“Nunca voy a poder ganar una carrera”
Pasa por el diván Martín Rodríguez. Desde Tierra del Fuego, el protagonista del Desafío Solidario reflexiona sobre sus chances deportivas y deja al descubierto una personalidad que está en el podio de la caridad humana.
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-Por estos días en Tierra del Fuego los medios hablan de un Martín Rodríguez que no es el prócer de Tandil sino usted ¡quién hubiese dicho semejante fama tan rápido!
– Sí, sí, tuve muchísima repercusión. La realidad es que vine a Ushuaia con la idea de recorrer 25 kilómetros por día empujando un carrito de 50 kilos para poder acampar en la nieve. Pero con la difusión recibí muchísima ayuda y hasta ahora no dormí en la nieve, nunca me dejaron en la ruta. Siempre me fueron a buscar para llevarme a un lugar seguro y luego me llevaron donde había terminado el día anterior.
-La hubiese pasado mal.
-¡Hubiese sido bravísimo! En esos días nevaba en medio de la cordillera, cerca de Ushuaia, y la hubiese pasado muy mal. Tenía la carpa, la bolsa de dormir y estaba preparado para sobrellevarlo, pero hubiese sido bravo igual. Hoy tenemos siete, ocho grados, pero entonces había -6º…
-Vayamos a su vida: le dije lo de prócer porque se está haciendo famoso, ¿cuál es su búsqueda?
-De prócer tengo el nombre no más ja, ja, la verdad es que hago esto realmente porque me gusta, ¿la búsqueda?, esa: correr y tratar de dar una mano a instituciones de Tandil. Y mientras más medios se enteren y más gente se sume a la página (Red Solidaria Tandil, por facebook) más puertas se van a abrir.
-Pareciera que a esta altura le gusta más la parte solidaria que el atletismo en sí.
-¡Sí, ni hablar!, Me gustaría correr, competir y que me vaya bien, pero estoy lejos todavía de eso, y bueno, hago una especie de deporte solidario, no sé cómo llamarlo, pero yo como deportista si corro una carrera no estoy entre los primeros. No voy a ganar nunca una carrera, sin embargo por el otro lado consigo muchísimas más emociones y aprendo muchísimas más cosas.
-¿Por qué dice que no podría ganar una carrera?
-Porque un deportista bueno corre a 3,15/3,20 el kilómetro y yo ando por los 4, 4,10, 4,20. Me falta para llegar a ganar, pero lo maravilloso que tiene este deporte es otra cosa: hagas lo que hagas, te ganás siempre a vos mismo. Yo me esfuerzo para correr media maratón todos los días, pero igualmente el atletismo es algo tan abierto que siempre podés triunfar de alguna manera.
-¿A qué se dedica en Tandil?
-Soy profesor de Educación Física, trabajo en una escuelita de fútbol de la Uni; en Pajaritos de la Calle y en la Colonia del Hogar de Varones en el verano. Siempre me gustó el deporte, de chiquito, pero cuando empecé a trabajar en Pajaritos lo social me cambió la cabeza.
–Siempre hay alguien que inspira, ¿quién lo llevó para ese lado?
-Un corredor en Tandil, Néstor Pereyra, que una vez corrió en Pinamar y lo que juntó lo donó a Pajaritos de la Calle. En esa carrera todos los que participaban tenían que tener un gesto solidario. Ahí se me transformó la cabeza, lo empecé a hacer yo y ahora busco unir el país y transformar kilómetros en alimentos.
-¿Se disfruta una cosa así?
-Sí, ni hablar, es maravilloso. Te sorprende todo: el paisaje de Tierra del Fuego, correr en la nieve, subir el Paso Garibaldi nevado, pero por sobre todo encontrarte con gente tan solidaria, porque empiezan siendo solidarios con instituciones de Tandil y terminan siendo solidarios conmigo y eso es algo muy, muy lindo. Es otra cosa más que tiene el atletismo…
-¿Cuál?
-Que está bueno como deporte en sí, en la pista o buscando tiempo, pero lo mejor que tiene es que en una misma carrera están los de elite y los que hacen running. En la misma carrera está, por ejemplo, mi profesor, Diego Simon, que es de los mejores en Argentina en carrera de aventura y yo, o sea, ¡a mi manera participé junto a alguien que es de los mejores en Argentina! Si jugás al fútbol con tus amigos, no vas a jugar contra Boca o River. Por otro lado con un par de zapatillas ya podés practicar atletismo.
-Después del Desafío Solidario, ¿qué va a ser de su vida?
-Si sale bien el Desafío Solidario me gustaría dedicarme a esto toda la vida. Por ahora es todo a pulmón y en verdad es muy arriesgado correr solo con un carrito por todo el país. Pero si el día de mañana consigo un sponsor que me banque para poder hacerlo más seguro, con un auto al lado, quisiera dedicarme toda la vida a esto.
-¿Cuánto te falta para terminar el recorrido Ushuaia-La Quiaca?
-Va para largo. Me va a llevar más de ocho meses. A medida que voy avanzando le pego un sticker de cada ciudad al carrito y por cómo va la mano, calculo que voy a llegar a Tandil con el carrito cubierto. Pero eso no tiene importancia, lo importante es que este recorrido sea el punto de partida para poder dedicarme toda la vida a correr y dar una mano.•
De Ushuaia a La Quiaca, un largo y solidario camino
Finalmente el lunes de la semana pasada Martín Rodríguez arrancó la travesía que meses atrás anunció en EL Eco junto a Silvia Nosei, de Red Solidaria Tandil: “Desafío Solidario: de Ushuaia a La Quiaca”
Desde entonces y por alrededor de ocho meses, el joven profesor de 25 años atravesará las rutas nacionales 3 (por Tierra del Fuego) y 40 (desde Santa Cruz hasta el norte argentino) y, difusión mediante, procurará convertir cada kilómetro recorrido en un alimento. “La idea es que esos 5200 kilómetros se transformen en alimentos” que en nuestra ciudad la Red Solidaria se encargará de recolectar.
Entre otras, las instituciones por las cuales Rodríguez corre y difunde a los cuatro vientos una causa de ayuda al prójimo a lo largo de todo el país son la “Casita de la Unión”, el comedor “Los Nietos”, el centro “Mailén” de Cerro Leones, “Pajaritos de la Calle”, “Pachacamac”, la comisión vecinal Barrio Las Tunitas, el Taller Protegido, la Asociación Civil “Redes” y la Granja “Los Pibes”, entre otras.
“Lo deportivo está en la ruta 3 y la ruta 40 –explicó desde Tierra del Fuego, “lo solidario está en Tandil. Empiezo ahora en Santa Cruz y cuando termine de recorrer la provincia allá en Tandil la Red Solidaria me da una mano para recolectar los alimentos”.
Mientras tanto ahora se apresta a enfrentar una etapa más dura, cuando pase a la parte chilena para rumbear luego hacia Río Gallegos.
“Ahora sí voy a estar solo –en Tierra del Fuego una cooperativa local se solidarizó a tal punto con el atleta que no sólo le dio hospedaje en sus instalaciones sino que también le organizó una cena con distinción incluida- pero bueno, haber arrancado con tanta ayuda para mí es como que voy a largar de cero porque no me puedo quejar: me han cuidado un montón”.
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