Necrológicas
Participaciones de los recientes fallecimientos en la ciudad
Recibí las noticias en tu email
HORACIO FRANCISCO SANCHEZ
El 8 de octubre pasado falleció Horacio Francisco Sánchez, cuando contaba con 68 años de edad.
Había nacido en Tandil el 14 de junio de 1947, hijo de María A. Sánchez y Horacio Giménez.
Vivió su infancia en el “Barrio de las ranas” junto a sus abuelos, cerca de su amado club Huracán.
Siempre junto a sus amigos, con los que se reunía a charlas sobre sus cosas, su querido River Plate y sus problemas bronquiales, que -poco a poco- fueron haciendo muy lento su recorrido por las calles que lo llevaban a ofrecer medias, sábanas y alpargatas a sus clientes.
“Hasta que un día tuviste que parar. Confiaste en mí, me pediste que te ayude y yo -tu hermano menor- me ofrecí con gusto. Tus trámites en el banco, tus turnos en la doctora… Estuve con vos en ese mes y medio en terapia, hasta que aflojaste como nunca lo habías hecho.
Allá te esperan el “Coco” y otros amigos. Cómo te vamos a extrañar, Pancho. Tu gran amigo ‘Chiquito’, que te ofreció su corazón como un hermano; el ‘Zurdo’, compañero de equipo en las picadas donde hacían diferencias; el ‘Yankee’, que vino a casa sin poder creer que ya no estabas. Tus hermanos siempre te vamos a extrañar.
Descansa en paz, querido hermano. Nos quedan para siempre tus mejores recuerdos, hermano querido”.
Mario Gutiérrez y sus hermanos Loly, Ale, Miguel, Esther, Luciano, Irma, Susana, Carlos y María Elena.
Dedicatoria
“Hace pocos días te fuiste físicamente, después de sufrir mucho culpa del maldito cigarro. Fuiste un buen hijo, un buen hermano y un gran amigo, de esos que no se olvidan, porque la buena gente como vos jamás se olvida.
Te imagino junto a los muchachos de la barra que se fueron antes, recordando los buenos e inolvidables momentos que pasamos en el club San Martín y en tu querido Huracán, donde brillaste jugando al fútbol y hablando de lo que tanto te gustaba: el tango.
Panchito: los domingos sin vos ya no son como eran. La cantora (radio) ya no suena igual, será hasta que nos juntemos de nuevo.
Querido hermano, querido amigo: ¡Descansa en paz!”.
“Chiquito” Rodríguez
MARTA GRACIELA BATTISTEL DE FERNANDEZ
El 14 de octubre pasado se produjo el deceso de Marta Graciela Battistel de Fernández, quien había nacido en Tandil el 9 de marzo de 1951 y contaba con 64 años.
Era hija de Idelfino Battistel e Isabel Parra.
Cursó sus estudios primarios en el Colegio Sagrada Familia y los secundarios en la Escuela Normal, donde se recibió de maestra.
El 5 de julio de 1969 contrajo matrimonio con Osvaldo Fernández y se instalaron en la zona rural cercana a María Ignacia, Vela.
De esa unión nacieron sus hijos Esteban, Andrea y Alberto; a quienes se sumaron Mónica y Marcelo como hijos políticos.
Marta Graciela Battistel de Fernández disfrutó también del amor de sus siete niños, Martín, Pablo, María Paz, Lucía, Guillermo, Ramiro y Santiago.
Ante su partida, la familia la despide con amor y recibe el afecto de quienes conocieron sus cualidades.
EMILIO MOLINA
El 19 de octubre pasado dejó de existir un querido vecino que contaba con 80 años de edad.
Tras ser velados en Casa Crespo, Iacaruso y Santillán, sus restos fueron inhumados en el cementerio parque Pradera de Paz.
Su familia escribió una emotiva despedida:
“Querido Emilio: cumpliste tu misión en la tierra. A tus 80 años, Dios te llamó a su lado. Mientras tanto compartimos con vos hermosos momentos.
Desde niño trabajaste cosechando en el campo y cuando la vida te trajo a la ciudad manejaste el colectivo (el 14 de la verde) hasta jubilarte.
Siempre seguiste cosechando amigos y cariños.
Todos los que hoy pensamos en vos lo hacemos con una sonrisa, pues fuiste muy alegre. Nunca te faltaba una broma, un cuento con cada persona que conocías.
Dejaste en nosotros valores y enseñanzas que seguiremos respetando y transmitiendo a nietos y bisnietos.
Te llevaremos por siempre en nuestro corazón”.
GONZALO ANIBAL DIEZ
El sábado 24, en las trágicas circunstancias informadas por este Diario, se produjo el deceso de un jefe de familia querido y respetado, Gonzalo Aníbal Diez.
Contaba con 34 años de edad y se dedicaba a la herrería en un taller ubicado en su domicilio, en Newton al 2.000, en el barrio Palermo.
Hoy su mamá Graciela lo despide con sentidas palabras:
“Hijo loco, como te decíamos todos: ¿qué pasó? ¿Cómo que te fuiste antes? ¿Y ahora qué hacemos sin vos?
En todo estabas, en todo ayudabas, mil cosas querías hacer, mil planes… en todo. No dejabas a tu familia afuera y querías lo mejor para todos.
Eras un gran herrero, un genio con tus manos.
Siempre decías que el día que te fueras sería en moto. Y así fue, pero muy pronto.
Que Dios y la Virgen te acompañen junto a Coty, tu hermano, y el Gringo, tu tío.
Te extrañamos mucho junto a tu hijo Lukas y toda la familia”.
Por su parte, su esposa Marucruz escribió:
“Ay, mi Gon…. Gonza, como siempre te decía. ¿Que pasó que te fuiste de repente?
Crecimos juntos más de la mitad de nuestras vidas.
Gracias a ese amor hoy tenemos a nuestro hijo Luky y nos quedamos acá, extrañándote junto a toda la familia y tu perra querida, Bella, que todavía espera tu regreso, como todos.
Sé que te fuiste feliz y como vos le decías a todo el mundo: sobre una moto, que era lo que te encantaba.
Siempre estabas con tu carácter antojadizo y ansioso, tratando de hacer mil proyectos y cosas a la vez.
No sé porqué te apartaron de nuestras vidas. Quizás Dios quiso que fuera tu turno de acompañar a tu hermano y a tu tío querido.
Desde allá nos guiarás para poder enfrentar este tremendo dolor de no tenerte y el vacío que dejaste.
Siempre vas a estar conmigo, a mi lado y al de Lukas, que tanto te necesitamos.
Descansa en paz. Te amaremos por siempre. Tu hijo Lukas y tu amor Maricruz”.
JUAN DI SANTO
El 20 de octubre se produjo el deceso de Juan Di Santo, un emprendedor tandilense que tenía 64 años.
Nacido en Tandil el 25 de febrero de 1951, su pasión -además de su familia- fue su fábrica, ésa que fundó a los 20 años y la que le dedicó su vida.
Casado con Sara Inés Jalil, tuvo dos hijas: Marcela Silvana y Silvina Angela, quienes le dieron a sus tres nietos queridos: Franco Villar, Federico Ezequiel Frassi y Morena Bordagaray.
Juan Di Santo fue descripto como una gran persona, tranquilo, solidario y confiado al punto de haber pasado algún sinsabor por confiar demasiado.
Aficionado a la pesca, junto a su gran amigo y a integrantes de su querida metalúrgica JDS, no era extraño verlo participar de alguna excursión.
Hoy su temprana partida es sentida por familiares y amigos, pero simultáneamente se rescatan sus virtudes y el amor de sus seres queridos.
Dedicatoria
“Hola Pá…
Papi, quiero que sepas que me haces mucha falta, aunque hace poco que partiste para mí es una eternidad. No encuentro explicación alguna, nada me alcanza, nada calma este inmenso dolor que dejaste en mi alma.
Necesito tanto verte, tocarte y decirte ‘te amo’ pero dicen: ‘la vida es así’ y yo no entiendo, hago todo el esfuerzo pero no entiendo.
A la mañana es terrible levantarme porque sé que no estás físicamente acá conmigo, con nosotras. Siempre fuiste esa figura que estabas detrás mío y me hacia sentir fuerte, segura y hoy me siento débil, muy débil sin vos.
Dicen que hay otra vida. No sé si es cierto, pero si así es vos Pá debes estar feliz junto a tu mamá y tu papá, seguro extrañando a mamá que tanto amas. Pero quedate tranqui, viejito mío que nosotros la estamos acompañando y cuidando como vos quieras.
Te cuento que tus nietos te extrañan mucho: Fran ocupándose y preocupándose de tu imperio (ése que solo vos lograste levantar con tanto esfuerzo y sacrificio) y cuidando mucho a mamá; Fede y More mucho no entienden, pero también te extrañan. Fede dice que le duele el corazón sin vos.
Te amo porque fuiste el primer hombre de mi vida y te voy a amar siempre…
Te sufro porque no estás, porque no te escucho… Te recuerdo cada segundo de mi vida…
Fuiste, sos y serás mi orgullo más grande. Laburaste toda tu vida como un burro para darnos todo lo mejor no solo a mí, sino a las tres y tus amados nietos. Vos nos ayudaste como nadie y nos amaste como pocos.
Te voy a estar agradecida toda mi vida por todo lo que pensaste en mí y en mis hijos.
Fuiste un grande y así es el vacío que dejaste en mi corazón….
Tan buena persona, ayudando siempre a los demás, preocupándote por todo y por todos. Mirando siempre por mamá, tus hijas y tus nietos…. Que decirte Pá, fuiste sos y serás siempre el mejor de todos los papás del universo.
Para vos, el papito más lindo, ¡mi gordito simpaticón! Ya nos volveremos a encontrar; eso dicen, y ojalá así sea. Te amo, ´gordito Di Santo`”.
Marcela
Este contenido no está abierto a comentarios