Pasa por el diván Cecilia Corán: “Me encanta que me llamen Chiquirrisas”
Aunque su presente profesional transite por otros lados, la conductora mantiene intacta aquella pasión por el público infantil que le dio una identidad y un reconocimiento inalterables.
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Guapa como siempre, se presta al diván en su negocio. La sesión arranca por ese lado.
-Estás a gusto con esto de ser empresaria. ¿No querés saber más nada con el mundo infantil?
-Nooo, me encanta. Para mí sentarme con la guitarra frente a 70 chicos, empezar a hablar cada vez más bajo y que no vuele una mosca es impagable.
-Con esa pollerita como para que vuele una mosca.
-Jajajaja, no, el de los chicos es el público más auténtico y el más difícil. Tremendo. Pero creo que nací con ese arte. Me pasé de rosca ahora con las polleritas (carcajada), pero de chica era muy vergonzosa. Me ponía muy colorada, era muy perfeccionista, detallista.
-¿Cuántos Martín Fierro ganaste con “Chiquirrisas”?
-Tres. Estuvo nominado siete veces por mejor conducción infantil y mejor programa y ganamos tres.
-¿Tuviste ofertas en Buenos Aires?
-Sí. Ofertas tentadoras.
-¿Y qué pasó?
-No sé, creo que no me animé, también tenía mis hijas muy chicas. A veces pienso ‘¿dónde estaría si me hubiera ido?’, pero enseguida me digo ‘por algo pasan las cosas’, y además no tendría esta hermosa vida que tengo acá.
-La gente te había etiquetado, ¿cómo hiciste para romper el esquema y pasar al periodismo?
-Soy muy formal, ya te dije, así que al final terminé estudiando y me recibí de periodista.
-Pero ya ejercías.
-Sí, porque antes estudié teatro y me ayudó, fue muy importante. También aprendí mucho de Claudio (Andiarena). Y siempre trato de ponerme del lado de la gente, ver qué quiere saber el que está en su casa. Que eso sea lo importante y no el lucimiento del que pregunta.
-Mucho no habrás dejado de lucirte porque fuiste la que metió el lado “sexy” en la TV local.
-Sí. Antes de estar en la tele yo había leído que la TV es imagen. Así que cuando empecé en el noticiero y vi que sólo enfocaban la cara me preocupé para que se mostrara todo. Y empezamos a abrir parados, mostrando toda la figura. Así me expuse también a que la gente hablara…
-¿Mucho?
-Había una línea abierta para que llamen y fue furor. De cien mensajes divinos uno te decía ‘ese vestido te queda horrible’, pero bueno, si critican a las grandes conductoras… ¡cómo no me van a criticar a mí! Así que yo propuse mostrar la ropa todos los días, porque cuando yo ponía a Susana o Mirtha era para ver qué tenían puesto; después, si el diálogo era interesante, me enganchaba.
-Y por lo visto las críticas no te molestan nada…
-Sí, antes mucho más que ahora. Hubo momentos difíciles. Había una que se había en sañado y llamaba yllamaba así que marqué y hablamos. Y a partir de ahí, re piola. Yo no creo en la confrontación, pienso que todo se puede solucionar hablando. Y siempre me pongo en el lugar del que va a la TV porque se preparó, fue a la peluquería, avisó a los amigos y el respeto para mí es fundamental ¡Y que no sea tan corta la entrevista!
-Sofía, tu hija, pasó por el diván y dijo que no le gusta que la comparen con vos, ¿por qué dijo eso?
-Porque eligió su camino y lo va rumbeando, sola. En Buenos Aires no es ‘la hija de…’ , tiene su propio nombre y todo lo que ganó se lo ganó por sí misma.
-En el fondo, ¿no habrá una guerrita secreta entre madre e hija, rubias y lindas las dos?
-No, nada que ver, ni tampoco con Paula, mi otra hija que es una be-lle-za, brillante estudiante de psicología. Tienen un atractivo que trasciende la estética, vayan donde vayan, y aunque estén sin producirse, siempre llaman la atención. Tienen ángel.
-Con toda franqueza: a esta altura debés odiar que te llaman “Chiquirrisas”
-¡No! Me encanta. Chiqui soy yo, por Chiquirrisas. Es una marca que impuse desde el programa.
-Esa imagen de femme fatal hace pensar que no tenés miedo a nada, ¿es así?
-En realidad muchas cosas me dan miedo. Ni tampoco me llevo el mundo por delante. Pero soy una mujer grande que trabaja, que le pone horas, dedicación y esfuerzo y no ca… a nadie, entonces: ¿por qué voy a tener miedo? Me tiene que ir bien. Mi papá decía siempre: ‘La vida hay que vivirla. No hay que dejar que te pase’. Y yo me propuse honrar esas palabras.
FICHA PERSONAL
-Nació en Ayacucho.
-Cursó estudios secundarios en la Escuela Normal de Ayacucho.
-Estudió francés, profesorado de música y magisterio.
-Estudió dibujo, pintura, teatro y expresión corporal.
-En Tandil se desempeñó como profesora de música.
-Periodista profesional.
Una chica multiespacio
Para varias generaciones, “Yamó” fue el capítulo más glorioso de los boliches tandilenses.
Su eslogan aún perdura como real en la memoria de los que por él pasaron: “El rey de la noche”.
Pero en los tiempos de esplendor de ese rey, allá por los 80, la ayacuchense Cecilia Corán no fue una habitué: entre la distancia (aún vivía en su ciudad natal) “y una madre que la tenía cortita”, la futura Chiquirrisas pisó muy pocas veces Yamó, un edificio abandonado por décadas que ella ni imaginaba que un día, de su mano, volvería a abrir sus puertas en 2015.
Así sucederá dentro de pocas semanas: rebautizado como “Chapeaux Multiespacio”, el legendario inmueble fue reacondicionado por Cecilia y su marido, Marcelo Kabalín, para que eventos vuelvan a posarse sobre la avenida Alvear.
“Primero, con la ayuda de muchísima gente puse un resto-bar: Chapeaux, y me fue bien. Antes, en un determinado momento me encontré sobrecargada de trabajos y renuncié a mis clases en cuatro escuelas. Lloré con angustia –confiesa-. Ahora, con nostalgia, claro, voy a cerrar el local de Chiquirrisas, pero Chiqui va a estar dentro de mi siempre y voy por otro desafío terrible, Chapeaux Multiespacio. Quedaré empeñada hasta los 90, pero feliz”
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