Murió Alejandro Romay, el Zar de la televisión
A los 88 años murió Alejandro Romay (nacido Alejandro Argentino Saúl) el histórico productor y dueño de Canal 9. Figura clave de nuestra televisión, había nacido en Tucumán el 20 de enero de 1927.
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Conocido como “el Zar de la TV”, comenzó su carrera muy joven como locutor en LV7 Radio Tucumán. Pero fue a través de Canal 9, en aquellos años ubicado en el pasaje Gelly, en Palermo, que impuso un estilo popular, de gran éxito entre los ’70 y los ’90.
A fines de 1963 asumió como director general de Canal 9, convirtiéndose en su accionista mayoritario y cambiando su nombre a Canal 9 Libertad, con una programación de carácter popular, centrada en productos masivos, aunque muchas veces criticada por chabacana.
Histriónico como pocos, también convirtió en un clásico la entrega de los premios “El 9 de Oro”, con el que rendía tributo a las estrellas de su canal.
A los 88 años desaparece un hombre clave en la historia de la televisión argentina. A él le debemos éxitos ciclos de audiencias populares como Música en Libertad, Alta comedia, Almorzando con Mirtha Legrand, El hombre que volvió de la muerte, Titanes en el ring, Feliz Domingo y Simplemente María, entre otros. Y entre sus hits, también hay que considerar el Nuevediario que supo tener como figura al recordado José de Zer y su “seguime chango”.
A flor de piel
(Agustina Binotti) Cristina Pérez se conmovió ante la muerte de Alejandro Romay. “El zar de la televisión”, que supo ser mentor de muchas figuras, también lo fue de la periodista. Desde su cuenta de Twitter, ella contó que fue él quien, tras hacerle una nota para un medio de Tucumán, de donde ella es oriunda, la convocó para venir a trabajar a la Capital Federal. Así comenzó con su carrera que la llevó a consagrarse en la actualidad como una de las caras del noticiero de Telefé.
“Tenía 19 años y trabajaba en ATS Canal 5 Tucumán cuando entrevisté a Romay y me ofreció trabajo en Canal 9 #GraciasRomay”, tuiteó, junto a una foto de aquella entrevista en la que lo conoció. “Me tocó conducir noticieros con Romay. ¡Yo tenía 20 años! El era el dueño del canal y ¡bajaba a hacer el noticiero! Ya era una leyenda”, lo elogió en otro mensaje.
Y agregó: “Luego de que llegué del Norte me dieron trabajo en su canal, tenía contratos por tres meses. Me acuerdo que me lo crucé en una fiesta de fin de año del canal (Canal 9) y él me preguntó si había alquilado un departamento. Le respondí que no. El me dijo que me daba la garantía para que lo hiciera. Y lo hizo. Cuando firmamos el contrato, en su oficina, la gente de la inmobiliaria no lo podía creer. Ellos enmarcaron su firma, en ese momento era muy importante Alejandro, era más conocido que el presidente Alfonsín”.
Emocionada del otro lado del teléfono, la periodista lo describió con una gran cantidad de adjetivos: “excéntrico, grandilocuente, un personaje único”. Y no dudó en confesar que fue un orgullo para ella comenzar a su lado. “El fue único, él creó a los talentos que hoy siguen en la televisión como Pablo Echarri, Natalia Oreiro, Paola Krum. Era un apasionado. La última vez que lo vi fue en la reapertura del Teatro Nacional (Marzo de 2000), su teatro. El estaba ahí con la linterna ubicando a la gente. Era un trabajador, él podía barrer un estudio si hacía falta pero también tenía excentricidades de un personaje de su talla”, añadió con nostalgia.
Perfil de un apasionado
En 1963 fue nombrado director de Canal 9 y allí permaneció a lo largo de diez años hasta que el canal fue intervenido por el Estado en 1974, circunstancia que lo obligó a exiliarse en Puerto Rico donde siguió ligado al mundo radial como empresario.
Volvió a la Argentina con el retorno de la democracia, en 1984, y en ese momento adquirió por una licitación Canal 9. La emisora se convirtió en líder del rating a lo largo de varios años mientras estuvo bajo su gestión. Por entonces, las telenovelas con elencos llenos de nombres famosos, los programas de entretenimientos ómnibus, los noticieros con noticias bizarras, entre otros ciclos, tuvieron su apogeo. Por eso mismo, recibió más críticas que elogios pero el favor del público estuvo de su lado y arrasaba con la audiencia.
Entre otros títulos que salieron de su creación estuvieron muchos clásicos de la televisión argentina.
En el teatro, hizo obras como Jesucristo Superstar y Víctor Victoria fueron algunos títulos salidos de su factoría como productor.
En la década del ’90 adquirió Radio Belgrano (rebautizada Radio Libertad y a la que sumó la FM Feeling), una empresa de cable y un canal hispano de Miami. A fines de los ’90 decidió vender Canal 9. Para entonces también era el dueño del Teatro El Nacional, en Buenos Aires, y el Teatro Nuevo Alcalá, en Madrid.
En 1996 fue declarado empresario del año y a lo largo de su vida fue director y propietario de Canal 9 Libertad, Canal de Resistencia (Chaco), Canal 9 de Paraná (Entre Ríos), Canal 9 de Mar del Plata, además de la señal 41, en Miami y de TV ABC, emisora sateliltal que comercializaba los productos de Canal 9 a todo el mundo.
Pero el empresario también creó la Fundación Alejandro Romay, dedicada a la acción social y la educación. Famoso por su histrionismo y verborragia, su capacidad de gestión lo llevó a producir más de 120 obras teatrales a lo largo de su vida y en una temporada llegó a tener en cartel 9 obras simultáneamente.
En 1997 obtuvo una Mención Especial en los Premios Kónex por su contribución a la comunicación y el periodismo.
Romay estuvo casado con Leonor “Lita” Rosio con quien tuvo cuatro hijos: Diego, Viviana, Mirta y Omar, algunos de ellos también ligados al mundo del espectáculo y los medios.
“Alejandro cambió mi vida profesional”
Fue en 1968 cuando Alejandro Romay convenció a Mirtha Legrand de sentarse a una mesa para almorzar en vivo con un grupo de invitados famosos. La idea, que en un principio parecía una locura, prendió en el público y así, Almorzando con Mirtha Legrand se convirtió en uno de los programas más legendarios y duraderos de la televisión argentina.
“Romay era muy especial, era creativo. Fue un grande de la televisión… Cambió mi vida profesional desde el día que empecé con los almuerzos, él tuvo la idea y me convocó. Le voy a estar agradecida toda la vida”, aseguró Mirtha Legrand durante una entrevista con TN. “Tenía un fuerte carácter, pero era creativo. Hay que recordarlo con una sonrisa porque quedaron frases que están impuestas en el público. Tenía una manera especial de hablar, le gustaba mucho los discursos. Quería a los actores y a los artistas. En su canal se vieron series maravillosas y programas extraordinarios. Fue una gran persona y un precursor de la televisión argentina”.
Además de confiar que el empresario era “un actor frustrado”, la diva de los almuerzos contó que él había participado como extra en Esposa última modelo, una película de 1950 que la tuvo como protagonista. “Aparecía en una escena en un local bailable donde había una pelea. Hace poco vi la película y lo identifiqué”, contó.
Finalmente, Mirtha se refirió al delicado estado de salud que atravesaba Romay y que culminó con su fallecimiento: “Sé que estaba muy mal hace varios años. Un amigo en común que lo visitaba decía que cuando le hablaba de mí se le iluminaba la cara, le daba mucha felicidad, me recordaba”.
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