Necrológicas
JUAN MIGUEL DOBAL
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El pasado 27 de agosto dejó de existir Juan Miguel Dobal, dejando un inmenso dolor entre sus familiares y amigos.
Había nacido en Rauch el 11 de enero de 1936, y era hijo de don Florencio Dobal y María Elena Poffer, quienes se habían radicado en Egaña y se dedicaron a las tareas de campo.
En el año 1958, cuando contaba con 22 años, Juan Miguel conoció en María Ignacia Vela a Elisa León, con quien se casó dos años más tarde. De dicha unión nacieron Jorge y Karina, sus únicos dos hijos.
En el año 1989 decidieron mudarse a Tandil y Juan Miguel ingresó a trabajar al Frigorífico Mirasur y luego a la fábrica Impopar. Desde el año 1994 acompañó a sus hijos en Expreso Tass hasta estos días.
“Te vamos a extrañar mucho y estarás por siempre en nuestro corazones”. Elisa, tus hijos, hijos políticos y nietos.
LUIS MIGUEL MONTES SELLES
En un trágico accidente ocurrido sobre la Ruta 226, el 31 de julio pasado falleció Luis Miguel Montes Selles, con sólo 30 años.
Oriundo de esta ciudad y velense por adopción, Luis Miguel transcurrió sus primeros años en María Ignacia, donde hizo varias amistades jugando al fútbol. Fue el hijo mayor de Susana y Sergio y un hermano muy querido por Gabriela, Mónica, Cristina, Antonio y Antonela.
De regreso a su ciudad natal y con su sueño de ser maquinista al igual que su padre, de quien heredó el oficio, supo sembrar el respeto y cariño entre sus compañeros de trabajo.
Natalia, su esposa, conquistó su gran corazón y fruto de aquel bello amor nació su princesita Aldana.
“Al cumplirse un mes de tu partida, todavía no puedo entender… Sé que estás con Dios, que estás en un lugar hermoso, lleno de paz, pero tu hija y yo te extrañamos mucho… ¡Gracias! Por el amor que nos diste y todos esos momentos hermosos que disfrutamos juntos en familia. Extrañamos… tus abrazos, tus besos, tus risas y cada palabra que no decías, pero los vamos a recordar siempre porque están grabados en cada latido de nuestros corazones.
Sé que estás en un paraíso lleno de luz y paz y desde ahí iluminarás como una estrella el camino de la felicidad de nuestra princesita Aldy. Sé que no te tengo que llorar porque no te gustaría verme sufrir, pero vos partiste de este mundo a un lugar del que ya nunca más regresarás y los que quedamos hoy sufrimos tu partida.
Gracias amor por tantas alegrías vividas, hoy te recordamos con tu pequeña princesita con amor, y si lloramos tu partida es porque el dolor es inmenso y siempre nos vas a hacer falta tú, mi vida.
Fuiste un excelente padre y esposo, un amigo ideal y una flor de persona. Los que te conocieron deben opinar lo mismo y los que no, se perdieron de conocer al Luismy… esa persona hermosa por dentro y por fuera que yo conocí. Agradezco a Dios por haberte cruzado en mi vida y te agradezco a vos mi amor, donde quiera que estés, por haberme hecho la mujer más feliz del mundo y por la hermosa hijita que me diste. ¡Te amamos por siempre Luismy! Tu hija Aldana y tu esposa Natalia”.
JORGELINA ANDREASEN
A los 38 años, el 20 de agosto pasado, partió de este mundo Jorgelina Andreasen, a causa de una cruenta enfermedad.
Había nacido el 15 de abril de 1977 en esta ciudad. Era hija de Jorge Andreasen y María Luján Marqués y la segunda entre sus hermanos, Diego, Juan Cruz, Romina, Luciana y Florencia.
Cursó sus estudios secundarios en la Escuela Secundaria 1, ubicada en Fugl y Azcuénaga. Luego se dedicó a realizar cursos de gastronomía, ya que le apasionaba la cocina. Soñaba con inaugurar una casa de comidas y era artífice de todas las delicias que compartía su enorme familia en los cumpleaños.
En 2004 formó pareja con Claudio Israel Chiacchio y en 2013 se casaron. De esa linda unión nacieron sus dos hijos menores Mateo y Thiago, que agrandaron la familia que ya había formado con su primogénito Tomás, de 16.
Jorgelina era una mujer que se ocupaba de su casa, de sus hijos y de su familia, con la que le encantaba compartir distintos momentos. Además, fue una persona muy alegre y querida, a quien su esposo y sus hijos y todos sus seres queridos extrañan infinitamente.
Sus restos descansan en el cementerio parque Pradera de Paz.
GABRIEL MAURICIO CIANO
En las trágicas circunstancias que informó este Diario, el 23 de agosto perdió la vida Gabriel Mauricio Ciano, quien sólo tenía 19 años.
Había nacido en Tandil el 28 de septiembre de 1996 y era el segundo hijo de Mauricio Humberto Ciano y Norma Luján Miguelez. Tenía siete hermanos, María Sol, Yonathan, Carlos, Camila Agustina, Priscila Mía, Santiago Ismael y Ariel.
Vivía junto a su familia en el barrio La Esperanza, en la zona de Villa Aguirre, y había cursado sus estudios secundarios en la Escuela Técnica 1 de Villa Alduncin. En la actualidad, trabajaba como albañil, en el rubro de la construcción.
Sus familiares y amigos lo recuerdan como una buena persona, solidaria y muy querida en el barrio. Tristes por su partida, lo extrañan y desean que descanse en paz.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
LUIS REY LARREA
A los 88 años se apagó la vida de Luis Rey Larrea, un tandilense por adopción que trabajó durante muchos años en el Ferrocarril.
Luis había nacido el 25 de agosto de 1926 en la vecina localidad de Quequén. Sus padres, Gregorio Larrea y Ana Arregui, habían llegado desde La Banda, Santiago del Estero, a radicarse en la localidad balnearia. Luis fue el noveno de los 14 hijos del matrimonio y el último en partir de este mundo.
Durante su juventud en Quequén fue guardavidas en las playas y ofició de Rey Mago para repartir regalos y golosinas a caballo por su ciudad natal, cosechando las sonrisas de los chicos.
En 1953 ingresó a trabajar en el Ferrocarril y dos años más tarde lo trasladaron a Tandil, ciudad que adoptó por el resto de sus días. Trabajaba de 6 a 18, realizando obras y reparando las vías, tareas que lo apasionaban.
En 1970 se casó con Yolanda Medina, oriunda de San Cayetano. A pesar de la cercanía de sus localidades de origen, se conocieron en estas sierras. Tuvieron dos hijos, Luis y Ana, y su hija les dio a su único nieto Benjamín.
Hasta 1984, fecha en que se jubiló, trabajó en el Ferrocarril. A pesar de las largas horas dedicadas al empleo, tuvo tiempo para entregarse a su familia. Fue un excelente marido y un gran padre, siempre presente para sus dos hijos. En 2009, tras cuarenta años en pareja, Yolanda y Luis renovaron los votos matrimoniales.
Entre sus amores, era fanático del club Independiente y de Ford, y disfrutaba mirando fútbol y las carreras de TC. Además, lo apasionaba ir a pescar en grupo, con familiares y amigos.
Por otra parte, todos los años llevaba de vacaciones a sus seres queridos a Quequén, donde los esperaban parientes y amigos. Los recordados viajes los realizaban en tren.
La partida de este gran hombre ha dejado a su esposa, hijos, familiares y amigos sumergidos en una honda tristeza. Los reconforta el saber que los seguirá acompañando desde el lugar donde esté. Que descanse en paz.
ELSA INES FERNANDEZ
A los 88 años, el 26 de agosto pasado, falleció Elsa Inés Fernández. Había nacido el 16 de noviembre en la vecina ciudad de Rauch y sus seres más queridos la recordarán como una gran mamá y abuela.
“Abuela, siempre te vamos a recordar, con esas ganas de hacer cosas, de salir a donde fuera, de estar con todos los que te queríamos. Fuiste y sos la mejor mamá, la mejor abuela, la mejor en jugar a las cartas y a la lotería, la que nunca faltaba a ninguna reunión familiar o de jubilados. Te queremos mucho y te llevaremos en el corazón hasta que nos volvamos a encontrar”.
DOMINGO DANIEL MIGUELIZ
Hace pocos días se apagó la vida de Domingo Daniel Migueliz y sus restos descansan en el Cementerio Municipal de esta ciudad.
“Qué difícil es estar escribiendo en este momento, este 25 te nos fuiste de viaje y ya te estamos extrañando tanto. Es difícil en todo lo que nos quedó pendiente cuando las cosas no salieron como se esperaba, y si bien la última vez que te vimos fue sonriendo y saludando con la mano, nos hace tanta falta ese minuto más.
¡Gracias Mingo, gracias pa’ por ser quien fuiste, te queremos tanto!”.
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