judicial: Tandil, Olavarría y Azul.
“Cuando tomamos la decisión inmediatamente le ponemos efectivo. La custodia más larga que tuvimos fue un solo caso, una chica que vivió denunciando pero que por suerte ya no, tuvo seis meses custodia personal, ella misma pidió que se la sacáramos porque no aguantaba más ir hasta la esquina con custodia”, explicó. Y opinó que “es complejo. No hay una solución mágica”.
“La calidad de la violencia ha empeorado, no sólo hay más cantidad, sino que la calidad es preocupante. Cuando nosotros recién empezamos no pasaban cosas como la que ocurrió el otro día cuando apuñalaron a la chica”, afirmó.
Otra versión del caso del hombre que habría encerrado y amenazado a su ex pareja
La jueza Monserrat manifestó su sorpresa ante las declaraciones del comisario Jorge López a este medio sobre el caso del hombre que habría encerrado y amenazado a su ex pareja y sus hijos en una vivienda de Alvarado al 500.
“La información que a nosotros nos da fiscalía es que en realidad él no tuvo secuestrada a la pareja, sino que ella lo dejó entrar. Dicen que él no quedó detenido porque no es un problema de violencia de género. El cuñado llamó porque lo vio alcoholizado en la casa, cuando la policía llega, los amenaza y es detenido por resistencia a la autoridad, no porque estuviera amenazando, ni reteniendo a la mujer y los chicos. Incluso la mujer salió y avaló lo que él decía”, afirmó.
Por otra parte, explicó que Julio César Morel tenía una restricción de acercamiento y había sido excluido del hogar por orden del Juzgado de Familia. Sin embargo, “la policía nunca lo notificó de esa restricción. El tenía una búsqueda activa, significa que lo buscan para notificarlo porque no saben dónde está”.
“Obviamente si no le notifican la medida no hay desobediencia judicial. A nosotros nos pasa muy seguido eso, que nosotros ordenamos una notificación y nos dicen que no lo encontraron, entonces nosotros disponemos una búsqueda de paradero y toda la policía debería estar comunicada de eso, de tal manera de que cualquiera que lo encuentre debería saber que lo están buscando”, agregó.
A su vez, señaló que “pedimos custodia personal para ella pero Dirección de Custodia nos contesta que no tienen efectivos suficientes y que van a poner una custodia dinámica. Nosotros les dijimos que el hecho de que ellos nos comuniquen que no lo pueden cumplir no los exime de la responsabilidad”.
“Cuando leí la nota de El Eco me pregunté cómo es posible que liberen a una persona que tiene restricción de acercamiento y exclusión del hogar. Me llamó la atención que las actuaciones no me llegaron ni a mí ni a la fiscalía especializada en violencia. Hablé con el doctor Sorondo en Fiscalía y me dijo que no hubo privación de la libertad ni amenazas, que eso no surge de las actuaciones”, expuso.
Asimismo, indicó que “ahora mandé a la trabajadora social de la comisaría de la Mujer para que me haga un poco de averiguación con el resto de la familia, si ella lo dejó entrar, si está amenazada, si tiene miedo porque acá hay algo raro”.
“Sorondo dice que ella salió, increpó a la policía y le dijo que no quería declarar, que no quería problemas. Conociendo a los fiscales me sorprendería que si realmente hubo privación de la libertad, y ella denunció eso, que el agresor hubiera salido en 24 horas en libertad, yo creo que eso no pasó. Estoy pidiendo las actuaciones, para ver realmente qué fue lo que pasó”, aseguró.
Por último, advirtió que “gran parte de estos problemas se presentan porque las víctimas reinciden en la relación o porque no denuncian. Más grave que no denunciar es que haga excluir del hogar y luego reanude la relación”.
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