Rauch, el discreto encanto de un pueblo que vive sin la circulación viral comunitaria
Sin casos de Covid-19 desde que empezó la pandemia hasta anoche, la vecina localidad constituye una rareza frente al avance implacable del virus en el interior del país. En Fase 5 desde junio y con severas restricciones de ingreso, la comuna goza de un excelente presente sanitario que tanto autoridades como vecinos adjudican en partes iguales a las estrategias adoptadas y a la "suerte". Los dos casos detectados resultaron de tandilenses que estuvieron en la localidad.
Rauch, en alemán, significa humo. “Humo se llama mi pueblo, ¡humo! Y qué bonita es la palabra castellana”. Así lo inmortalizó el poeta Jorge De Ortúzar. Pero en rigor se llama así por el coronel prusiano Federico Rauch, genocida de ranqueles, que hizo de esta zona su base de operaciones.
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A 70 kilómetros de Tandil, tan lejos y tan cerca, la pequeña ciudad de 15 mil habitantes con nombre germano resiste estoica los embates del coronavirus y era hasta ayer, junto al partido de Adolfo Alsina, uno de los dos distritos del extenso terruño provincial que registra cero casos de Covid-19 en casi siete meses de pandemia.
El Eco de Tandil recorrió el pueblo para saber cómo se vive el día a día en un lugar que permanece como la excepción, y cuya vida cotidiana no se ha visto modificada sustancialmente. ¿Estrategia y azar? Quién sabe. Hay múltiples respuestas para justificar el excelente presente sanitario del que goza la población, aún con la posibilidad de contagios acechando como una espada de Damocles. Mientras tanto, la torre de la municipalidad, diseñada por el reconocido arquitecto Francisco Salamone, se incrusta en el cielo nítido de la mañana primaveral como un tótem protector de la ciudad, en medio de la incertidumbre por el futuro.
La amada Fase 5
Rauch está en Fase 5 desde junio y funcionan casi todas las actividades, la gente puede reunirse, el sistema sanitario trabaja con tranquilidad, es uno de los municipios contemplados para la vuelta a clases y las calles se transitan con confianza, haciendo caso a las pautas de cuidado.
La comuna gobernada por Maximiliano Suescun, intendente de la fuerza de Juntos por el Cambio, según el spot oficial que circula “es una isla en una provincia contagiada. Por eso tenemos que prepararnos, para que cuando el virus llegue, no nos encuentre desprevenidos.”
Luciana Guzmán, concejal del Frente de Todos, en diálogo con este medio refirió que, desde el Poder Legislativo se han acompañando las diferentes propuestas y decisiones que toma el Ejecutivo. Aunque al principio del aislamiento estuvieron 20 días sin sesionar, inmediatamente se retomaron las actividades considerando que en Rauch no había casos positivos.
“Se trabajaron diferentes proyectos para sostener la economía de los sectores perjudicados. Al comienzo muchos segmentos debieron cerrar sus puertas y se paró la actividad económica, entonces se decidió dar un subsidio a los comercios cerrados y a partir de ese proyecto se pensó en ampliarlo a diferentes sectores de la cultura y el deporte. En comisión se llegó al acuerdo de que los fondos asignados para cada área fueran reubicados y dados como subsidios para organizaciones e instituciones que lo solicitaran”, explicó la joven legisladora.
También expuso que desde su bloque se abordaron distintas propuestas como la de disponer las cabañas del Parque Juan Silva para quienes debieran realizar la cuarentena y también se puso el foco en la difusión masiva de las líneas y espacios que trabajan con violencia de género para ofrecer un marco de contención ante una problemática recrudecida en la pandemia.
Y desde el Frente de Todos también participan de una olla popular que tiene lugar desde hace algunos meses para acompañar a muchas familias que no tienen empleo o estabilidad laboral. “Sabemos lo que eso significa hoy en día, donde todo se profundiza. Recibimos inquietudes y solicitudes y tratamos de ayudar a los vecinos”, indicó Guzmán.
Por último, desde su rol, afirmó que se trata de que “se pueda sostener lo que es la economía, lo social y acompañar en ese sentido. Se han tomado decisiones que han ayudado, y en gran parte la solidaridad y responsabilidad social tienen el gran premio, además del factor que es la suerte”.
“Hay que seguir transmitiendo tranquilidad y continuar con los cuidados, esto viene para largo y hay que aprender a vivir con las medidas sanitarias que se han ido implementado y cuidarnos entre todos con empatía y solidaridad. Hay que seguir construyendo políticas públicas para afrontar lo que esta pandemia nos deja y poner la Argentina en pie”, subrayó.
La suerte de trabajar
Claudia Rabaynera es peluquera. Desde su salón, que registra un ritmo normal, contó que estuvo un mes sin trabajar: “Fue difícil porque vivo de lo que gano acá. Al principio pensé que era una semana o quince días y después se alargó”.
No obstante, en mayo pudieron volver a la actividad algunos días a la semana y con protocolos estrictos, situación que se fue flexibilizando con el correr de las semanas.
“Vivimos una vida bastante parecida a lo que vivíamos antes, pero con el protocolo del Covid-19. Aunque si nos sueltan un poco la soga, creo nos vamos un poco. Si nos dejan que nos reunamos 10 personas, se juntan 20. No sé si nos va a durar mucho, pero hay reglas que se tienen que cumplir, no queda otra”, observó.
Asimismo, señaló que el hecho de poder trabajar es superior a cualquier lineamiento o protocolo que se deba aplicar para desarrollar las actividades con tranquilidad. “Que nos dejen trabajar es demasiado y si tenemos que hacerlo de determinada manera, se hace. Prefiero trabajar bajo ordenanza o protocolo a tener que cerrar”, sostuvo y evaluó que “no tenemos consciencia del coronavirus porque no lo he hemos vivido, pero hay gente que lo ha pasado y cuenta que es terrible, cuando te toca de cerca recién podés dimensionarlo”.
Los puestos de control
Gustavo Lusarreta trabaja en el retén ubicado sobre la colectora Alvear, que ataja a todos los vehículos que provienen de afuera y funciona las 24 horas. Los otros dos puestos están emplazados sobre la Ruta 30 y obturan el ingreso por dos de las principales arterias; la avenida Gral. Paz y la avenida San Martín.
El puesto sostenido por trabajadores rentados y empleados municipales dispensados de sus tareas habituales que fueron derivados a cumplir funciones allí, tiene apoyo policial permanente y Lusarreta aseveró que “es una gran ayuda”.
“Hay muchas anécdotas de gente que se enojó, se encaprichó, se amotinó en el auto. Personas que eran de acá pero no tenían el domicilio. Hay que estar atentos a todas las cuestiones para asegurarnos bien. Por todo la gente que respeta las reglas y cumple con el asilamiento, tenemos que asegurarnos de que se hagan las cosas bien”, manifestó.
En conversación con este medio, detalló que se toman “todos los recaudos necesarios para detectar a todo el mundo y saber quién quiere entrar con alguna mentira”.
Como sucede en todas las ciudades, muchas personas llegan hasta los controles pero no siempre con permiso o con justificación alguna. Los vehículos deben primero anunciarse en el puesto de Bromatología emplazado a pocos metros, sobre la ruta, donde se los desinfecta y en el caso de los proveedores de mercadería, los que no tienen necesidad de ingresar a la planta urbana, dejan allí los suministros y desde allí son retirados para evitar al máximo el contacto entre personas. A quienes deben ingresar se los acompaña bajo estrictos parámetros de aislamiento hasta cumplir con el cometido y garantizar la salida segura del proveedor.
“Ha tenido éxito esta cuestión. Y también algunos pensamos que no tenemos el virus en Rauch porque Dios es grande”, compartió.
“El espacio entre los retenes es amplio y hay gente que se baja del auto y entra caminando. Nos abocamos a saber quiénes son, ir a la casa, pedir que tomen los recaudos si alguien se metió de manera indebida. El trabajo del doctor Achaga y el Intendente es impresionante. Sabemos que en algún momento va a aparecer el virus, hay ciudades vecinas que están complicadas, tenemos mucho intercambio con Tandil y eso nos preocupa, la posibilidad está latente”, describió.
Ser docente en pandemia
Graciela Fagalde es docente y bibliotecaria de la Escuela 15 “Victoriano Montes”y se definió como “una docente que busca recursos para llevar a sus alumnos. Me hice un canal de Youtube que se llama ‘Cuentos en bicicleta’, donde comparto relatos de diversos autores, incluso locales”.
Obligada por las circunstancias, como tantos otros maestros, debió echar mano de nuevos recursos para garantizar la continuidad pedagógica, en un contexto donde la celeridad y la imprevisibilidad son marcas registradas.
Como su esposo trabaja en el campo, aprovecho para instalarse en la zona rural con sus dos hijas, que están en edad escolar y se adaptó a trabajar desde la virtualidad.
“No tengo wifi pero uso los datos móviles del celular y así puedo dar respuesta a mis trabajos y a las clases virtuales de mis hijas. Lo costoso es el gasto que implica llevar el trabajo con los datos, no bajo de los 8 mil pesos mensuales para tener internet”, precisó.
“Si sabemos capitalizar esto, de alguna manera la escuela se ha recreado, sin pensarlo y sin planificar, se dio un salto importante a lo digital, que se ha hecho desde la voluntad de los docentes y de los padres que dan respuesta para que sus hijos puedan seguir educándose”, analizó.
Consultada sobre el potencial retorno a la presencialidad, ya que Rauch sería una de las comunas habilitadas para hacerlo, consideró que “no me parece que a dos meses de finalizar el ciclo lectivo vaya a lograrse algo”.
“Esto se tiene que tomar como pasó, nadie lo provocó. Son ocho meses que los chicos que estuvieron desvinculados, se pierden rutinas, un montón de cosas. La escuela tiene otra cuestión que no es sólo para aprender contenidos o temas, sino un sentido de socialización importante que si se hace con aislamiento no va a estar logrado. No me disgusta volver para nada, es parte de nuestro trabajo, pero quiero decir que no sé si va a haber algún tipo de logro extraordinario por esto”, cerró.
Otro caso
En tanto que anoche, al cierre de esta edición, el jefe comunal y autoridades sanitarias comunicaron el primer caso de Covid-19 positivo en la ciudad.
Se trata de un hombre de 40 años que trabaja en la policía en Tandil.
Según se detalló, fue hisopado en la antevíspera, con síntomas, y dio resultado positivo. Su esposa también fue sometida al hisopado pero con resultado negativo. Ambos se encuentran aislados en su domicilio.