Pidieron 19 años de prisión para un hombre que embarazó dos veces a su hija menor de edad
Durante gran parte de la jornada de ayer, el Tribunal Oral Criminal de Tandil llevó adelante la audiencia de debate correspondiente a una causa iniciada contra un hombre que embarazó en dos oportunidades a su hija, menor de edad.
El caso, de escabrosos ribetes, se inició hace más de cuatro años y la víctima actualmente tiene tan sólo 16 años y es la madre de las dos criaturas en cuestión.
Los hechos sucedieron en el seno de un grupo familiar donde la carencia de reglas sociales y un nivel cultural quedaron demostradas durante las deliberaciones, en las que el acusado estuvo acompañado y apoyado por su esposa y tres hijos.
En tanto, la hija menor declaró sin la presencia de público, asistida por una psicóloga, y se mostró firme en sus dichos, según lo explicado por una de las partes interviniente.
Dado el tipo de delito ?contra la intimidad- y la existencia de menores, en cumplimiento de la normativa legal está vedada la identificación de los involucrados.
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Los hechos
El cuerpo letrado tandilense escuchó a una decena de testigos convocados en el marco de las causas 1169 y 1170, elevadas desde instrucción bajo la carátula de ?Abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo?, siendo acusado el padre de la víctima: un hombre analfabeto de unos 60 años.
El hombre contó con el asesoramiento del defensor oficial Carlos Kolbl, en tanto que la acusación estuvo a cargo del fiscal Echevarría.
El representante del ministerio público consideró probado que a mediados de octubre de 2004, cuando la víctima aún tenía once años, fue sometida a al menos un abuso sexual por su padre. De tal acceso carnal la niña quedó embarazada y finalmente dio a luz el 27 de julio de 2005.
El fiscal planteó como un hecho independiente que a comienzos de mayo de 2006 ?la adolescente tenía 13 años- nuevamente fue sometida. El acusador entendió que la acción fue contra la voluntad de la menor y mediante violencia. De tal relación surgió una niña que nació el 9 de febrero de 2007.
Los acontecimientos descriptos, según la acusación, ocurrieron en una vivienda de la zona de Cerro Leones.
En tanto, la defensa planteó su estrategia al señalar que la descripción del fiscal no se condecía con lo ocurrido.
Escasos testigos
Durante la jornada expusieron ante los jueces Guillermo Arecha, Pablo Galli y Carlos Pocorena diversos testigos que plantearon detalles y uno de los momentos fuertes fue la declaración de la víctima, actualmente alojada en un instituto de menores.
El primero en exponer fue el suegro del acusado, a quien primeramente se le requirieron los datos necesarios para trazar una aproximación al ambiente sociocultural del grupo familiar.
Explicó que la familia de su hija ?que padeció meningitis a los dos años y le generó graves trastornos en la vista- vivía en una casa precaria del predio en el que trabajaba su yerno.
El hombre se mostró sin reproches ni preocupaciones por los hechos y aportó escasos datos puntuales sobre lo vivido por su nieta bajo el argumento de que su hija y el esposo ?son grandes y si no me dicen, yo no voy a andar preguntando?.
?Me enteré, pero no me metí para no romper el vínculo? fue otra de las expresiones para justificar su desconocimiento sobre acciones y pensamientos de la familia.
Posteriormente expuso ante el cuerpo letrado un joven que en alguna ocasión había concurrido a la vivienda del acusado por temas laborales.
?No tenía trato con ella?, dijo con relación a la menor y añadió que un día el acusado lo llamó para decirle que su hija estaba embarazada. El hoy imputado increpó al joven al atribuirle la paternidad. Relató también que ante su pregunta ?a solas-, la menor le dijo que ?nunca estuviste conmigo, pero no quiero que papá vaya preso?.
En otro momento, el joven dijo que la víctima le comentó que dormía en la misma cama que su padre, aunque ?con una almohada de por medio, para no tocarme?.
Una acusación similar sufrió un hermano menor del testigo, lo que determinó que el hombre juzgado se presentara en la casa del joven y mantuviera una entrevista con el grupo familiar.
En todo momento, los hermanos negaron responsabilidad en el embarazo, en tanto que la investigación iniciada dio un vuelco ante el segundo estado de gestación que presentaba la joven y la realización de una serie de análisis comparativos del vínculo biológico, exámenes de ADN que certificaron la paternidad del hombre que ayer fue acusado ante los jueces.
Las posturas
de las partes
Durante su acusación, el fiscal encuadró al caso en el delito de ?Abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado, por el vínculo y por el aprovechamiento de la situación de convivencia existente?.
El fiscal Echevarría pidió una condena a 19 años de prisión, considerando entre los diversos elementos de prueba los exámenes de ADN a los que fueron sometidos la víctima, sus dos hijos y el acusado. También fue destacada la solidez de la declaración de la menor, peritajes psicológicos y el testimonio de algunos vecinos.
En tanto, el defensor argumentó que el acusado posee una imputabilidad disminuida y planteó que debe considerarse su situación sociocultural al momento de analizarse la culpa.
Se refirió a una situación de marginalidad que no sólo incluía al acusado sino también a todo su grupo familiar, lo que de alguna manera impedía tomar una conciencia absoluta de los acontecimientos.
Además, técnicamente Carlos Kolbl consideró que no se está ante dos hechos distintos sino ante un ?delito continuado? y planteó la falta de afectación traumática de la menor, según expresaron los peritajes.
Considerando que la pena mínima para el delito es de ocho años, y bajo el argumento de la mencionada imputabilidad disminuida, el defensor solicitó una condena a seis años de prisión.*
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