Nervios y mucha tristeza entre los militantes kirchneristas que aguardaron la votación frente al Congreso
Muchos de los militantes se tomaron la cabeza y rompieron en llanto, mientras que otros la emprendieron contra las vallas y trataron de acercarse al Congreso para descargar su bronca, pero luego fueron convencidos por sus compañeros de la necesidad de retirarse sin provocar incidentes.
En vano esperaron durante varias horas la llegada del ex presidente Néstor Kirchner, quien finalmente nunca llegó a la plaza del Congreso pese a que por allí se pasearon varios miembros del Gabinete nacional.
Las columnas de manifestantes más significativas habían comenzado a llegar a la Plaza del Congreso cerca de las 17:00 de ayer, cuando el número de personas afines al proyecto oficial de retenciones ya superaba en seis o siete veces a los que se congregaron en la “carpa verde”. En la estructura de Compromiso K, la más grande de las oficialistas, unas 120 personas siguieron atentamente los discursos a través de cinco televisores plasmas, mientras leían folletos y volantes con las leyendas “La soja engorda” y “El blanqueo rural no paró la economía”.
Frente a las puertas del Congreso, en tanto, integrantes de la Juventud Peronista y otras organizaciones que apoyan al Gobierno Nacional tocaban sus bombos, mientras otros discutían sobre el probable resultado de la votación. “Estamos haciendo un poco de ruido para que los senadores sepan que estamos acá haciendo el aguante. Si se aprueba el proyecto vamos a aplaudirlos y si no, no sé lo que va a pasar porque aquí está en juego el país”, señaló a Noticias Argentinas Mario de Quilmes Oeste, de la JP Evita.
Al menos nueve agrupaciones con bombos y platillos hacían repiquetear el ritmo de murga, bailaban y reían frente a las cámaras de televisión y de turistas que paseaban por el lugar para, según dijeron, “llevar una postal de un país que vive la democracia en las calles”. Así, Roberto Santamarita, un turista llegado desde la ciudad de Burgos, España, expresó ante NA que lo que ocurre frente al Congreso Nacional es “digno de un país en el que se debaten las cosas con la participación de la gente”.
“La verdad es que no sé si esta gente viene porque le abonan un dinero. Lo que sí sé es que en países como el mío esto no ocurre. No sé si es mejor o peor, pero es una buena postal de la democracia en las calles que llevo a los míos”, dijo entre risas el turista. Mientras, el Sindicato de Obreros de la Construcción de Tucumán hacia su arribo a la Avenida Entre Ríos, con sus manifestantes disfrazados de “pingüinos” y con carteles que decían: “Estos pingüinos son de este Gobierno. Este Gobierno es del Pueblo”.
“Mira, mira. qué simpáticos son esos creativos muñecos. Pues de veras les gusta discutir a los argentinos, que hasta lo toman con humor”, exclamó Santamarita, mientras pedía a los “muñecos” que posaran para su diminuta cámara fotográfica. También llegaron movimientos de La Matanza, San Fernando, Chivilcoy, Necochea, Arrecifes, Morón, Ensenada, Junín, Dolores, La Plata y Mar del Plata, entre otros, los que acompañados de banderas, silbatos y más bombos y platillos “avisaron” que aguardaban afuera a los Senadores.
Y en el cruce de Entre Ríos e Hipólito Irigoyen, sobre las vallas, un muñeco de gorila con el nombre “Alfredo” colgado en el pecho, marcaba el límite hasta dónde podían llegar los manifestantes y mostraba la puerta por la que debían pasar los asesores de los senadores.
A escasos metros del gorila, manifestantes de La Matanza sostenían un cartel que rezaba: “Estos son los senadores del campo”, y exponía fotografías de Carlos Reutemann, Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saa, Roberto Urquía, Juan Carlos Romero e Hilda “Chiche” Duhalde. Por otra parte, en la carpa verde, la presencia de productores comenzaba también a multiplicar la cantidad de personas que mantuvieron la vigilia desde la noche del martes a la espera de los resultados de la votación.
El líder del MIJD Raúl Castells brindó una conferencia a sus seguidores en la carpa “forrada” con carteles de apoyo al campo y fotografías de los senadores “traidores de sus pueblos”, donde advirtió que “salvo que ocurra un milagro, el Gobierno no gana hoy en el Senado”.
Cerca de las 17:30 fueron instalados televisores plasmas fuera de las carpas que fueron encendidos para seguir los discursos y el “voto a voto” del Senado respecto de la aparente solución de un conflicto que tiene en vilo al país desde hace más de 150 días. Tanto las columnas oficialistas como los grupos de productores agropecuarios y personas que siguen los reclamos del agro, esperarán en la plaza de los Dos Congresos la decisión de cada uno de los senadores hasta que el resultado final sea oficial.
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