Necrológicas
Semblanza de vecinos recientemente fallecidos
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MARIA ESTER RIFE
El 1 de mayo pasado se produjo el deceso de una respetada y activa integrante de la comunidad de María Ignacia, estación Vela.
“María Ester Rifé nació un 9 de marzo del 42 en Tandil. Su infancia transcurre en María Ignacia Vela. A los 20 años se casa con Héctor “Cacho” Di Fonzo y forma su familia.
De ahí inicia su vida laboral en actividades agropecuarias acompañando a su marido en sus emprendimientos tanto de trabajo como en los deportivos. Pero a los 35 años la sorprende su muerte.
Repitiendo las palabras de su hijo en el cementerio “no debe haber sido fácil sostener tres varones de 5, 11 y 13 años y la explotación agropecuaria. Incursionar sola en ese mundo casi más reservado para hombres en ese momento. Como sea, con dificultades, aciertos y errores lo mantuvo intacto por 17 años hasta que los tres comenzaron a intervenir. Tampoco debe haber sido fácil dar un paso al costado cuando a muy poco tiempo ellos tomaron las riendas de la empresa pero lo hizo y los dejó hacer”… y pudo haber momentos buenos y otros no tanto, como en todas las familias y emprendimientos, pero siempre mostró orgullo por haber dejado la empresa en manos de sus hijos.
Y hoy pudo ver que ya estaban sus tres nietos mayores defendiendo lo que ella había conservado.
Trabajó en instituciones de la comunidad: Damas Hospital Enrique Larreta, Junta Vecinal y cuando ya no vivía en la localidad continuó en Rotary Club María Ignacia y hasta su muerte fue presidente de la guardería Casa del Niño “Rayito de Sol”.
De acá en más nos faltarán sus incontables y reiteradas llamadas diarias para conocer qué pasaba diariamente con la empresa, qué hacen y dónde están cada uno de los integrantes de su familia, si iban o no a comer a su casa, pero nos habrá dejado como legado su amor al pueblo, el trabajar aportando algo que lo beneficie, ocuparse en no destruir la empresa. Y en lo personal, lo que me repitió hasta el cansancio en estos últimos años: la importancia de la mujer en empresas familiares, el estar firme, no permitirme caer bajo ninguna circunstancia, trabajar por el consenso, el diálogo y la alegría, porque a una empresa de este tipo solo la sostiene la unidad de su familia”.
Cristina García de Di Fonzo
1-MARIA ESTER RIFE
JESUS ALBERTO BIDEGAIN (PUCHETA)
Había nacido el 4 de diciembre de 1948 y su deceso se produjo de forma inesperada el 5 de mayo pasado.
Su familia señala que “no hay palabras que expresen el dolor de haberte perdido para siempre. Tu imagen estará siempre en nuestras mentes.
Dios te tiene en sus brazos y nosotros en nuestro corazón.
Tus papás, esposa, hijos, sobrinos, nietos hermanos, hermanos políticos y demás familiares siempre te recordaremos”.
MARIANO CIRIACO SPIKERMAN
El 28 de abril, a los 71 años, falleció Mariano Ciriaco Spikerman.
Después de haber superado un cáncer en las cuerdas bocales, una fibrosis pulmonar complicada con una neumonía precipitó su final.
Había nacido en Rauch, el 16 de octubre de 1944 y sus padres eran Celina Bernaola y Ciriaco Spikerman, ambos fallecidos. Formaron una gran familia con nueve hijos y 33 sobrinos.
Mariano concurrió a la escuela primaria de dicha ciudad.
Desde muy chico realizó tareas rurales en La Pastora, en tanto que en 1969 se casó con Hilda Torresblanca, con quien formó su familia, en el campo La Soledad, del paraje Tres Mojones.
El matrimonio tuvo tres hijos: Mariana, Juan Alberto y Juan Manuel, quienes le dieron ocho nietos (Belén, Carlos, Sol, María Eugenia, Valentina, Nicole, Juan Ariel y Brisa) y un bisnieto (Salvador), en tanto que sus hijos políticos eran Javier García y Norma Báez.
Trabajó unos años manejando sus remís y sus últimas tareas las realizó en “La Caracolera” (proyecto de la parroquia del Santísimo Sacramento liderado por el padre Raúl Troncoso, con quien se tenían mucho aprecio), hasta jubilarse.
Siempre tuvo una relación fluida y afectuosa con toda su familia: hermanos, hermanos políticos, sobrinos y primos.
Cosechó amistades desde su niñez, manteniendo trato hasta con sus compañeros del Servicio Militar, realizado en el Escuadrón de Comunicaciones de Tandil.
Sus seres queridos lo despidieron con hondo pesar y lo recordarán por siempre.
DORA ESTER TABOADA
A los 88 años, el 4 de mayo pasado, dejó de existir una querida vecina de nuestra ciudad, Dora Ester Taboada.
Había nacido en Tandil el 8 de febrero de 1928 y vivió en un campo de la zona de La Vasconia durante muchos años.
Luego se trasladó a Tandil y se dedicó a trabajar en casas de familia.
Era soltera, pero dedicó su vida a sus sobrinos más queridos, Sergio y Martín, a sus hermanos Armando y Francisca, a su cuñada, a sus sobrinos políticos, como así también a sus sobrinos nietos Cristian, Abril, Mayra, Julián y Leandro.
“Toda la familia lamenta su partida y la va a extrañar mucho. Le pedimos a Dios que su alma descanse en paz”.
JOSE LUIS DIAZ
El pasado 4 de mayo, a los 65 años falleció el vecino José Luis Díaz, con domicilio en calle Uspallata al 300.
“Te recordaremos con todo el amor y te amaremos siempre. Tus nietos Lucas, Caro, Pato y Joaquín; y la reina de Tandil, tu mamá; tu hija Romina y yo, tu compañera de ruta durante casi 40 años”.
HUGO RICARDO CAPRISTO
“Hoy 30 de abril de 2016, solo se terminó un capítulo de mi historia.
Nací el 6 de septiembre de 1957, en la hermosa ciudad de Tandil, crecí junto a mis padres Elmo Hugo Capristo y María Emilse Gogorza y mis dos hermanas Leticia y Stella. Juntos vivimos en el barrio de Villa Aguirre.
Juntos compartimos grandes momentos, hasta que la vida nos dio el peor golpe: con tan solo 18 años perdí a mi amado padre. El dolor fue inmenso. Con ese dolor aprendí a convivir, pero nunca dejó de existir, me acompañó hasta lo último.
Gracias a mi padre conseguí el mejor trabajo, ingresé a la Usina Popular y Municipal de Tandil. Allí aprendí lo que era la responsabilidad, el compromiso, el compañerismo, conocí a grandes personas, personas que me marcaron, amigos que hasta el día de hoy recuerdo.
En el año 1980, con 23 años de edad, tome la decisión más importante que me marcó en mi vida: decidí junto al amor de mi vida -Liliana Mabel Mesas- formar nuestra familia.
El camino no fue fácil pero la ansiedad, la espera no fue en vano. El 4 de marzo del 1985 nació nuestra pequeña, Guillermina. Ahora sí, los tres juntos emprendimos este hermoso viaje en familia y
compartimos de todo, hasta nuestro sentimiento por el equipo de fútbol de nuestros amores -Boca Jr.-, pasión que junto a mi hija disfrutamos minuto a minuto, partido a partido.
La vida nos regaló tropiezos y victorias, nos enseñó a reconocer a los verdaderos amigos, a los familiares que sin importar nada siempre nos contuvieron y apoyaron.
En el año 2000 decidimos cambiar nuestro rumbo, y nos dirigimos al Sur, a Neuquén Capital.
Allí todo cambió, dimos vuelta la página y comenzamos de nuevo, nueva gente, nuevos trabajos, nuevo colegio, pero lo que sí continuó intacto fue nuestra unidad como familia.
Sin dudas fue la mejor decisión, mi nueva profesión (“taxista”) me llenó de felicidad, con nuevos amigos y nuevos compañeros. En el año 2011 la vida me regaló un nuevo hijo: mi querido yerno. A partir de ese momento comenzamos a ser cuatro transitando esta vida.
En síntesis, la vida me dejó cosas buenas, cosas malas, amarguras, desengaños, felicidad, amor, pero en este último tiempo sin lugar a dudas fue el mejor. Entendí que solo nada puedo lograr, entendí que Dios es mi fiel amigo, el que me acompañó hasta lo último, el que me dio fortaleza, el que me libró de todo dolor.
Así que, queridos amigos, me voy despidiendo, hasta aquí resumí mi paso por esta vida, pero sepan que no se termina acá, esto sigue y yo ya di un paso más.
Hasta siempre….
PD: les dejo un pequeño regalo:
‘Ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo que está por venir, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios. Romanos 8:38,39′”.
Hugo Ricardo Capristo (el Tandilense)
SUSANA ELIDA BARRIOLA DE MELA
A los 78 años, el pasado 12 de mayo se produjo el fallecimiento de Susana Elida Barriola de Mela, una querida mujer nacida en la Capital Federal pero que hace más de 30 años hizo de Tandil el lugar para el desarrollo de su familia.
Susana había nacido el 3 de agosto de 1937 y cuando aún vivía en la Capital Federal contrajo enlace con Alberto Antonio Mela (f). La pareja tuvo dos hijas, Fabiana y Andrea, quienes recibieron el amor y la formación que hoy agradecen.
Susana Elida Barriola de Mela supo disfrutar de los nobles sentimientos de sus queridos nietos, Emiliano y Martín, en tanto que en los últimos años también le dio su ternura a su bisnieta Antonella.
Agradecimiento
La familia de Susana Elida Barriola de Mela desea agradecer las atenciones recibidas de Usicom y de los profesionales Nuria, Julio Tamburelli, Pizzorno, Gloria Menéndez, González Tendi, Rossi, Brenda, Borrego, Cuarleri y Dorrego.
También su gratitud al amplio equipo de enfermeros del Sanatorio Tandil por la atención brindada; a los compañeros del Hospital de Niños y Atención Primaria de la Salud, a la Parroquia Santísimo Sacramento, a la Iglesia Cristiana Peniel, a la señora Claudia Chiachio, a la Cooperativa Manos que Cuidan, a la Obra Social del Seguro, y a los señores Giménez y Gonzalo.
MARCIAL AVELINO CARBALLIDO
A los 83 años, el pasado 12 de mayo dejó de existir Marcial Avelino Carballido dejando un dolor inmenso en sus familiares y amistades.
Había nacido en Ayacucho el 9 de agosto de 1933 y se había criado en La Constancia. Se casó con Bernabea Revortelli y tuvo dos hijos: Norma Susana y Rubén Marcial. Luego llegaron los seis nietos: Silvana, Mercedes, Daiana, Tamara, Yaqueline y Cristian, quienes le trajeron sus queridos bisnietos.
De chico trabajó al lado de sus padres y su hermana Inés en la fábrica de quesos de La Constancia. También lo hizo de empleado rural en Ayacucho y Coronel Suárez en la cabaña Añurita SA.
Dedicatorias
“Querido Viejo: Nos queda el consuelo de que no sufriste, te quedaste dormido. Te vamos a extrañar mucho”.
Tu yerno José.
“Abuelo:
Todos tenemos un ciclo: Nacemos, crecemos, nos transformamos, con sentimientos y anhelos, y creamos un vínculo.
Es inevitable el dolor, pero no el padecimiento. Y eso es la diferencia que hace que cada día te extrañe.
Abuelo: Gracias y daría lo que fuese por poder volver a vivir los momentos con vos y con los abuelos que se fueron sin decirme adiós. Un beso enorme abuelo. ¡Te voy a extrañar mucho!”
Tu “Negro” Cristian.
ENCARNACION PAULA FARRENY DE VULCANO (“POROTA”)
Con hondo pesar de su familia y amigos, falleció en nuestra ciudad el día 17 de mayo. Había nacido en 1925 en María Ignacia, estación Vela. En 1946 contrajo matrimonio con Roque Mario Vulcano y tuvieron dos hijos, Mario Oscar y Silvia Analía, a quienes apoyó sin retaceos, con no pocos sacrificios y esfuerzos.
Se graduó de profesora de corte y confección. Estudió francés en la Alianza Francesa. Durante varios años se desempeñó como catequista de la parroquia Santa Ana en su casa.
Junto a su esposo tuvo una dilatada trayectoria en nuestra ciudad no solo en su vida personal y familiar, sino también en el ámbito de muy variadas organizaciones.
Así, Porota siempre fue una entusiasta participante de instituciones como el Movimiento Familiar Cristiano, Alpi, Lalcec, Rotary Club Tandil Norte (rueda femenina), Colegio San José y Colegio Misericordia, primando en ella siempre un profundo sentido de solidaridad con las buenas obras y los que necesitaban ayuda.
“Nos enseñaste a encontrar el camino para cumplir cada una de nuestras metas. Con tu protección entibiaste nuestra vida, te alegraste con nuestros triunfos, nos enseñaste a ser responsables y a pesar de los miedos, a creer que los sueños son posibles… No olvidaremos tu comprensión, tu abrazo, tu amor y confianza que nos daba fuerza para intentarlo todo. Estabas siempre atenta a las necesidades de los demás, familia, amigos y desprotegidos.
Pensaste día y noche en tu esposo, hijos, nietos y familia ampliada. Con tu intuición te adelantabas a lo que iba a acontecer, inquieta, activa, no te doblegabas.
Con tu enfermedad esperaste a papá y juntos estarán compartiendo el cielo. “Porotita” como te decía papá Mario: fuiste amor, hiciste amor junto a él, gracias porque nuestra vida comenzó con un acto de amor y ese es nuestro destino: amar, ser amados y entregar amor al mundo que vivimos”.
OFELIA MANCEBO VDA. DE ARIAS
El 5 de mayo se produjo el deceso de una respetada vecina de la zona de Villa Aguirre.
Su familia la despide con afecto, con la siguiente oración:
“Señor, Dios mío: hoy vuelven las lágrimas a caer como perlas al vacío recordando a un ser querido y fallecido. Pero nuestro amor es tan grande hacia ti que no cuestionamos nada: está contigo. Tú le cuidas como le cuidaríamos aquí en la tierra. Mientras en nuestros corazones siga viviendo, solo su cuerpo se habrá marchado”.
Con amor la despiden sus hijos Alberto, Marta y Stella Arias; su nuera Alicia Barragán; sus nietos, Carlos, Valeria y Juan Arias; Lorena Castagnino, Andrés Oroná; Mauricio, Jésica y Nicolás Lazcoz; sus nietos políticos Guillermo Palazzo, Horacio Bidegain y Ariel Calle; y sus bisnietos Sofía, Melina, Aylén, Mariano, Agostina, Mía, Francisco y Renata.
JUAN EDUARDO ITURRALDE
Eduardo nació en Tandil el 12 de junio de 1953 y falleció el 8 de mayo, a los 62 años, tras una enfermedad con la que lidió desde agosto del año pasado.
Creció y vivió en su querido barrio de Villa Aguirre. Entre fierros y motores se dedicó a su oficio de mecánico.
Cuando tenía 24 años se casó con Mirta y tuvieron a sus dos hijos: Matías y Luciana.
Era muy querido entre sus familiares y amigos, quienes recuerdan sus enojos y rezongos que en verdad cubrían su gran, noble y generoso corazón.
En sus últimos años trabajó en MyL, desarrollando sus dotes comerciales y sociales.
“Tanque”, “Itu”, “Edu” y “El Iturralde” fueron y son apodos que hablan de él y lo representan en su grandeza.
“Lo vamos a extrañar en esas mesas de encuentros entre familiares y amigos”.
EMILIO CARLOS FERNANDEZ
El 18 de mayo, a los 70 años, se produjo el deceso del querido vecino tandilense Emilio Carlos Fernández.
Carlos había nacido el 24 de octubre de 1945, en Tandil. Sus padres eran Emilio y Teresa; sus hermanos Enrique, Lola (f), Celia (f) y Alicia.
De joven comenzó trabajando en la cantera Albión, con su padre en un camión. Allí conoció al gran amor de su vida, Mirta Ester Díaz, con quien se casó en el año 1968 y formaron una hermosa familia con la llegada de sus hijas Cecilia y Karina. Luego se sumaron los nietos Luciano, Martín, Máximo y Abril.
En el año 1965 formó el Cuarteto Juventud con sus amigos Bolla, Bruni y de Vanna, con quienes hasta hoy se reunía en familia a compartir aniversarios y acontecimientos.
En el año 1970 fue socio fundador de la empresa Transporte Ciudad de Tandil SRL (Línea 501). Trabajó 40 años como chofer hasta su merecida jubilación y luego siguió como inspector de la línea. Y como le sobraba tiempo engrasaba y arreglaba su colectivo y también los de sus compañeros y amigos.
Su partida dejó una huella de amistad profunda en los que lo conocieron y apreciaron por su hombría de bien y su incansable apego al trabajo y la solidaridad con su familia, vecinos y amigos.
“Que tu estrella nos acompañe y nos guíe para siempre”.
Tu familia
Agradecimiento
“La familia de Emilio Carlos Fernández agradece a los médicos y enfermeras de la terapia intensiva de la Clínica Chacabuco, así como a todo el personal que se esmeró hasta el último día.
También destacan el apoyo incondicional de la empresa Línea 501, compañeros de trabajo, a todos los amigos, a los del padel, sobrinos, cuñados, y en especial a su hermana Alicia.
A todos muchas gracias por acompañarnos en todos estos días dolorosos que pasamos”.
Mirta
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