Preocupa una posible guerra entre Irán e Israel
Por ahora, Israel e Irán son como dos perros que ladran y se muestran los dientes, en medio de una comunidad internacional preocupada por la posibilidad de una nueva guerra en Medio Oriente.
Ni siquiera los israelíes descartan un conflicto bélico con los iraníes, en una semana en la que Teherán realizó dos pruebas con misiles Shahab-3, capaces de alcanzar a Israel y las bases estadounidenses de la región.
Los israelíes, que según oficiales estadounidense realizaron una serie de maniobras para bombardear instalaciones nucleares de Irán, presentaron esta semana el avión Gulfstream G550, dotado de modernos sistemas electrónicos y de comunicaciones.
Este nuevo avión espía, con una autonomía de vuelo de 12.500 kilómetros, sería ideal en caso de que Israel atacara Irán para detener su programa de enriquecimiento de uranio.
El hecho es tema de conversación en gobierno del presidente George W. Bush, que transita sus últimos siete meses de mandato, y en las filas del candidato presidencial demócrata, Barack Obama, quien pidió una diplomacia “más agresiva” para evitar un nuevo conflicto en la región.
Su rival republicano, John McCain, respaldó la política de Bush y dijo que era necesario instalar un escudo antimisiles en Europa del Este para contener al régimen iraní.
Las pruebas de los misiles iraníes resultaron un buen pretexto para que, una vez más, la administración republicana saliera en defensa del debilitado gobierno israelí de Ehud Omert, quien es investigado por denuncias de corrupción.
“Nos tomamos muy en serio la obligación de defender a nuestros aliados, y vamos a cumplir con ella”, dijo la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice.
Rice no habla en vano, ya que el propio ministro de transporte israelí, Shaul Mofaz, dijo que un ataque sobre Irán es “inevitable” sí ese país continúa con su programa nuclear, que según Estados Unidos es para construir bombas atómicas.
El lanzamiento de los misiles ocupó las primeras planas de la prensa iraní.
Sin embargo, según las fotos de una agencia de prensa europea, las imágenes resultaron un verdadero montaje, ya que sólo despegaron tres y no cuatro cohetes como dijo Teherán.
Más allá de las declaraciones de Rice, Estados Unidos reaccionó con cautela ante la prueba iraní realizada en el Estrecho de Ormuz, donde circula el 40 por ciento del petróleo mundial.
“Este gobierno trabaja duro para hacer segura la diplomacia y los acuerdos económicos con Irán, y está tratando de conseguir que el gobierno iraní cambie su política”, dijo el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, según The Boston Globe.
En la controversia también está metida Rusia, que dice que las pruebas iraníes no justifican los planes de Estados Unidos para desplegar un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.
Moscú se convirtió en un aliado vital de Teherán en la región, luego de que ambos países firmaron a fines de febrero de 2005 un acuerdo para que Moscú suministre combustible al reactor nuclear iraní de Bushehr.
Sin duda, Irán se presenta hoy como el país más favorecido de Medio Oriente luego de la invasión norteamericana a Irak, en marzo de 2003, mientras que Israel trata de fortalecerse tras la segunda guerra del Líbano en 2006, en la que no pudo vencer a la guerrilla pro-iraní de Hezbollah.
Aunque son sólo amenazas, nunca puede descartarse la posibilidad de una guerra entre Israel e Irán, a pesar de que Washington -el principal aliado de los israelíes-, se encuentra envuelto en dos conflictos no resueltos como los de Afganistán e Irak.
Es posible que Teherán aproveche esta situación para amenazar a los israelíes y a Estados Unidos, aunque de esta manera corra el riesgo de ser castigado por la comunidad internacional.
Los israelíes negocian acuerdos de paz con Hamas y Siria, sin descuidar su poderoso desarrollo militar que, según informes de prensa, incluye unas 200 ojivas atómicas. Pero su gran obsesión es Irán. (Télam)
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