Pedirán habilitación provisoria que permita al bar cultural La Pacha funcionar
“Mi mujer y yo vivimos de esto”, expresó Emilio Pérez, el responsable del bar cultural La Pacha, ubicado en Rodríguez, que desde el domingo presenta una faja de clausura en sus puertas que no permite el desarrollo de las actividades programadas.
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En ese marco, bajo la premisa “la cultura no se clausura”, ayer desde las 18 un grupo de artistas autoconvocados de la ciudad se movilizó en apoyo a la continuidad del espacio, en rechazo por la “arbitraria” clausura y en reclamo por el otorgamiento de una autorización provisoria para que los encargados puedan cumplir con los eventos del fin de semana.
Con la convocatoria en marcha, que se replicó a través de las redes sociales, alrededor de las 17.30 autoridades comunales invitaron a una reunión a los encargados del lugar para acercar posturas que permitan resolver los aspectos vinculados al plano final del lugar, necesario para lograr la habilitación correspondiente.
Del encuentro participó la secretaria de Cultura, Natalia Correa, el director del área, Ernesto Palacios, y sus pares de Habilitación e Inspección General y Desarrollo Urbano, Alejandra Marcieri y Marina Santos, respectivamente.
En medio de una movilización que empezaba a tomar forma, Emilio Pérez arribó a la céntrica cuadra y compartió las novedades luego de la reunión con autoridades del Ejecutivo.
En primer lugar explicó que el encuentro versó sobre las necesidades de alcanzar el plano final del predio que permita otorgar “una vez por todas” la habilitación.
Reconoció que la autorización “no está” y que “de palabra nos habían prometido dejar el lugar abierto por un par de movidas”. Sin embargo, días atrás la jueza de Faltas, Mirta Deoseffe, “envió una nota dirigida a Marcieri diciendo que tenía que accionar porque el lugar tenía varias infracciones”.
Volviendo a los requerimientos, repasó que una vez que se presenten los planos con las modificaciones edilicias realizadas en el último tiempo, que estimó será entre lunes y martes, el compromiso es agilizar el trámite para lograr avances concretos. “Y ahí me dejarían tranquilo”, remarcó.
Pérez se mostró optimista en resolver el pedido aunque marcó que previamente “tengo que solucionar lo inmediato, que es este fin de semana”.
Un permiso provisorio
En paralelo se motorizó una juntada en las puertas del lugar para exigir la entrega de una autorización provisoria “para que se ejecute lo que tenemos programado de antemano”, es decir el jueves la peña de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias, el viernes el colectivo autogestionado en el que confluyen varios artistas, el sábado una feria.
Como alternativa sugirieron que se eleve una nota a la titular del Juzgado de Faltas 1 por medio de la cual se le solicite una suspensión de la medida y un plazo de 30 días para regularizar la situación dado que “es la única que puede levantar la clausura”.
“Intentaremos con esto convencerla. Según la jueza, la única forma de hacerlo es si el Ejecutivo da la autorización. Pero desde el Ejecutivo dicen que no pueden pasar por encima de la jueza. Dicen una cosa y otra, pero no se ponen de acuerdo”, cuestionó.
Un cuadro normativo
El debate en la reunión de ayer con funcionarios también avanzó sobre los aspectos relacionados a la actividad que se desarrolla en el espacio y el modo de encasillarlo de acuerdo a la normativa vigente “porque no existe la categoría bar cultural”.
Mientras se define el marco legal que regule a lugares como La Pacha “nos dijeron que nos tenemos que conformar con habilitarlo como boliche e incluirle todas las categorías, como deporte, para que se puedan hacer acrobacias”.
Vinculó la primera clausura del bar, que tuvo lugar hacia fines de agosto, con algún interés de otros emprendimientos nocturnos. “Pero esta segunda fue por reiteradas fallas”, dijo.
Para finalizar expresó que junto a su mujer dan clases en el lugar y que allí trabajan productores. “Involucra a muchas personas”, insistió.
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