Olesen advirtió que “la principal vacuna” para las tragedias viales es la educación y “nadie la aplica”
Ayer, el pastor Martín Olesen dio una emotiva y dura charla en el marco del Día Mundial de la Víctima de Accidentes de Tránsito. En el Salón de los Espejos del CCU, el papá de Josefina -fallecida el 21 de abril de 2013 a las 5.30- sostuvo que “la única vacuna es la educación” y lamentó que “nadie la aplica”.
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Con una mirada crítica sobre la atención que recibe de la sociedad, del sector político y de los medios de comunicación la problemática de la seguridad vial, contó que comenzó a dar charlas en las escuelas hace dos años y medio, lleva más de 200 encuentros y ha brindado su mensaje de concientización a unos 26 mil adolescentes, patrocinado solo por su bolsillo.
En principio, remarcó que para los familiares, el día de la muerte de sus seres queridos se transforma en el más importante de sus vidas y advirtió que se producen 21 fallecimientos por día a causa de tragedias viales en el país. “El único número razonable es cero”, remarcó y renegó porque se habla de casos, cuando son personas con nombre y apellido, como su hija Josefina.
Refirió que en el mundo, la inseguridad vial se lleva a 1,3 millones de personas por año y la Organización Mundial de la Salud la visualiza como una “epidemia”, entonces hay que “introducir algo que vacune y la principal vacuna es la educación”.
Agregó que da charlas en las escuelas, donde los alumnos tienen una carga de 4 horas semanales de matemática, les guste o no, y no saben cuánto es 7 por 8. “Algo no está funcionando como corresponde. Entonces, qué pasaría si tuvieran una hora por semana de seguridad vial en la escuela, si el chico no sabe cuánto es 7 por 8 y está comprobado que el sistema no sirve”, reflexionó, y le sumó que en el sistema educativo “tenemos un público cautivo”, pero “el Ministerio de Educación cree que esto no es conveniente”.
“Estamos fuera de agenda”
“Aborrezco la palabra accidente, porque viene de accidental y quiere decir que no se pudo evitar, y el ciento por ciento de las tragedias viales son evitables, tienen causas y por eso trabajan los peritos”, analizó. Y aseguró que “siempre hay causales y son humanas”.
Olesen sostuvo que “pensamos que esto no nos va a suceder nunca. Somos inmortales, somos intocables y nada nos va a pasar. No somos personas vulnerables al tránsito”.
Y al referirse a la falta de concientización, remarcó que la principal preocupación de la población es la inseguridad, pero este año no hubo una sola víctima en Tandil. Sin embargo, llevamos nueve muertes por el tránsito. “Estamos fuera de agenda”, remarcó.
Por otro lado, informó que entre los jóvenes de 15 a 30 años, el 45 por ciento muere en siniestros viales y en el 70 por ciento de los casos el alcohol estuvo presente. “Entonces el alcohol realmente mata y mata a nuestros pibes. ¿Qué hacemos? ¿Dónde estamos?”, preguntó, y advirtió que “tomar el toro por las astas nos corresponde a nosotros y le corresponde a mucha más gente”, en referencia a las autoridades y funcionarios.
“En cuestiones legales también tenemos mucho para hacer”, dijo, y puso como ejemplo que un ladrón que mata a una persona va preso con seguridad, pero un conductor que toma vino en una cena y mata a un peatón queda libre.
Por otra parte, reflexionó que el auto más seguro no es el que tiene airbags y AVS y alcanza 200 kilómetros por hora, sino el que circula a 90 por las rutas. “Querés pistear, ahí tenés el autódromo (en referencia al de Balcarce). Pero qué hacemos, la pisteamos acá, en el pueblo, y cuando la pisteamos, termina pasando lo que pasó”, manifestó.
En relación al consumo de alcohol, dijo que en promedio los chicos toman 4 litros de cerveza u ocho fernets por noche, mezclados con bebidas energizantes. “Toman hasta desmayarse”, graficó, y aseguró que empiezan temprano, algunos a los 10 años.
Sobre la concientización, explicó que recomienda a los padres que les digan a sus hijos “cuidame o cuidanos”, porque con su ausencia les van a cambiar la vida a sus familiares y amigos. Y contó una anécdota desgarradora sobre su hijo más pequeño, que quería invitar a su hermana mayor Josefina a su cumpleaños y las explicaciones que debieron darle. “He despertado a una realidad que no existía”, lamentó, y confió que sintió el llamado de Dios para “desarrollar el ministerio de la educación vial”.
Poco público para escuchar los valiosos testimonios
La jornada organizada por la ONG Tránsito entre Todos, en colaboración de la Unicén y la presencia de distintas entidades, no tuvo la respuesta esperada de la comunidad. Una picardía, ya que con solo salir a las calles queda en evidencia que es muy necesaria la educación vial.
Además de Martín Olesen, disertaron Fabián Melo del área de Discapacidad de la Unicén, el psicólogo Carlos Villarreal y el pastor José García por el Centro de Prevención de las Adicciones (CPA), Lorena Benítez de la Asociación de Abogados de Tandil, un grupo de jóvenes de la Cruz Roja que brinda charlas en las escuelas e integrantes de Estrellas Amarillas de Rauch.
Además, se proyectaron videos de familiares y víctimas del tránsito. En principio, el exjugador de fútbol y periodista Adrián Alonso contó el vuelco que sufrió en la Ruta 74, el 22 de abril de 2001, que le provocó una lesión en la columna que aún le impide caminar.
Luego fue el turno del músico Carlos Mansilla, quien perdió a su hijo de 28 años, el 1 de abril pasado, cerca de Gorchs, cuando circulaba en moto y lo embistió un camión. Hoy canalizó su dolor a través de la conformación de Estrellas Amarillas de Tandil.
Juan Pablo Iribarne, instrumentista, recordó que a los 5 años se soltó de la mano de su madre y su tía en el centro, y lo arrolló un taxi. Describió los tratamientos y operaciones que atravesó, y recomendó a los padres que luchen porque sus hijos salgan adelante.
Además, Alejandro Rodríguez relató el sufrimiento “imposible de mensurar” que le provocó la muerte de su hijo Nahuel, quien circulaba en moto y fue embestido por un auto en Alberdi y Montevideo. Aconsejó a cada persona “que se cuide por los demás, porque la consecuencia de lo que a él le pase es gravísima”.
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