Otros vecinos y una imagen distinta de los Ramírez
Una nueva jornada -tercera- en el juicio que lleva adelante el TOC 1 para definir la suerte procesal de Hugo Ramírez y su esposa Virginia Sánchez, encargados de un merendero barrial donde, al decir de la denuncia y la acusación, habrían exhibido imágenes obscenas que corrompieron a los menores que allí concurrieron, como así también se habría producido un abuso contra uno de los chicos.
Así se desprende de las siete cámaras gesell que oportunamente se realizaron con los menores víctimas, imágenes que aún no fueron ventiladas en el debate y que se proyectarían en la próxima audiencia a desarrollarse el martes de la semana entrante, con la presencia de la perito psicóloga que intervino en las entrevistas.
Ayer, entonces, se recapituló el comparendo de testimonios que fueron incorporados al expediente desde activada la denuncia penal y sus ramificaciones. A más datos, pasaron frente al estrado los policías que actuaron en el allanamiento del domicilio de los acusados y más vecinos que no forman parte de los denunciantes, y que fueron citados por la defensa en pos de hablar del buen concepto que tenía Ramírez y compañía en la barriada.
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Otros vecinos
En efecto, unos diez testimonios desfilaron ayer por la sala de audiencias, principalmente vecinos que fueron citados por la defensa encarnada por el defensor oficial Carlos Kolbl, quien buscó acreditar el buen concepto que gozaba el matrimonio Ramírez en la barriada a partir de su acción solidaria.
Así, la mayoría refirió a las acciones solidarias que la pareja realizaba con su merendero y los distintos talleres que se oficiaban, con la venia de Municipio que otorgaba becas para que los beneficiarios realizaran una contraprestación.
Alguno de los indagados por el defensor se animó a referirse al grupo con características conflictivas, aunque a poco de desandar la versión apenas refirieron algún conflicto vecinal de poca monta que nada hacía presagiar que se iban a confabular para motorizar semejante denuncia involucrando a los chicos.
También otra de las testigos consultadas refirió a cierta desconfianza para con Ramírez, pero luego definiría su percepción como una mera intuición de madre, al ver al señalado como muy confianzudo con los chicos, no más que eso.
Tras los testimonios escuchados, jueces, fiscal, particular damnificado y defensor, se trasladaron a la vivienda del matrimonio acusado para concretar una inspección ocular de la casa donde los chicos dijeron haber sido objeto de aquellos actos de corrupción. La diligencia había sido solicitada por el defensor, empero, a poco de desandar el juicio, los propios involucrados confiaron en que el interior de la casa se fue modificando y cambiando el mobiliario, por lo que poco servirá para aportar a la causa.
Sin más, cerró el tercer capítulo del juicio celebrado en el Tribunal Oral Criminal, que retomará las audiencias en pos de observar las grabaciones en las que los siete chicos hablaron de abusos, sin duda, la prueba fundamental para la acusación a la hora de persuadir a su favor lo que tengan que resolver los jueces.
Policías olvidadizos
Abrieron el juicio dos del grupo de policías que oportunamente intervinieron en la diligencia procesal que terminó con un allanamiento y el consiguiente secuestro de elementos en la casa, fundamentalmente el mazo de cartas que termina siendo uno de los indicios vehementes de la acusación para darle credibilidad a los testimonios de los menores.
Poco aportaron los policías citados, siendo que además de estar olvidadizos sobre cómo fue su actuación en la casa, también parecieron huidizos a la hora de apelar a la memoria en pos de aportar a la indagatoria de interés para las partes. Principalmente de la defensa, que pretende instalar la duda de que el mazo incriminante haya sido plantado por un extraño a la casa ya que los Ramírez (padres e hijos) niegan que sea de su propiedad.
El caso
Como oportunamente se detalló en estas páginas, a principios de septiembre de 2013 un grupo de vecinos realizó un escrache en la vivienda del imputado a raíz del desgarrador relato de los menores que dijeron haber sido víctimas de abuso sexual. En esa oportunidad, se realizó un allanamiento en la propiedad del hombre, en el cual se secuestraron diversos elementos vinculados a la causa.
La denuncia fue radicada en la Comisaría de la Mujer por padres y madres de varios niños que habrían sido abusados por Hugo Ramírez, quien era el titular de una asociación civil que funcionaba en su casa, ubicada en Magallanes 1177.
La propiedad del acusado era como un centro barrial donde durante muchos años hubo un comedor y posteriormente un merendero, por lo cual los niños del barrio solían congregarse allí ya que, además, se dictaban diversos talleres.
Todo comenzó cuando una pequeña se quebró y le contó a su madre las terribles aberraciones que habría vivido en esa vivienda y eso motivó a que seis niños más se animaran a relatar su historia.
Una vez estallado el escándalo vecinal, Ramírez se fue de su casa y de la ciudad, por lo que el fiscal dictó la orden de captura nacional de Ramírez, debido a que ni bien aparecieron las denuncias se ausentó de la ciudad.
El 8 de noviembre, un centenar de personas se movilizó hacia la Jefatura Distrital donde entregó un petitorio exigiendo que se agilizara la búsqueda del imputado, que continuaba prófugo.
Luego de tres meses de búsqueda, la policía logró detenerlo cuando se trasladaba en el tren que provenía desde Constitución con destino a Tandil, acompañado por su esposa.
Ramírez se declaró inocente de todas las acusaciones que se le imputan y manifestó que se fue de la ciudad “por miedo” a que lo mataran. Además, aseguró que viajaba en el tren hacia Tandil con el fin de entregarse.
Sobre la motivación de las densas denuncias en su contra, de quienes hasta ayer eran sus buenos vecinos, aludió a cuestiones netamente vecinales por la polémica acerca de instalar la red de gas, para luego apelar a una pelea de poder político, siendo que él era un visible puntero del radicalismo vernáculo y los padres se enrolaron detrás de la agrupación kirchnerista La Cámpora
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