Preso de sus tiempos
No es novedad que la inseguridad, conjuntamente con la inflación, continúa al tope en el ranking ciudadano de preocupaciones, de acuerdo a todos los sondeos conocidos.
Tandil no es la excepción y, en los últimos días, el fenómeno parece haber recrudecido con puntillosa continuidad. Signos de alarma y de interrogación se abren entonces ante cada hecho delictivo que, por su prepotente realismo, dejan afuera cualquier especulación política que aluda a sensaciones.
Sobreviene entonces, de manera recurrente, el debate por la cuestión jurisdiccional a la hora de la repartija de responsabilidades, tanto como el que alude a la inversión en materia preventiva. En rigor, por repetidos y carentes de resultados, suenan huecos los discursos y gastados los argumentos.
Claro está que la situación del pago chico no es comparable aún a la de las grandes urbes y su problemática suburbana, pero cierto es también que la seguridad por estos lares se ha convertido en una suerte de patrimonio histórico avasallado por el devenir de los tiempos y sólo revivido en el reino de la nostalgia.
Y no hay vuelta que darle. Ya nada será como cuando era.
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Y a propósito de patrimonios, durante la semana volvió a posicionarse en la agenda el futuro del ex Policlínico Ferroviario, abandonado a su suerte durante años, y ahora sometido a un tire y afloje cargado de intereses contrapuestos.
Al mejor estilo tandilense, ése que lleva el ADN de la desidia y la culpa tardía, y que reconoce entre su código genético al Cervantes, el Santamarina y el Banco Comercial, por mencionar sólo algunos ejemplos válidos, ahora vecinos y Estado pretenden instalar un intento de salvataje póstumo.
Habrá que aguardar los acontecimientos respecto a la suerte del edificio del centro asistencial de Villa Italia, como a la del teatro de Rodríguez al 500, que esta semana repondrá una obra vital para su continuidad como tal, con la elección de autoridades en el proceso de normalización de la Asociación Española de Socorros Mutuos.
Así están las cosas en el Tandil de estos días: Inseguro, y preso de su carácter bipolar.
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