Pasa por el diván Enrique Vistalli: “Yo no le debo nada a nadie, en serio”
Portador del apellido y el humor del patriarca del peronismo local, el siempre polémico dirigente social desmiente a sus detractores y vaticina que su hija romperá el maleficio del PJ tandilense y será intendente en 2019.
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-A pesar del apellido, los Vistalli no tallaron en la política después de su tío Pancho, ¿por qué?
-Yo triunfé en política.
-¿Triunfó?
-Sí, para mí, sí. Haber ido cinco veces al frente de una lista es un logro para una persona con necesidades especiales, sin dinero, cosa que no pasa asiduamente. Además me comprometí con las instituciones en Tandil: fundé cinco y refloté un club que estaba muerto, Kramer. Y ahora viene Agustina, a ver si no triunfa…
-Su hija. Le tiene fe.
-¿Agustina? Intendente 2019. No le quepa duda.
-Usted tiene sus detractores, ¿está al tanto de eso?
-¿Detractores? Pufff.
-¿Por qué cree que un no vidente tendría detractores?
-Envidia. Porque uno llega, pero el esfuerzo no lo ven. Son los inoperantes, los sin iniciativa, los status quo que esperan que les toquen el timbre para buscarlos. Yo en cambio a la vida la salgo a buscar y la gente me responde. Entonces dicen “¿cómo?, ¿le dan a Vistalli?”. Y eso me da más polenta para seguir.
-Dicen que es muy pícaro, Enrique.
-Yo sí. Bien pícaro. Sí, super pícaro. En todo.
-Pícaro en el sentido de: ¿se le podría comprar un auto usado a Enrique Vistalli?
-¡No! Porque en auto usado nunca anduve. Siempre cero kilómetro. El usado es para pobres, ja, ja. Bromeo.
-Pero en serio, sabrá que los organizadores de rifas no gozan de buena fama, al menos por aquí.
-Sí, sí, por supuesto. Pero: ¿por qué? Yo soy organizador de rifas, sí.
-“San Enrique Producciones” le llamó a la organización. Parecía una broma desde el vamos.
-Claro, porque me creo un santo, ja, ja. En serio, a mí nadie me puede señalar en Tandil que le quedé debiendo nada a nadie.
-Uh, esa respuesta. Es la misma que dieron hace poco en esta sección y casi pierdo el trabajo.
-Porque ese sí es un delincuente. ¡Hizo cag… y se tuvo que ir de Tandil! No es mi caso. Yo no me tuve que ir, ni le debo nada a nadie, en serio.
-¿Nunca una macanita?
-Mmm, no. ¿A nivel institucional? Nunca mentí. Siempre fui de frente, salvo, salvo… ¿haber usado la discapacidad para hacer cosas? Sí, sí. Eso sí.
-¿Podemos ir un poquito más profundo?
-Metele con todo, ¡dale nomás!
-Algunos dicen que usted ve.
-(A los gritos) ¡Sí! ¡Yo veo! Lo que pasa es que si dijera que veo no podría tener el curro de andar con el bastón blanco (sonríe).
-Por lo visto el humor de los Vistalli no ha menguado ni un poquito, ¿no?
-Pero claro, querido. ¡Si no veo nada!, ¡nada!
-¿Por qué se les ocurriría decir algo así?
-Porque no soy sordo y cuando hablo te miro a la cara. Tu sonido está ahí (señala exactamente). Y la señora ahí (enfoca hacia la otra punta de la mesa, donde una mujer que lo cuida escucha en silencio. (En eso ingresa el fotógrafo, le da la mano a Vistalli y se aleja para enfocar). Hola Becchi. Contate los dedos, por lo que me dice éste…
-¿Dónde está Becchi ahora?
-Allá (señala, de nuevo, con exactitud) ¡Qué ojos verdes preciosos que tiene! (carcajada). Escuchame: con lo que me gustan las damas, sería muy idiota no querer ver un buen cuerpo, no escribir una carta a mis hijos, no verles la cara, no correr en auto, como lo hice. La última vez que vi tenía 27 años, después ya no vi más nada. Ahora tengo 60. Y lo que más me dolió en la vida fue no llegar a probar la cirugía para la retinosis pigmentaria en Cuba. No pude ir. Si hubiese podido tal vez hoy vería una planta aunque sea.
-¿Daría lo que fuera por recuperar la vista?
-No, no. Ya no. Lo mejor que me podría pasar sería poder terminar la residencia en la granja que la Asociación quiere para atender a toda la gente que vive sola. Yo sé que soportarnos es muy difícil, la discapacidad, la ceguera en mi caso, es una pared que tenés enfrente y te frena todo el tiempo, entonces te volvés más malo. Más renegado en realidad, sí, esa es la palabra. Renegado.
-Renegado, pero insistidor.
-Ah, sí. Nunca voy a parar. Y eso se lo enseñé a mis hijos y, gracias a Dios, Agustina me sigue y va, va, va y triunfa. De los cobardes no hay historia. Agustina va a llegar.
-¿Usted se da cuenta cuando el que está enfrente no lo quiere?
-Sí. Por supuesto. Por el tono de voz. Enseguida.
-Al final tiene unas cuantas ventajas sobre los que vemos.
-Y sí. Porque ustedes tienen cinco sentidos y yo cuatro nomás, ¡pero a esos cuatro los uso muy bien! u
El bastón blanco y la lengua filosa
Presidente de la Asociación Regional Discapacitados (Aredis), Enrique Vistalli, se define como dirigente social pero desde hace décadas no deja de dar pelea en el PJ, desde la agrupación peronista 1 de Mayo.
Sobrino de Francisco “Pancho” Vistalli, histórico líder del peronismo en Tandil, Enrique suele ser muy duro con el Gobierno municipal, ya sea por el bajo subsidio que, considera, recibe su institución o por el olvido de los derechos de los discapacitados en la ciudad.
Mientras tanto espera ser reconocido alguna vez. “¿Cuándo va a ser el día que Tandil me destaque con ese premio que entregan a fin de año en el Municipio? -pregunta-. A la hora de las críticas se acuerdan de mí, eso sí -enfatiza- pero a la hora del reconocimiento se les pasa por alto que el año pasado atendí 272 personas, para prestar una silla de ruedas, un bastón o atender todo tipo de discapacidades. También se olvidan que hay muchas ordenanzas que se hicieron realidad a partir de proyectos que yo presenté. Pero no importa, está bien, hay cosas más graves para los discapacitados.
-¿Qué cosas, por ejemplo?
-El área de Discapacidad en el Municipio. La fundé allá por los ’90 gracias a Julio José Zanatelli -que aceptó mi proyecto- pero se ha burocratizado mucho, no tiene soluciones para los 19 mil discapacitados de Tandil, porque nadie me escucha. Por eso después nos convertimos en renegados sociales.
-¿Cuáles son los reclamos?
-¿Un ejemplo nomás?: un paralítico que quiera ir al Concejo Deliberante, ¿cómo sube la escalera?, ¡no puede! ¿Otro?, ¿cuándo será el momento -yo sé que no lo voy a ver- en que los colectivos tengan rampas para los discapacitados? ¿Otra falencia, tremenda?: ¡la Biblioteca de la Universidad que se inauguró en 2014 en el Campus no contempla a los ciegos! Eso sucedió en 2014, pero 2014 pasó, y la democracia volvió en 1983, ¿no? Desde entonces vengo pidiendo. Ni siquiera en la Feria del Libro se acuerdan de los ciegos.
-¿Qué les responden las autoridades?
-Nada. La estamos pasando muy mal. El señor Intendente nunca nos recibió. Creo que estoy pagando los platos rotos por identificarme como peronista, por eso me gustaría que los compañeros se acerquen a darnos una mano, los muchachos de La Cámpora, de la JP, para ayudarnos a trabajar y no tener que ser tres o cuatro los que estamos tirando ante esta realidad tan amplia. La verdad es que tengo una depresión muy grande. El año pasado nos robaron y vino Pablo Esquivel (titular de Defensa Civil y Asistencia a la Víctima), un inoperante que no habla una palabra, un inútil total que me dijo que le iba a decir al hombre de Lobería, a Teruggi (secretario de Gobierno). Y yo sé que Oscar Teruggi se va a enojar por esta entrevista, pero yo no me callo, ni vamos a parar, porque además quiero aclarar que estamos recibiendo 26.000 pesos anuales del Municipio para poder subsistir. Creo que ni Mandrake puede subsistir con esa plata todo un año con la inflación que hay. Y ya que estamos aclaremos otra cosa: yo no tengo nada que ver con Apronovid, ni comercial ni institucionalmente desde hace 16 años. Porque están involucrando el nombre de Ana, mi hermana, y el mío, para vender las rifas. Están usándonos”.