Necrológicas
CELIA AGUSTINA PILONI DE GOMEZ
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El pasado 10 de abril se produjo el fallecimiento de una querida vecina tandilense, Celia Agustina Piloni de Gómez, a los 82 años.
Había nacido el 14 de mayo de 1934 y hace más de cinco décadas que contrajo enlace con Reynaldo Gómez, una persona de trabajo, con quien formó una hermosa familia.
Residía en la zona de la recordada Villa Cordobita, donde se dedicó con amor a las tareas del hogar y a la crianza de sus hijos.
Dedicatoria
“Querida abuelita:
A tan solo una semana de tu partida y con un poco más de fuerzas te queríamos recordar con unas breves pero tan significativas palabras.
Fuiste para toda la familia, en especial para tu compañero, una gran persona, esposa, madre, abuela y suegra. Te cuidamos, te acompañamos en todo momento e hicimos que nada te falte hasta el último día que estuviste con nosotros.
Cuesta tu ausencia, pero ya era tu momento. Dios necesitaba un hermoso angelito y decidió llamarte para que junto a él nos guíes en este camino. Nos adoraste tanto como nosotros a vos, Abuelita.
Te recordaremos siempre en nuestros corazones. Tu esposo Reynaldo; tus hijos Miguel y Silvia; tu nuera Patricia; tu yerno Héctor; tus nietos Ariel, Matías, Evelin, Karen, Benjamín, Nora, Matías, P., Cintia y Emiliano.
¡Hasta siempre Abuelita!
MARIO JAVIER BORAGINI
A la edad de 47 años, el 6 de abril dejó de existir el vecino Mario Javier Boragini.
Era el mayor de tres hermanos, junto a Carolina y Natalia Boragini. Realizó sus estudios secundarios en la Escuela Técnica 1.
Muy joven contrajo matrimonio con Vanina Murrore, con quien tuvo dos hermosas hijas: Agustina y Florencia.
Trabajó en la estación de peaje Camino del Abra y los últimos años como jefe de la planta de gas Amarilla Gas, donde cosechó una gran cantidad de compañeros y amigos que transitaron el camino del cumplimiento y la honestidad.
“Durante el transcurso de su corta vida pudo disfrutar de sus amigos de la infancia y juventud, que fueron muchos y todos de gran estima.
Un padre de familia ejemplar, cuyos únicos valores eran poder concretar los sueños e inquietudes de su esposa e hijas.
En su familia era conocido por su cariño y predisposición a todo lo que se le cruzara en el camino, reconocido por sus hermanas, suegros, cuñados y sobrinos. En pocas palabras ‘una muy buena persona’.
Te vamos a extrañar, Negrito”.
CONCEPCION BALLESTEROS VDA. DE CARABETTA
Concepción Ballesteros nació el 1 de agosto de 1921 en un campo de Tandil.
Su papá Francisco y su hermanita mayor asistieron en el parto.
Ese día su madre, María del Castillo Ballestero de Ballesteros, dio a luz a mellizas, pero la otra niña falleció al poco tiempo.
La Nena, como la apodarían en adelante, fue la sobreviviente. Y también la última de los 14 hermanos en partir, el 24 de marzo de 2017.
La Nena vivió en el campo con su familia hasta que se trasladaron a una quinta más cerca de la ciudad, para que los niños pudieran asistir a la escuela.
No terminó la primaria -nada raro en ésa época- pero a los 15 años ya tenía su título de profesora de corte y confección.
Trabajó como modista hasta que ingresó como empleada en Casa Singer, época en la que conoció y se casó con Mario N. Carabetta.
Con el nacimiento de su primera hija debió dejar de trabajar para ocuparse de su familia y acompañar a su marido en el negocio de compostura y venta de calzado. El hogar y la crianza de sus tres hijos -Adelia, Silvia y Alfonso- fue prioridad en su vida, sin embargo se dio sus tiempos para aprender y ejercer el oficio de podóloga.
Más adelante llegarían los nietos, que la colmarían de felicidad, a los que atendería amorosamente en especial durante las vacaciones de verano, pues los abuelos Mario y Nena ¡tenían pileta!
Ya viuda, con 70 años, su veta artística encontró nuevos canales donde desarrollarse y se destacó por su divertida manera de ser en cursos de repostería y pintura.
Socialmente se encontraba muy a gusto con distintos grupos de amigos y familiares con los que planificaba viajes y salidas. Si bien la vida le asestó un gran golpe al perder a su hijo, también le regaló la bendición de los bisnietos.
La Nena partió, es cierto, pero quedarán miles de anécdotas para recordarla, y siempre habremos de evocarla con una sonrisa, porque fue una gran disfrutadora de la vida, y su esencia perdurará en nosotros”.
Dedicatoria
Con voz fina canturrea
alabado sea
el Señor.
Prepara la receta
para el mal de amores
de alguna nieta.
Revuelve y prueba
y con voz fina canturrea
alabado sea
el Señor.
Dama decoupage
reina de los óleos
pinta un jardín de otoño
donde los grillos se aman
y las ranas canturrea
alabado sea
el Señor.
Diosa de la noche
que ríe y coquetea
alabada seas,
alabada seas.
Tu nieta Florencia.
MARCELO ALBERTO LORENZO
A los 54 años, el pasado 12 de abril se produjo el deceso de Marcelo Alberto Lorenzo, un tandilense nacido el 19 de abril de 1962.
Era hijo de Hipólito Alberto Lorenzo y Desideria Acuña y Cristina Graciela era su única hermana.
Inició sus estudios primarios en el colegio San José y en la Escuela 22, de Villa Laza, para luego realizar su secundaria en el Centro Polivalente de Arte.
Formó su familia con Liliana Elizabeth Gutiérrez. Con el tiempo llegaron sus tres hijos -Juan Marcelo, Juan Ignacio y Aixa Guadalupe- y los dos nietos (Renata y Alvaro).
De joven trabajó en la cantera Montecristo, en tanto que luego tuvo una pizzería en calle Quintana y posteriormente un negocio que debió cerrar ante la inseguridad. En la última etapa de su vida se desempeñó en una distribuidora.
Dedicatorias
“Marcelo:
Era y es un ser con mucha luz. Toda su vida se la dedicó a su familia. Primero a sus padres y hermana; luego a sus hijos y esposa, y desde hace cinco años y medio a sus dos nietos -Renata y Alvaro- que fueron y son su pasión.
Trabajador como pocos… Honesto, sincero, leal, amigo incondicional, una persona derecha, un padre ejemplar que siempre estuvo y está al lado de sus hijos apoyándolos, alentándolos en todo lo que emprendían”.
Tu esposa.
“Fuiste el mejor papá que pude haber tenido. Que siempre estuvo presente y siempre me apoyó. Te amo”.
Tu hija Aixa.
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