Pérez Esquivel llamó a construir una democracia con igualdad de derechos
Una emotiva jornada se vivió ayer, en el club Hípico, con la presencia en la ciudad del premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien fue homenajeado por su gran lucha en defensa de la paz y los derechos humanos, en el jardín maternal que lleva su nombre. En la oportunidad, el referente social llamó a la conciliación en la construcción de una democracia en paz y con igualdad de derechos para todos.
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Participaron del acto, padres, docentes y alumnos del jardín, junto a integrantes de los jardines San Francisco de Asís y el 902; los alumnos y directivos de la Escuela Nacional “Adolfo Pérez Esquivel”, de Olavarría; y de la Escuela Nacional “Ernesto Sábato”; autoridades de la Unicén; funcionario locales, concejales del oficialismo y de la oposición; y consejeros escolares.
El homenaje se desarrolló frente al edificio remodelado por el Municipio, puesto en marcha en julio pasado en el predio del club Hípico en el que la comuna desarrolla un importante espacio social, deportivo y educativo. Este jardín maternal cubre la demanda existente en barrios ubicados al norte de la Ruta Nacional 226 y se suma a los tres jardines maternales municipales existentes en el barrio Parque Movediza, La Movediza y Las Tunitas.
En el acto, el intendente Lunghi le obsequió a Adolfo Pérez Esquivel una réplica de la Piedra Movediza, símbolo de nuestra ciudad, para luego brindar unas palabras al público presente.
El jefe comunal expresó el honor de recibir a un premio Nobel de la Paz en Tandil, un mensajero de la paz y a un extraordinario luchador por los derechos humanos. Recordó luego que el pasado 15 de julio, el Municipio puso en marcha “este sueño” del jardín maternal, una demanda que admitió era “sentida e imprescindible”. Fue así como se inició un trabajo conjunto con los vecinos del barrio, las familias de los chicos y la comunidad educativa, remarcó.
En ese camino, Lunghi subrayó la importancia de brindarles a los niños y niñas las condiciones ambientales, afectivas, y de atención adecuadas para asegurar -de esta manera- su desarrollo integral. Facilitarles además una estimulación temprana, que vaya acompañada con la interacción con otros niños, permitiendo así “socializarse con pequeños de su misma edad, compartiendo juegos y distintas actividades”.
“Como así también -mencionó- establecer vínculos con las familias y promover su participación para que puedan aportar ideas, plantear inquietudes y resolver todos juntos los problemas que se presenten en la crianza de sus hijos, disfrutando a la vez de ser parte del Jardín”.
“Comprometido con las causas más nobles”
Describió luego al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel como un hombre comprometido con las causas más nobles, pero además con un trabajo de décadas acompañando a niños y adolescentes. “Una prueba de ello es La Aldea de Jóvenes para la Paz del Servicio Paz y Justicia, proyecto educativo productivo que cuenta con dos centros, que están ubicados en los partidos de General Rodríguez y Pilar”, mencionó.
Tras valorar su labor “incondicional”, el Intendente manifestó que “cuatro palabras lo definen a Adolfo Pérez Esquivel: paz, justicia, lucha y esperanza”, y aclaró que “no son sólo palabras, son las causas que le han dado razón a su vida, sus acciones cotidianas, que refieren cabalmente a Adolfo y su lucha en defensa de los derechos humanos”.
“Un vínculo para toda la vida”
Culminadas sus palabras, una de las alumnas de sexto año de la Escuela Nacional “Adolfo Pérez Esquivel” de Olavarría, compartió lo que habían escrito junto a sus compañeros para él. Los estudiantes resaltaron en su mensaje la importancia de las instituciones en la vida de las personas, especialmente el jardín y la escuela, en los que se logra “crear un vínculo de pertenencia que dura toda la vida”.
Expresaron en ese sentido “el orgullo y la dicha” que les da el pertenecer a una de las instituciones que lleva el nombre de Adolfo Pérez Esquivel y llamaron a seguir trabajando todos los días para construir un espacio que defienda sus ideales.
Seguidamente, representantes del Centro Cultural Atrapasueños le entregaron un obsequio y, luego, los chicos del jardín maternal con la directora de la institución, Eliana Grill, también le obsequiaron un presente realizado por ellos mismos.
“Un trabajo compartido”
Por último, Adolfo Pérez Esquivel tomó la palabra y expresó al público el honor de poder estar en Tandil, les agradeció los reconocimientos, pero aclaró que “incluso, cuando me dan el premio Nobel, lo asumo en nombre de los pueblos de América Latina, no es un trabajo individual ni de una persona, es un trabajo compartido por miles de personas, indígenas, campesinos, religiosos y educadores que caminamos juntos tratando de cambiar un mundo violento por un mundo en donde podamos reconocernos como hermanos y hermanas”.
Confesó que el homenaje que recibió ayer “motiva” porque afirmó que “nos tiene que ayudar a crecer y pensar. Como educador, fundamentalmente lo que soy, creo que la educación comienza por estos niños, desde que nacen. Esto les va generando otra mirada, otra manera de comprender la vida y, lamentablemente, estamos en sociedades violentas y tenemos que cambiarlo por una cultura de paz y para esto hay que generar conciencia crítica y valores”.
Construir la paz
El premio Nobel de la Paz deseó que “todo esto que hacen con el jardín maternal y con otros que el Municipio ha generado en varios lugares pueda ayudar a construir la paz; no como la ausencia del conflicto, sino con trabajos concretos y el caminar de los pueblos”.
Remarcó que “la democracia no se regala, la democracia se construye y se hace con el derecho a la igualdad para todos y todas, ésa es la única manera de construir la democracia. La democracia son valores indivisibles de los derechos humanos, no sólo los derechos humanos de lo que pasó en la dictadura, lo que está pasando hoy en la vida de los pueblos”.
Finalmente, el referente social aseguró que “es posible un mundo mejor, es posible cambiar una sociedad violenta por una sociedad solidaria. Es posible porque todos y todas estamos comprometidos desde la educación, lo social y lo político. No hay que tenerle miedo a la política, estoy hablando de la política con mayúsculas y no la politiquería. La política como la búsqueda del bien común de una sociedad, la política cuando está al servicio del pueblo tiene validez, la invalidan aquellos que hacen un mal uso de la política. Les deseo mucha fuerza, mucha esperanza y como decimos en América Latina, hasta la victoria siempre”.
Por último, Adolfo Pérez Esquivel y el intendente Lunghi descubrieron una placa alusiva en la que el Municipio de Tandil le agradece por “su trayectoria y conducta de vida”.
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