Necrológicas
MANUEL SILVA
El pasado 23 de diciembre se produjo el deceso de Manuel Silva, un respetado y trabajador vecino de Tandil.
Había nacido en esta ciudad el 28 de febrero de 1936 y se desempeñó laboralmente como ferroviario hasta el momento de su jubilación, en tanto que posteriormente fue taxista durante muchos años.
Hace cuatro décadas y media había contraído enlace con Mercedes Lueje, su fiel compañera que hoy lamenta su partida.
El matrimonio tuvo dos hijos: Darío y Mauricio, quienes le dieron la alegría de la llegada de sus cuatro nietos: Nicolás, Lara, Brisas y Solana.
Manuel Silva vivió prácticamente toda su vida en Villa Italia Norte, barriada en la que se ganó el afecto.
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MARGARITA HORTENCIA CASTRO
El 19 de diciembre falleció la vecina Margarita Hortencia Castro, quien contaba con 71 años.
Había nacido el 3 de junio de 1945 y su hija la despide con sentidas palabras:
“Durante sus 71 años, mamá tuvo una vida llena de muchos acontecimientos que marcaron su camino y la hicieron la mujer que fue, una con defectos que la convertían en esa persona especial, una muy generosa.
Supo sobrellevar una infancia muy dura junto a sus hermanos Cacho, Ángela, María, Olga y Alberto.
Luego de transcurrir esa tremenda etapa, pasó su adolescencia con una familia que la cuidó, conoció a su primer amor, Domingo Andrés Astuena. Se casaron y tuvieron tres hijos, Gustavo (Pancho), Mario y Lorena.
Juntos estuvieron 30 años hasta que enviudó. Durante esos años, mamá trabajó limpiando en casas de familia.
Después de varios años de soledad, conoció a su segundo amor, Pedro Alberto Roquet. Con él convivió sus últimos años.
Todos los sucesos que le tocó vivir a mamá moldearon su personalidad. Era de pocas palabras pero muy directas. No era de dar muchos besos y abrazos pero todo cambió con la llegada de su primer y único nieto, Andrés. Él se encargó de llenarla de muchos besos y abrazos hasta sacarle una gran sonrisa.
Demostraba su afecto hacia su familia siendo generosa. Se alegraba cada vez que ganaba la quiniela. Se reía cada vez que contaba un chiste en la radio y gritaba cada vez que veía un sapo. Se asombraba cuando su nieto comía toda la comida con voracidad y se deshacía cuando él le decía: ‘Besito abuela’. Cada una de estas emociones quedarán grabadas en lo más profundo de nuestros corazones.
Esta es nuestra sencilla despedida a una de las personas más importante de nuestras vidas. Te amaremos siempre, tus hijos y seres queridos”.
HILDEGARD KOVAC Vda. DE KOSTYAK
El 22 de diciembre pasado se produjo el deceso de Hildegard Kovac viuda de Kostyak, una respetada y querida vecina que es sinónimo de la solidaridad y la lucha por la mejora de la atención de la salud en Villa Aguirre.
Conocida popularmente como “Hilde”, había nacido en 25 de noviembre de 1927 en la ciudad húngara de Muncac.
Su arribo a la Argentina se produjo en 1950, casi de casualidad, ya que junto a su esposo Bladimiro tenían como destino Paraguay en el marco de un traslado humanitario coordinado por la Cruz Roja Internacional.
Cuando el barco se encontraba en el puerto de Buenos Aires, Hilde dio a luz a su hijo Alfredo y ello significó que la pareja quedara en el país.
Hilde había cursado estudios de medicina en Europa, aunque no pudo validar su título en la Argentina.
En la escala previa a la llegada a Tandil, Hilde fue una destacada enfermera en el Hospital Italiano de La Plata, donde fue distinguida con el diploma de honor, en tanto que también ocupó un lugar preponderante en el Hospital de Melchor Romero.
A comienzos de la década de 1970, su esposo y su hijo Alfredo llegaron a trabajar a Tandil en el marco de las obras de entubamiento y de la Ruta 30.
En 1975 sería la radicación definitiva de la familia en Tandil. Inicialmente Hilde se desempeñó en el centro de vacunación que funcionaba en España y Alberdi.
Cuando a finales de la década del ’80 se instrumentó el plan provincial Atamdos, Hilde fue destinada al centro de salud de Villa Aguirre, del cual vivía a muy pocas cuadras.
Fue la época en la que Hilde en forma natural hacía esas cosas que la transformaron en una institución para la barriada. Todavía hoy se recuerda cuando donó el primer sillón odontológico simplemente para que la gente de su barrio pudiera contar con un servicio. Era el alma mater para la celebraciones en ese centro de salud que asumió como su casa, desde las fiestas del Día del Niño hasta los cumpleaños de los chicos del lugar…
Siempre con una sonrisa, con una palabra de esperanza y una voz de aliento, Hilde no tenía horarios para responder a su vocación. Era la enfermera del barrio y donde alguien la necesitaba, ella llegaba y la retribución que esperaba era nada más -ni nada menos- que el alivio de quien sufría.
Generadora y ejecutora permanente de ideas, su esposo Bladimiro -fallecido en 2005- no dudaba en llamarla cariñosamente San Cayetano, ya que le daba trabajo a todos.
Hilde tuvo una vida plena, movilizada por el amor a la gente, pero sin dejar de dar todo de sí a su familia.
Hoy sufren la partida de Hildegard Kovac viuda de Kostyak sus dos hijos, Alfredo y Vladimir; su hija política Marisa Pellegrini; sus nietos Sandra, Ivone, Martín, Pamela, Marcela, Javier y Verónica; sus nietos políticos Gabriel Marcassó, Leonardo Vergel y Hugo Catanzaro; sus bisnietos Felipe, Juan Segundo y Martina Marcassó; Francisco, Mateo y Valentino Vergel; Pilar Catanzaro y Jazmín Sandoval.
ANGELA LOPEZ Vda. DE MELO
A los 86 años, el pasado 24 de diciembre falleció en Tandil Angela López viuda de Melo.
Había nacido en esta ciudad el 13 de agosto de 1930 y era la menor de siete hermanos.
En Buenos Aires contrajo matrimonio con León Jaime Melo (f), con quien tuvo dos hijas: Mónica Adriana y Claudia Melo, quienes junto a sus nietas María de los Angeles, María Eugenia y Pablo siempre la recordarán con amor.
Junto a su esposo, Angela se había trasladado a la ciudad de La Plata cuando sus hijas comenzaban los estudios universitarios, años en los que mantuvo una activa vida intelectual.
OLGA ROSSANIGO DE MANZANO (RUBI)
El 16 de diciembre pasado, a los 59 años, dejó de existir Olga Rossanigo de Manzano, conocida como Rubí.
Nacida en Tandil, el 11 de enero 1957, se crió junto a sus hermanos José y Laura, y cursó sus estudios primarios en la Escuela 7 y secundarios en la Escuela Normal.
Inició luego estudios terciarios en la universidad de Tandil, los que dejó para abocarse enteramente a su rol de madre de Carolina y Paula, el cual desempeñó con creces.
Prolongó su enseñanza en sus muy amadas nietas Valentina, Pilar, Alma y Luz recibiendo el título de abuela con los más grandes honores. Y protegió a su yerno Darío como a un hijo más.
Trabajó como administrativa en bazar San Martín, en Metalúrgica Tandil y en el Hospital Ramón Santamarina, desde 1990 hasta su jubilación en marzo 2016.
Como complemento se dedicó a la confección de vestidos para toda la familia y el círculo de sus amistades, expresando su creatividad.
Dedicatoria
Su esposo Remo planteó que no es fácil resumir una vida en pocas palabras y escribió:
“Iluminaste la vida de quienes te rodearon y entendieron que habías venido a este mundo a darnos tu amor inagotable, tu sonrisa franca y contagiarnos ese valor que tenías para hacer frente a cualquier dificultad.
Hoy te evoco desde mi corazón y mi mente, que son los lugares donde te encuentro y en los que viviste desde que me dejaste entrar a tu vida.
Y te digo buen viaje, a donde sea que tengas que ir, y te agradezco cada momento compartido. Adiós a “la más bella de la comarca” como te decía. Mejor dicho: hasta el próximo encuentro”.
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